Aula de Literatura. Clásicos




LAZARILLO DE TORMES

Estudio de la obra 



Aula de Literatura. Clásicos




PRESENTACIÓN
Sesión 1


  • TÍTULOLa vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades.
  • Se publicó en 1554, en cuatro ediciones: Burgos, Amberes, Alcalá de Henares y en Medina del Campo.
  • El autor quiso preservar su anonimato debido a la intención crítica de la obra.
  • Distintas hipótesis sobre la autoría: un escritor culto que habría compuesto una biografía ficticia en estilo cuidado pero coloquial (el del protagonista).
  • Posibles nombres: 
  1. Alfonso de Valdés, seguidor de las teorías de Erasmo de Rotterdam (1466-1536), según la teoría de Rosa Navarro. Las doctrinas erasmistas eran críticas con los abusos en nombre de la religión, por ejemplo con el negocio de las bulas.
  2. Diego Hurtado de Mendoza. por ser afín su estilo al tono satírico de la obra.
  • GÉNERO: Es una novela picaresca en la que el protagonista relata en primera persona su lucha por la superviviencia en la sociedad cruel de la España del siglo XVI. 
Las novelas picarescas comparten una serie de características comunes:
  1. El protagonista es el pícarocategoría social, procedente de los bajos fondos que, a modo de antihéroe, es utilizado por la literatura como contrapunto al ideal caballeresco. Su línea de conducta está marcada por el engaño, la astucia, el ardid y la trampa ingeniosa. Vive al margen de los códigos de honra propios de las clases altas de la sociedad de su época. Su libertad es su gran bien. Una libertad condicionada por su ascendencia, que el protagonista relata al lector para que comprenda su norma de vida.
2. Carácter autobiográfico. El protagonista narra sus propias aventuras, empezando por su genealogía.
3. Una doble temporalidad. El pícaro aparece en la novela desde una doble perspectiva: como autor y como actor. Como autor se sitúa en un tiempo presente que mira hacia su pasado y narra una acción, cuyo desenlace conoce de antemano.
4. Estructura abierta. El pluralismo de aventuras que se narran podrían continuarse; no hay nada que lo impida, porque las distintas aventuras no tienen entre sí más trabazón argumental que la que da el protagonista.
5. Carácter moralizante. Cada novela picaresca vendría a ser un gran "ejemplo" de conducta aberrante que, sistemáticamente, resulta castigada. La picaresca está muy influida por la retórica sacar de la época, basada en muchos casos, en la predicación de "ejemplos", en los que se narra la conducta descarriada de un individuo que, finalmente, es castigado o se arrepiente.
6. Carácter satírico. La sátira es un elemento constante en el relato picaresco. El protagonista deambulará por las distintas capas sociales, a cuyo servicio se pondrá como criado, lo que le permitirá conocer los acontecimientos más íntimos de sus dueños. Todo ello será narrado por el pícaro con actitud crítica. Sus males son, al mismo tiempo, los males de una sociedad en la que impera la codicia y la avaricia, en perjuicio de los menesterosos que pertenecen a las capas más bajas de la sociedad.

  • EL PROTAGONISTA:
El Lazarillo se presenta como una carta que dicta o escribe Lázaro adulto dirigiéndose a “Vuestra Merced” para aclarar “el caso”, que remite a rumores que se han extendido en torno a su vida matrimonial.
En forma autobiográfica, Lázaro nos relata la historia de su vida:
  • Lázaro nace en Salamanca, cerca del río Tormes, en el seno de una familia pobre, y desde niño se ve obligado a servir a varios amos (ciego, clérigo, noble, fraile, buldero, pregonero). Lázaro terminará independizándose y, ya hombre casado, disfruta de una situación que él considera próspera.
  • EL CASO:
En este relato autobiográfico aparecen dos categorías temporales: un "ahora" que se explica a través de un "antes". Lázaro dirige su relato a una persona de rango superior ("Vuestra Merced"), a quien cuenta su "caso": 
  • las dudosas relaciones entre la mujer de Lázaro y el Arcipreste de Sant Salvador, cuya casa ella frecuenta. 
  • Este caso es el núcleo configurador en torno al cual se organiza la materia narrativa. La unidad estructural gira en torno a la convergencia de todo el pasado en el ser presente de Lázaro que cuenta su vida para justificar su "caso", un caso de honra. Lázaro no hace sino justificar una conducta moral muy particular aprendida de los labios de su madre: arrimarse a los "buenos", aquellos que le ayudan a sobrevivir.
Los sucesos fundamentales de su vida expresan el proceso educativo del protagonista, como una evolución pedagógica de perversión. Lázaro, hombre de vil origen, educado en la astucia y en el engaño por el ciego, busca una honra que le proporcione un provecho que, al fin, consigue, como nos relata en el "Tratado VII". 

  • DOS PLANOS:
En la novela hay dos planos narrativos: el del autor y el del protagonista; los dos planos se interfieren por medio de la ironía, aunque en dos sentidos diferentes: Lázaro cuenta su vida como si de un triunfo se tratase, mientras el autor cree todo lo contrario; Lázaro, desde su perspectiva, considera que ha llegado a buen puerto; para el autor, por el contrario, aquella situación es el colmo de la abyección.

