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JUAN MARSÉ por JUAN MARSÉ. Autorretrato.

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  El rostro, magullado y recalentado, acusa diversas y sucesivas estupefacciones sufridas a lo largo del día, y algo en él se está desplomando con estrépito de himnos y banderas. Este sujeto, sospechoso de inapetencias y como desriñonado, podría ilustrar no solo una manera de vivir, sino también la naturaleza social del mundo en que uno vive: mientras el país no sepa qué hacer con su pasado, jamás sabrá qué hacer con su futuro. De ahí la pupila descreída y la estatura escasa, escépticos los hombros, incierta la sonrisa y oscuros sus designios. Avanza cabizbajo y patizambo y con una leve cojera en la pierna derecha, tan leve que tampoco ella tiene posibilidades de futuro, y ni siquiera es elegante. Hay en los ojos harapientos, arrimados a la nariz tumultuosa, una soñolienta nostalgia del payaso de circo que siempre quiso ser. Es fláccida la encarnadura facial, quizá porque la larga hibernación intelectual y muscular, el aburrimiento, el alcohol y la luctuosa telaraña de casi cuarenta añ

"Un amor", Sara Mesa. Tomando indecisiones.

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        Sara Mesa. Un amor.   Editorial Anagrama, 2020. ISBN: 9788433999030   Ha vuelto a ocurrir, la última novela de Sara Mesa (Madrid, 1976) me ha dejado pegada a la silla durante dos tardes. Una voz narrativa intensa y tenaz, pero también sugerente y evocadora te conduce por los recovecos de la conciencia de Nat, la protagonista. Y se queda de pronto en sus silencios, como atrapada.   La novela se abre con un peso, una opresión que ya se ha instalado en el personaje. Ahora que ha elegido refugiarse (¿de qué?) en un entorno rural, rodeada de “grillos, ladridos,.., gritos de un vecino arreando el ganado....” , ahora piensa que “Era mejor el mar”. La indecisión continuada, el condicional del subjuntivo del “Y si hubiese… .” Y es que Natalia se ha establecido en La Escapa, un pueblo que forma parte del universo de la escritora, su propia Comala, un entorno rural reconocible pero que nos lleva lejos, a los márgenes, donde rigen leyes y normas no escritas pero que siempre están imp

Transparencias

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  TRANSPARENCIAS Ha recorrido todos los pasillos del pabellón deportivo, ha leído al vuelo los anuncios colgados en los tablones, ha entrado en los servicios dos veces, ha vuelto a leer los mismos anuncios en el camino inverso. Ha subido y ha bajado la escalera infinita que va desde la planta segunda a la planta sexta. Ha pasado cerca de varios grupos de alumnos que conversaban entre ellos y reían; otros escuchaban atentos las indicaciones de algún monitor. Se ha cruzado por delante de muchas personas pero nadie ha reparado en ella, ni tan siquiera la camarera a la que ha intentado pedir un café por segunda vez sin conseguirlo. Ha entrado en el aula, como un fantasma, se ha sentado en la silla, una silla de la fila de atrás que empezaba a evaporarse. La clase se ha puesto en marcha con la presentación del profesor. Una vez más lo ha conseguido: ha traspasado el aire.

"Sueño de fiebre", un cuento de Ray Bradbury.

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«He leído muchísima poesía a lo largo de mi vida y, como es metafórica, simbólica y sensorial, me ha servido de gran ayuda en mi trabajo». R.B. AQUÍ: "Sueño de fiebre", el texto Ray Bradbury (1920-2012) comenzó su carrera literaria con la escritura de cuentos que vendía a algunas revistas para su publicación. Sus relatos producen desasosiego en el lector, una incomodidad relacionada con ciertas sensaciones indefinidas. A partir de escenas o situaciones más o menos cotidianas y plenamente reconocibles, avanza por una transición suave y entonces la realidad da un vuelco y adquiere tintes de misterio y fantasía. Además, Bradbury defiende el poder evocador y sugerente de las palabras y de las imágenes. Así, colores, sonidos, formas y texturas, hasta los olores se disponen de manera que logran crear una atmósfera de inquietud y desconcierto. El tono lírico y cierta dosis de melancolía son también dos rasgos característicos de su estilo literario. “Sueño de f

Como después de un diluvio (1)

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Enero de 2019.  Repaso unas notas de mi agenda. Estas son del dramaturgo Juan Mayorga, sobre su pieza Intensamente azules: “A través de esas gafas se ve un mundo sumergido, un mundo como después de un diluvio, que da lugar a una ocasión para la renovación, para que todo sea visto de un modo nuevo y cambie” .  He venido a pasar unos meses en Madrid y he decidido ponerme las gafas de mirar azul para ver lugares diferentes, y no solo hablo del paisaje, también para mirar y buscar en los recovecos que no se dejan ver con las gafas normales. Las primeras sensaciones me resultan muy gratas: deambular por calles nuevas, inspirar hondo el aire frío para volver a respirar, y de nuevo la reflexión continuada. Y es que las ideas, si no se verbalizan porque no hay nadie al otro lado, no se evaporan ni se difuminan y entonces, todo lo que pienso y siento se queda dentro.  Muy feliz con la reacción de mis “lectores”, mis compañeros en el taller sobre personajes, que ya desde el pr

"Labios contra labios", un cuento de V. Nabokov.

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El relato “Labios contra labios” forma parte del conjunto de cuentos escritos por Vladimir Nabokov entre 1924 y 1940, colección que abarca su etapa de exilio en Berlín hasta su paso por París, en una Europa ya dominada por la sombra del nazismo. Publicados por Anagrama en el volumen Una belleza rusa y otras historias, con traducción de Rafael Ruiz de la Cuesta, los cuentos deslumbran por el sello de un estilo extraordinario. Nabokov utiliza la ironía y también la sensibilidad poética para perfilar el mundo de los exiliados rusos en la Europa Occidental antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.  Estos cuentos, escritos originalmente en ruso, aparecieron por separado en distintas revistas de exiliados, como Poslednie Nóvosti, con cuyos redactores Nabokov mantuvo un pleito durante los años treinta. Alguien le comunicó que, en el último momento habían decidido que este relato no se iba a imprimir. Esto lo cuenta el propio autor en una nota introductoria a la lectura