  • ESTILO:
En cuanto al estilo del Lazarillo, está escrito dentro del "estilo humilde", relacionado con la poética de los tres estilos (sublime, mediocre e ínfimo); el origen social de Lázaro exige al autor seguir las normas de la poética del estilo bajo. 
(Cada estilo debía acomodarse a unos temas y a unos personajes para conseguir el "decoro", cualidad artística que consiste en hacer hablar a los personajes de acuerdo con su procedencia estamental.) Por ello, el autor coloca al pícaro y al mundo que lo rodea dentro de una verosimilitud narrativa, en consonancia con su personalidad y el medio ambiente en el que vive. Esto se consigue intentando que la lengua sea un reflejo de este telón de fondo social; de ahí que abunden los vulgarismos y un estilo coloquial, con el que se intenta un acercamiento a la situación existencial del protagonista y de su medio ambiente.

Lazarillo de Tormes

PRÓLOGO
Sesión 2

  • Aparece ya el narrador en primera persona (YO) y anuncia lo que se va a contar y por qué lo escribe. Su justificación.
  • Descubrimos que la novela tiene un formato epistolar y que está dirigida a “Vuestra Merced”. Puede ser considerado como el último tratado del libro. Lázaro lo ha compuesto cuando ya tiene escrita su autobiografía.
  • Es una exposición de la utilidad del libro. Señala las razones por las que se ha dispuesto a contar su vida.

ESTRUCTURA: 4 PÁRRAFOS

  • PÁRRAFO 1
Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, ya los que no ahondaren tanto los deleite. a este propósito dice Plinio que no hay libro, por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena; mayormente que los gustos no son todos unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello. así vemos cosas tenidas en poco de algunos, que de otros no lo sonesto para que ninguna cosa se debería romper ni echar a mal, si muy detestable no fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente siendo sin perjuicio y pudiendo sacar de ella algún fruto. Porque, si así no fuese, muy pocos escribirían para uno solo, pues no se hace sin trabajo, y quieren, ya que lo pasan, ser recompensados, no con dineros, mas con que vean y lean sus obras y, si hay de qué, se las alaben. Y, a este propósito, dice Tulio: «La honra cría las artes».
Comentario:
  • Aparece el recurso de la Captatio Benevolentiae (recurso retórico para ganarse la confianza del público). Las primeras frases son un exordio (introducción), una forma de atraer la atención del lector y animarle a que lo lea, bien sea porque pueda resultarle provechosa o porque simplemente lo divierta.
  • que cosas tan señaladas... vengan a noticia de muchos... “noticia” no tiene el significado habitual sino el de conocimiento.
  • Anuncia la finalidad de la obra, porque todo libro debe deleitar el gusto del público. Cita de PLINIO: No hay libro, por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena. 
  • Con ella pretende atraer el interés del lector por el libro que tiene entre sus manos. La autoría de esta idea la atribuye a Cayo Cecilio Plinio el Joven a su tío, Cayo Plinio el Viejo: fue un escritor, científico y militar latino.
  • Aparece la mentalidad individualista: el gusto del lector, la conciencia de público. Desde un primer momento se plantea la conciencia de las posibles percepciones que se pueden tener del texto, además de la clara aparición del “yo”. Tiene claro que hay a determinado público al cual le puede llegar a desagradar lo que dice y nuestra; pero lo interesante es que se dirige a un público lector.
  • Los escritores escriben para que la gente vea, lea y alabe sus obras. No por dinero, sino para ganar honra. Cita de TULIO: La honra cría las artes.
  • Se puede considerar todo esto como una introducción, preparación para el lector, lo prepara hacia donde está dirigida la obra y qué es lo que le puede suceder al lector, haciendo referencia a sus posibilidades de recepción, con lo que, muestra cierta preocupación por el lector. Pero, a su vez, plantea que puede haber dos tipos de lectura: la que deleita y la que enseña, hace reflexionar al lector.

  • PÁRRAFO 2
¿Quién piensa que el soldado que es primero del escala tiene más aborrecido el vivir? No por cierto; mas el deseo de alabanza le hace ponerse al peligro; y así en las artes y letras es lo mismo. Predica muy bien el presentado (eclesiástico) y es hombre que desea mucho el provecho de las ánimas; mas pregunten a su merced si le pesa cuando le dicen: «¡Oh, qué maravillosamente lo ha hecho vuestra reverencia!». Justó muy ruinmente el señor don Fulano, y dio el sayete de armas al truhán, porque le loaba de haber llevado muy buenas lanzas: ¿qué hiciera si fuera verdad?

Comentario:
  • Aquí pone tres ejemplos que ilustran la idea anterior. Los artistas buscan el honor y el reconocimiento (como el soldado que se pone delante en un ataque) para buscar la alabanza.
  • Pone en relación la valentía con el deseo de elogio, la búsqueda del reconocimiento y la alabanza.
  • Como en los torneos (las justas), el aspirante a maestro recompensó (dio el sayete) al bufón (truhán), que le alababa (loaba de haber llevado muy buenas lanzas) a pesar de que había hecho un mal ejercicio. ¿Qué hubiera hecho si los elogios hubieran sido auténticos?



  • PÁRRAFO 3
Y todo va de esta manera: que, confesando yo no ser más santo que mis vecinos, de esta nonada, que en este grosero estilo escribo, no me pesará que hayan parte y se huelguen con ello todos los que en ella algún gusto hallaren, y vean que vive un hombre con tantas fortunas, peligros y adversidades.
Comentario:
  • Aparece aquí el tópico de la falsa modestia. Se presenta como un hombre humilde, que no se siente más que sus vecinos. Reconoce su “grosero estilo”, y que esta obra no es gran cosa. 
  • Según el narrador, la biografía de Lázaro quiere proporcionar a los lectores una «nadería» tan didáctica como divertida. El autor alude al concepto del «deleitar aprovechando», concepto tópico en los textos de la época, sobre todo en los textos preliminares.


  • PÁRRAFO 4
Suplico a Vuestra Merced reciba el pobre servicio de mano de quien lo hiciera más rico si su poder y deseo se conformaran. Y pues Vuestra Merced escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso, parecióme no tomarle por el medio, sino del principio, porque se tenga entera noticia de mi persona, y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.
Comentario: 
  • Si pudiera desearía que fuera má valioso (rico).
  • Quiere relatar “el caso” a “Vuestra Merced”, pero debe comenzar desde el principio para que su receptor pueda comprender las causas que lo han empujado a sostener su actual situación deshonrosa –«el caso»– y justificar, así, su posición favorable ante el trato del arcipreste de San Salvador con su mujer. 
  • Las últimas frases del prólogo permiten pensar que la obra defiende la virtud de cada persona para mejorar su estado gracias a su esfuerzo. Pero hay que prestar atención a la ironía en todo el relato. Solo ha conseguido obtener un oficio de poco prestigio: pregonero de vinos y ser la burla de todos.
  • En el siglo XVI el término «fortuna» tenía varias acepciones: era el destino que disponía a capricho el devenir de un individuo; era la buena ventura, la suerte, y era también la borrasca que surgía en la tierra o en el mar. El narrador utiliza aquí las tres acepciones porque el protagonista hace alarde de encontrarse en la cumbre de toda prosperidad y haber sorteado los obstáculos que le imponía el destino, remando adecuadamente a su favor. La ironía está en que su concepto de prosperidad dista de corresponderse con lo que comúnmente se identificaría como situación exitosa, puesto que es un marido cornudo y sometido a los designios de su amo.








Lazarillo de Tormes

TRATADO PRIMERO
Cuenta Lázaro su vida y cúyo hijo fue

Sesión 3

Los tres primeros tratados constituyen el periodo de aprendizaje de Lázaro.

  • ARGUMENTO DEL TRATADO PRIMERO
Nacimiento de Lázaro. Su padre es apresado, marcha obligado a la expedición de Gelves y acaba su vida como acemilero. Lázaro y su madre se trasladan a Salamanca. Ella trabaja en casa del comendador de la Magdalena, en donde entabla relación con el negro Zaide, con quien tiene un hijo. Pero Zaide resulta ser un ladrón y los amancebados son despedidos. Ella pasa a trabajar en el mesón de la Solana. La madre de Lázaro decide entregarlo a un ciego, para que le sirva. 
Saliendo de la ciudad, a la altura del puente, el ciego pide al chico que vea y oiga el interior de uno de los toros de piedra. Nada más acercarse, el viejo aplasta la cabeza del muchacho contra la piedra. Es su primera enseñanza, y la que despoja por completo a nuestro protagonista de toda inocencia. Lázaro y el ciego viajan por diferentes pueblos de la provincia de Toledo, como Almorox y Escalona. Lázaro aprende a engañar a su amo para sisarle vino, uvas o longaniza. El amo, sin embargo, se muestra más listo que él, al adivinar sus engaños y propinarle buenos castigos. Lázaro acaba vengándose de la avaricia del ciego, haciendo que se estrelle contra un poste y abandonándole a su suerte. 

Comentario:
  • El epígrafe “cúyo hijo fue” (de quien fue hijo) está cargada de intención: alude, más que a los padres reales, al ciego, que lo recibe por “hijo”, y del que reconoce más adelante que “después de Dios, este me dio la vida”. Con el ciego adquiere habilidad y astucia.
  • Lázaro descubre que está solo en el mundo y debe saber cuidar de sí mismo.


  • PERSONAJES

Son redondos el ciego y el propio Lázaro. Desde el principio, Lázaro remarca la condición de personaje redondo de su amo, al afirmar de él que “desde en adelante mudó propósito”, lo que significa que la experiencia le hace cambiar de actitud. 
El mismo protagonista es también un personaje redondo porque evoluciona (“viendo que aquel remedio no y me aprovechaba, acordé...”. El niño va aprendiendo del ciego la capacidad de engaño y fingimiento (“fingiendo haber frío”, “no diréis, tío, que os lo bebo yo”). Ya en la primera parte hay una descripción de la personalidad astuta y traidora del ciego (“como fuese el traidor tan astuto”), carácter que poco a poco irá 
imitando el niño.














El personaje del CIEGO:
  • El ciego es el personaje que más influye en su vida, ya que le enseña a ser astuto, malicioso, tramposo, y hasta vengativo. Con él aprende a conseguir comida y dinero.
  • El episodio del golpe contra el toro formaba parte de las burlas tradicionales. Lázaro inicia su aprendizaje en la astucia.
  • El ciego es avaro y tramposo. Practica la mendicidad. Finge adivinar el sexo de los bebés de las embarazadas o se hace pasar por supuesto médico.
  • Enseña a Lázaro a ayudar en misa, lo que le facilita la entrada al servicio del clérigo.
  • El ciego era un tipo común en la sociedad del siglo XVI. Solía sobrevivir repartiendo pliegos sueltos y cantando coplas de ciudad en ciudad, como hace el primer amo de Lázaro, que despacha remedios y profecías a las mujeres de los pueblos que va visitando sin fijar su residencia en localidad alguna. El ciego pertenece a la clase social más baja por la que pasa el protagonista y es quien realmente «alumbra» al mozo y le muestra la ruindad del mundo que le rodea. 
  • A lo largo de la obra, Lázaro echará mano de los consejos del ciego y de sus enseñanzas, que aplicará cuando vaya a mendigar o cuando urda los diferentes engaños con los que conseguirá sustento. 
  • El ciego es el personaje más influyente en nuestro pícaro, pues despierta la audacia del protagonista y corrompe su moral: después de estar con él, Lázaro deja de sentir remordimientos por sus trazas e incluso le sobrevienen deseos de venganza, como sucede con la trampa que acaba con el viejo en arroyo.



  • ESTRUCTURA
  • El tratado primero consta de 5 partes:
  1. Nacimiento. Orígenes e itinerario vital hasta el encuentro con el ciego. 
  2. Pasa a servir al ciego. Episodio del golpe contra el toro. Primeros aprendizajes. 
  3. Descripción de los oficios y habilidades del ciego. Trampas de Lázaro: con el fardel, la media blanca, la paja en el jarro de vino, el golpe con el jarro. 
  4. Deseos de venganza. Episodio de las uvas, de la longaniza. Castigos y humillación. 
  5. Venganza de Lázaro episodio del poste de Escalona.


  • RASGOS DE ESTILO
  • Los párrafos iniciales están presididos por la ironía (parodia del nacimiento, uso paródico de textos del Evangelio, referencias a la madre, ironía en la crítica contra la iglesia: el clérigo roba a los pobres y el fraile de su convento (casa) para sus amantes (devotas) o para quedarse con otro tanto. Zaide es un nombre árabe que significa “Señor”, aquí resulta irónico.
  • Abundancia de refranes y expresiones proverbiales. «Más da el tacaño que el que nada tiene»
  • Durante el siglo XVI el castellano pasa del sistema fonológico medieval al moderno, pero todavía perduran algunas vacilaciones:
en las vocales, (mochacho-muchacho), diptongos (priesa-prisa), fusión de infinitivo y pronombre enclítico (pariome, tomole), diferencias de género (la puente), duplicidad de términos (agora- ahora, ansí-así, aqueste-este).
  • Desdoblamiento entre Lázaro - narrador desde la perspectiva adulta (ve las penalidades que vivió con el ciego como lecciones de vida) con el Lázaro - narrador reflexivo sobre lo que va narrando, con conciencia de escritor. 
  • Desdoblamiento entre narrador omnisciente y narrador testigo.
  • Narración con rasgos realistas: referencias históricas (Gelves) y geografía concreta: villas y ciudades de la Castilla de mediados de siglo XVI.
  • Diálogos espontáneos y creíbles.
  • El empleo de la adjetivación para matizar el significado de los sustantivos: «delgada tortilla», «dulces tragos», «sabroso licuor». 
  • Predominio de metáforas que dotan de gran expresividad al texto: “piedra imán”= atracción, “un par de besos” = sorbos; “lo dejaba a buenas noches”= sin nada; “fuentecilla” = jarra.
  • La presencia de los diminutivos “fuentecilla”, “pobrecilla” se opone al despectivo “pobreto” con el que se refiere al ciego.
  • Otros recursos: la hipérbole (“moría por él”, refiriéndose al vino), «el cielo, con todo lo que en él hay, me había caído encima»; la antítesis: “dulce y amargo jarro”.
  • El golpe en la estatua le sirve a Lázaro para despertar del sueño de la inocencia infantil y llegar a la determinación de que cumple «avivar el ojo y avisar». Nótese cómo la paronomasia entre los verbos "avivar" y "avisar" resalta la importancia clave que poseen estas dos acciones para el posterior desarrollo del pícaro. 
  • Dilogía del verbo "alumbrar", que significa tanto 'parir', 'dar a luz' como 'dar luz', 'iluminar'; y la segunda, a través del hecho de que sea precisamente un ciego quien haya de "iluminar" a un vidente, Lázaro, en su camino. «Me alumbró y adestró», nos dice. «Y fue ansí, que, después de Dios, este me dio la vida y, siendo ciego, me alumbró y adestró en la carrera de vivir». 

  • ESPACIOS
  1. Infancia: Río Tormes, Tejares y Salamanca
  2. Ciego: Almorox, Escalona y Torrijos

  • TEMAS
  • Despertar a la vida adulta. Proceso de madurez y evolución desde la inocencia hasta el desengaño de la vida y descreencia en Dios.
  • Crítica a una religiosidad puramente formal y supersticiosa que se aprovecha de la credulidad de la gente. El ciego se gana la vida rezando oraciones memorizadas (en las que él mismo no cree) que le piden para sanar males o solucionar problemas.
  • Hambre, que será uno de los motores del posterior comportamiento de Lázaro y la justificación de su conducta, además de una crítica a la sociedad de la época, en la que contrastaba el hecho de ser una potencia imperial con la creciente situación de penurias y hambre que se vivía en España.
  • Avaricia, codicia




Lazarillo de Tormes

TRATADO SEGUNDO
Cómo Lázaro se asentó con un clérigo, y de las cosas que con él pasó.

Sesión 4

Los tres primeros tratados constituyen el periodo de aprendizaje de Lázaro.

  • ARGUMENTO DEL TRATADO SEGUNDO
Lázaro se dirige hacia Maqueda, un municipio entre Escalona y Torrijos, en la provincia de Toledo, donde sobrevive mendigando. A la puerta de una iglesia, un clérigo le pide que entre a su servicio. 
El clérigo, extremadamente avaricioso, mata de hambre a su nuevo sirviente. 
Lázaro no puede alimentarse porque en toda la casa no hay nada de comida. Solo hay una ristra de cebollas guardadas bajo llave en un cuarto en lo alto de la casa.
Lázaro está hambriento con el clérigo porque este tiene toda la comida guardada bajo llave en un arcón.
Aprovechando la visita de un calderero, Lázaro se hace con una copia de la llave del arcón en la que el amo guarda los alimentos. El amo se da cuenta de cómo mengua su despensa. Y Lázaro finge que son ratones y, más adelante, una culebra, quienes asaltan el arcón. 
El clérigo tapa sus agujeros y grietas, pero cada noche el ingenioso muchacho deshace los remiendos. Una noche, al respirar mientras duerme, la llave que Lázaro esconde en su boca comienza a silbar. El señor desenmascara al «culebro» a garrotazos. 
Tras el garrotazo, el clérigo intenta curar al mozo, pero cuando descubre la llave en su boca su actitud cambia. El muchacho recobra el sentido al cabo de tres días y se ve muy maltratado. Por suerte, una vieja va a curarlo y los vecinos le dan de comer. Pasados quince días del episodio de la culebra, cuando Lázaro se encuentra ya fuera de peligro pero no completamente restablecido, el clérigo le pone en la calle y le dice que busque nuevo amo porque no quiere en su compañía «tan diligente servidor», pues no es posible sino que haya sido mozo de ciego. Y, santiguándose, como si el muchacho estuviera endemoniado, se mete en la casa y cierra la puerta, dejando a Lázaro desamparado.
Lázaro es despedido y se marcha a Toledo, donde entra al servicio de un escudero.

Comentario:
  • Lázaro se queda con el clérigo unos seis meses. Esgrime dos razones para no dejarlo: la primera es que teme, por la extrema flaqueza que sufre, que sus piernas no le aguanten, y la segunda, que tiene miedo de encontrar un amo peor que este, pues la experiencia le dice que este segundo amo es más vil que el primero, por lo que teme que el tercero aún lo trate peor.
  • Alusiones al ciego. Lázaro cuenta que escapó del trueno (el ciego) y dio en el relámpago (el clérigo), haciendo con su tacañería que el primero fuera tomado por generoso.
Se lamenta, posteriormente, de que al clérigo no podía engañarlo utilizando su astucia, como hiciera con el ciego, ya que tenía una vista muy aguda y llevaba la cuenta de las blancas que le echaban en la concheta en el ofertorio.
Cuando piensa en abandonar al clérigo, desiste al pensar que el segundo amo es mucho peor que el primero y que puede aún empeorar más la situación con un tercero.
  • Lázaro recuerda al ciego porque el clérigo es tan ruin y miserable que convierte en bueno al primer amo y le hace pensar que, si buscara de nuevo a quien servir, el que encontrase sería aún peor. Y porque la astucia y mañas que había desarrollado con el primero, no le servían para engañar al segundo.

  • PERSONAJES
El personaje del CLÉRIGO. Rasgos característicos.
  1. El principal rasgo del clérigo es la avaricia, tanta que el ciego, comparado con él, era un «Alejandro Magno», considerado símbolo de generosidad. (Ironía)
  2. Le sigue la falta de caridad para con el prójimo; una vista tan aguda que Lázaro no le podía hurtar nada; su gran tacañería, disfrazada de moderación pero puesta en evidencia en los mortuorios o cuando pide prestada la ratonera y las cortezas de queso a los vecinos; la falsedad de la que hace gala en sus actuaciones y la crueldad.

  • TEMAS:
  1. CRÍTICA A LOS CLÉRIGOS
El clérigo no está individualizado, representa a los de su misma clase, por lo que las críticas que Lázaro realiza de él, se pueden hacer extensivas a los demás.


Lázaro censura en él:
– La miseria, tanto real como moral: «No digo más, sino que toda la laceria del mundo estaba encerrada en este (no sé si de su cosecha era o lo había anejado con el hábito de clerecía)».
– La falta de caridad para con el prójimo: «Pues ya que conmigo tenía poca caridad, consigo usaba más. Cinco blancas de carne era su ordinario para comer y cenar. Verdad es que partía conmigo del caldo, que de la carne ¡tan blanco el ojo!, sino un poco de pan, y ¡pluguiera a Dios que me demediara!»
– La falsedad y mezquindad. La liturgia religiosa carece para él de sentido, pues- to que está más pendiente del dinero que la gente echa en la colecta que de la misa que está oficiando: «Cuando al ofertorio estábamos, ninguna blanca en la concha caía que no era de él registrada: el un ojo tenía en la gente y el otro en mis manos». Viste de templanza lo que no es más que tacañería: «—Mira, mozo, los sacerdotes han de ser muy templados en su comer y beber, y por esto yo no me desmando como otros».
– El cinismo y la falta de empatía para con los demás, dando a Lázaro las migajas del pan que él no desea comer por haber sido, supuestamente, roído por los ratones, aunque Lázaro lo celebre como un triunfo de su astucia: «Pusímonos a comer, y quiso Dios que aun en esto me fue bien, que me cupo más pan que la laceria que me solía dar, porque ralló con un cuchillo todo lo que pensó ser ratonado, diciendo: —Cómete eso, que el ratón cosa limpia es».
Lázaro aprende que ciertos clérigos, faltos de caridad, piedad y verdadera religiosidad, se sirven de la Iglesia para sobrevivir; que los ritos que realizan no tienen para ellos más sentido que el de medrar y comer bien a costa de los feligreses y de los moribundos; que a pesar de predicar el Evangelio, la avaricia y la crueldad forma parte de ellos.

  1. RELACIÓN HAMBRE/ MUERTE
Lázaro señala constantemente que el hambre que pasaba con el clérigo era tanta que estaba a punto de fallecer; la línea divisoria entre la vida y la muerte, por la inanición, era muy sutil: «Finalmente yo me finaba de hambre». «Vime claramente ir a la sepultura, si Dios y mi saber no me remediaran». «No era yo señor de asirle una blanca todo el tiempo que con él viví, o, por mejor decir, morí». «Porque, viendo el Señor mi rabiosa y continua muerte, pienso que holgaba de matarlos por darme a mí vida». «En nada hallaba descanso, salvo en la muerte, que yo también para mí, como para los otros, deseaba algunas veces; mas no la veía, aunque estaba siempre en mí». «Mas como la hambre creciese, mayormente que tenía el estómago hecho a más pan aquellos dos o tres días ya dichos, moría mala muerte».

  • ESTRUCTURA INTERNA:
1ª Parte: Veintiún días al servicio del clérigo. Lázaro describe la miseria, la tacañería y avaricia de su nuevo amo. Pasa un hambre voraz y de nada le sirve su ingenio.
2ª Parte: Episodio del arca, los ratones y la culebra.
3ª Parte: Desenlace. 

  • RASGOS DE ESTILO
Se utilizan numerosos recursos estilísticos como la enumeración, la ironía, el polisíndeton, hipérbole, antítesis, etc., para describir pormenorizadamente las carencias y miseria existentes en la casa del clérigo como un anticipo del hambre que va a pasar Lázaro en la casa.
Enumeración: «Y en toda la casa no había ninguna cosa de comer, como suele estar en otras algún tocino colgado al humero, algún queso puesto en alguna tabla o en el armario, algún canastillo con algunos pedazos de pan que de la mesa sobran».
Ironía: «Pues ya que conmigo tenía poca caridad, consigo usaba más. Cinco blancas de carne era su ordinario para comer y cenar. Verdad es que partía conmigo del caldo, que de la carne ¡tan blanco el ojo!», «Dábame todos los huesos roídos. Y dábamelos en el plato, diciendo: —Toma, come, triunfa, que para ti es el mundo. Mejor vida tienes que el Papa».
Polisíndeton: «Y fue que veo a deshora al que me mataba de hambre sobre nuestro arcaz, volviendo y revolviendo, contando y tornando a contar los panes. Yo disimulaba y en mi secreta oración y devociones y plegarias decía: “¡San Juan, y ciégale!”».
Hipérbole: «Me finaba de hambre», «Bailábanle los ojos en el casco».
Antítesis: «Acabamos de comer, aunque yo nunca empezaba», «Pienso que holgaba de matarlos por darme a mí vida», «No era yo señor de asirle una blanca todo el tiempo que con él viví, o, por mejor decir, morí».
Juegos de palabras: «Abro con mi desaprovechada llave, sin esperanza de sacar provecho», «Del partido partí un poco al pelo que él estaba».
Personificación«No dejó en la triste y vieja arca agujero», «Daba en la pecadora del arca grandes garrotazos».
Lázaro de Tormes utiliza en ocasiones incisos y apartes con los que hace partícipe al lector de sus pensamientos íntimos, como si hablara consigo mismo en voz alta, sin que le oyera su interlocutor, introduciendo de este modo un guiño de complicidad con el lector para que este sienta simpatía hacia él: «“¡Tal te la dé Dios!”, decía yo paso entre mí. Preguntome si tenía algo que adobar. “En mí teníais bien que hacer, y no haríais poco si me remediaseis”, dije paso, que no me oyó. “¡Nuevas malas te dé Dios!”, dije yo entre mí.».
A veces los incisos sirven para introducir comentarios críticos sobre el clérigo, que hace extensivos a otros de su misma clase, en la misma línea que lo hicieran los erasmistas: «No digo más, sino que toda la laceria del mundo estaba encerrada en este (no sé si de su cosecha era o lo había anejado con el hábito de clerecía); Despertando a este lacerado de mi amo y poniéndole más diligencia de la que él de suyo se tenía (pues los míseros, por la mayor parte, nunca de aquella carecen)»;
o para hacer reflexiones filosóficas sobre la vida: «¡Oh Señor mío —dije yo entonces—, a cuánta miseria y fortuna y desastres estamos puestos los nacidos, y cuán poco duran los placeres de esta nuestra trabajosa vida!» o para exponer buenos deseos: «Pues, estando en tal aflicción (cual plega al Señor librar de ella a todo fiel cristiano)».
Refranes y frases hechasEscapar del trueno y dar en el relámpago. Pasar de una situación mala a otra peor.
Ser un Alejandro Magno. Ser el prototipo de la generosidad.
Rogar al Señor, que le echase a la parte que más servido fuese. Pedir a Dios que haga lo más conveniente para la persona: mantenerla con vida o enviarle la muerte y con ella el descanso eterno.
No hallar descanso, salvo en la muerte. Desear la muerte para terminar con los trabajos y fatigas de la vida terrenal.
Ir de mal en peor. Pasar progresivamente de una situación mala o adversa a otra peor. [Hacer algo] en dos credos. Hacer algo en muy poco tiempo, el que se tarda en rezar
dos credos.
Tener a buen recaudo. Tener algo muy custodiado para que no pueda ser robado.
Donde una puerta se cierra, otra se abre. Expresión con la que se invita a no perder la esperanza porque, cuando todo parece perdido, surge otra ocasión favorable.
Andar hecho un trasgo. Convertirse en un duende nocturno e inquieto que destroza todo lo que hay a su alrededor.
Cuando la desdicha ha de venir, por demás es diligencia. Cuando una desgracia nos amenaza, no podemos hacer nada para evitarla porque irremediablemente se acabará produciend


Lazarillo de Tormes

TRATADO TERCERO
Cómo Lázaro se asentó con un escudero, y de lo que le acaesció con él.

Sesión 5

  • Los tres primeros tratados constituyen el periodo de aprendizaje de Lázaro. Son los más extensos y se produce una gradación ascendente del motivo del hambre. Los amos que más influyen en Lázaro son los tres primeros, representantes del pueblo, el clero y la nobleza, que son los que conforman la verdadera educación del protagonista cuando todavía está en la etapa de la niñez. Las enseñanzas que recibe del primero las aplica con el segundo y las de ambos, para no morirse de hambre, con el tercero. Con ellos aprende a enfrentarse a las adversidades de la vida y a valerse por sí mismo, sin confiar en la ayuda de los demás.

  • ARGUMENTO DEL TRATADO TERCERO
Lázaro es despedido y se marcha a Toledo, donde vive de limosnas durante 15 días hasta que entra al servicio de un escudero. Engañado por la vestimenta y los modos corteses del amo, Lázaro se crea grandes esperanzas. Sin embargo, la casa del escudero no esconde despensa alguna y este no podrá alimentarle: el sirviente deberá comer por sus propios medios.
Lázaro pide limosna y vuelve a casa con cena. A pesar de la resistencia de su señor, ambos comparten: una uña de vaca y algo de pan. De este modo acaban amo y criado sobreviviendo a través de la caridad del prójimo.
El escudero sólo se preocupa por su apariencia. Incluso se pasea con una paja entre los dientes para simular que ha disfrutado de un gran banquete. Lázaro descubre esta falsedad y el amo explica los motivos que le han empujado a malvivir lejos de Castilla la Vieja: tuvo que huir de allí porque un vecino le deshonró, al dejar de saludarlo con el debido respeto. Un buen día aparecen ciertos acreedores y Lázaro repara en que su amo se ha escapado.
Con el escudero permanece dos meses, pero, el primer día que trabaja con él, el tiempo se le hace eterno, según van pasando las horas y su amo no da muestras de tener intención de comer. En este tratado es Lázaro quien se dedica a alimentar a su amo.

Comentario:
Diferencias con los tratados anteriores:
Los dos amos anteriores de Lázaro, el ciego (marginado) y el clérigo (Iglesia), le dan comida de manera muy escasa pero, en este caso, el escudero (nobleza inferior) no le da nada y se deja alimentar por el joven; es decir, Lazarillo pasa a cuidar a su amo. Además, en los dos primeros tratados es Lázaro quien abandona a sus amos, mientras que en este es el amo quien lo deja a él. Asimismo, los dos primeros lo maltratan físicamente y este no (por ello llega a cogerle cierto afecto). Los papeles entre amo y Lázaro cambian.

  • PERSONAJES
El personaje del ESCUDERO. Rasgos característicos.
  • El escudero era un hidalgo (miembro de la nobleza inferior). 
  • Este tiene la apariencia de un hombre bien vestido y bien peinado, con paso uniforme y acompasado. Tiene obsesión por la limpieza. Es muy devoto. 
  • Representa las falsas apariencias de la época, la vanidad y la hipocresía, critica de la corte lo mismo que él estaría dispuesto a hacer en el caso de que topara con alguien que quisiera contratar sus servicios.
  • El hidalgo pertenece al escalón más bajo de la nobleza y ejemplifica los problemas ocasionados por la obsesión por la honra y la ostentación de la limpieza de sangre. El escudero es, a este respecto, personaje paradigmático, que se resiste a buscar trabajo pese a la miseria en la que vive, porque los hombres de su condición no pueden ni deben servir a nadie. Su máxima ocupación es, precisamente, demostrar de puertas afuera que su situación económica es holgada y que vive de renta. De puertas adentro, esa «casa encantada», como la llama Lázaro, simboliza la falsedad en las pretensiones de su clase social y las penurias que pasa en realidad sólo por mantener su condición impoluta. No puede ocultar ante su criado su indigencia; no tiene dinero, ni muebles, ni cama cómoda, ni comida, ni nada. Por eso el amo no acude a la casa a la hora de comer. 
  • Su pasado en Castilla la Vieja no es sino una burla directa a la importancia que había adquirido la honra. Así, cuando el vecino deja de saludar al escudero correctamente, su gesto en realidad está indicando que dejaba de reconocer su hidalguía, es decir, que perdía su identidad, estatus social y, supuestamente, poder. Ahí radica el valor que alcanza la opinión de los demás y de ahí que el escudero se dedique a pasearse por Toledo con aires de caballero o que quiera tener un criado aunque ni siquiera pueda alimentarlo.

TEMAS:
  1. Falsas apariencias.
La «casa encantada» en la que habita el escudero sorprende a Lázaro porque se encuentra absolutamente vacía, sin muebles y con un áspero colchón como cama. Es una metáfora de su dueño. Por fuera parece que goza de prosperidad y de opulencia, y por dentro es completamente diferente. El hidalgo se pasea con vestiduras de otro tiempo, como si disfrutara de una posición económica holgada, pero su estómago está tan vacío como su hogar. El hidalgo no tiene dinero, ni muebles, ni cama cómoda, ni comida, ni nada. Por eso el amo no acude a la casa a la hora de comer y Lázaro, aunque el escudero afirme que ha comido, hace todo lo posible para compartir lo poco que ha logrado con la mendicidad (tripas, uñas de vaca y pan).
  1. Visión negativa y sátira del concepto de honra.
La honra era algo que se poseía o no de nacimiento (el linaje), y se basaba en las apariencias, en el qué dirán o en el dinero: así lo confirma la conducta del hidalgo y lo comprende Lázaro. La virtud, en cambio, es un valor diferente.

  • ESTRUCTURA INTERNA:
Parte 1. Primer día. Encuentro y asistencia a misa. Entrada a casa del escudero. La única posesión es una vieja cama. Le pregunta de dónde era y cómo había llegado allí. Luego le pregunta si había comido, Lázaro le contesta que no, pero siente la esperanza de dormir alimentado, pero al llegar la noche, se ve obligado a compartir sus panes con él.

Parte 2. Ante la tardanza de su amo, Lázaro vuelve a mendigar y tiene que compartir por segunda vez la comida.

Parte 3. Reflexión de Lázaro. Toma de conciencia de la situación real. Es él quien ha de mantener a su amo. pero aún así le aprecia. Solo le disgusta de él una cosa: “que quisiere yo que no tuviera tanta presunción, mas que abajara un poco su fantasía con lo mucho que subía su necesidad.” Llega a sentir lástima por él. Narra el episodio de la procesión fúnebre en la calle, cuando cree que llevan el muerto a su casa. “¡A la casa triste y desdichada, a la casa lóbrega y obscura, a la casa donde nunca comen ni beben!”. Tras días de buena convivencia, el escudero le revela a Lázaro la causa real de su estancia allí: la honra herida. Le explica su caso.
Parte 4. Desenlace. Llegada de los acreedores y al ver la inocencia de Lázaro, al que defienden las vecinas. le dejan libre. Lázaro repara en que el escudero se ha escapado. 

  • RASGOS DE ESTILO:
  • Lázaro utiliza incisos y apartes con los que hace partícipe al lector de sus pensamientos íntimos, como si hablara consigo mismo en voz alta, sin que le oyera su interlocutor, introduciendo de este modo un guiño de complicidad con el lector para que este sienta simpatía hacia él. A veces los incisos sirven para introducir comentarios críticos. (“dije entre mí”).
  • Monólogos de Lázaro. Reflexiona sobre el conflicto del ser y el parecer, entre la verdad y las apariencias. Reflexiona sobre la existencia humana. La compasión que siente Lázaro por el hidalgo no evita la crítica hacia su actitud altiva, cuando el escudero le cuenta su enemistad con otros nobles de su tierra al ofenderse con el saludo.
  • Figuras y recursos propios de la expresividad. Exclamaciones e interrogaciones retóricas, apóstrofes, paralelismos,...
  • Uso generalizado de la ironía y la sátira.
  • Cuentos folclóricos divertidos (el episodio del entierro)
  • Juegos de palabras (Le alcanzaron [las deudas] lo que él en un año no alcanzara [lograra conseguir])
  • Refranes y frases hechas aplicables al escudero: «Del costal vacío, nunca buen bódigo». «Dios hará merced y aun estar tres días sin comer». «El villano en su tierra y el hidalgo donde quiera». «Con buen traje, se encubre mal linaje». «Mal da quien no ha»
  • Antítesis: «Tan frío de bolsa cuanto estaba caliente del estómago»«mas que abajara unpoco su fantasía con lo mucho que subía su nececidad». 





Lazarillo de Tormes
Sesión 6
TRATADOS CUARTO Y QUINTO

4. Cómo Lázaro se asentó con un fraile de la Merced, y de lo que le acaesció con él.
5. Cómo Lázaro se asentó con un buldero, y de las cosas que con él pasó.

  • Los últimos cuatro capítulos se introducen episodios que no aparecen estrechamente relacionados; los capítulos están organizados en sarta (episodios que no parecen estrechamente relacionados), pero siguen presentando conexiones y dependiendo del “caso”.
  • Aparece un Lázaro algo más maduro, que se pone al servicio de un fraile y de un vendedor de bulas. Con ellos comprueba la vida poco cristiana de algunos religiosos y cómo el engaño se ha convertido en un patrón habitual de conducta.
  • Lázaro aprende nuevas artes de engaño, profundiza en la falsedad y continúa acumulando sufrimiento

  • ARGUMENTO DE LOS TRATADOS CUARTO Y QUINTO

4º. Lázaro conoce al fraile de la Merced a través de unas “mujercillas” que había tenido por vecinas en casa del escudero. Lázaro se asienta con este fraile, quien le regala su primer par de zapatos. Es la primera propiedad de Lázaro y la primera señal de mejora. 
El personaje del fraile entronca con la tradición de los clérigos lujuriosos y libertinos. Lázaro lo abandona al poco de entrar a su servicio: “Y por esto y por otras cosillas que no digo, salí dél”.
Según parte de la crítica, Lázaro se refiere a que el fraile de la Merced mantiene relaciones ilícitas con él. 


5º. El buldero es un clérigo encargado de predicar y vender las bulas. era un predicador profesional que habría dejado el monasterio. Da a los clérigos o curas algunas cosas para tenerlos contentos: lechugas murcianas, limas o naranjas, melocotones, duraznos o peras verdinales.
Un día, estaba el buldero en la Sagra de Toledo ya cansado porque llevaba tres días predicando y no le habían comprado ni una bula ni tenían intención de hacerlo, y por la noche, en la posada, se jugó la colación (el postre) con el alguacil. Discutieron, llamándole uno ladrón al alguacil y el otro falsario al buldero.
(Un alguacil es un funcionario subalterno de un ayuntamiento o un juzgado. Por lo general ejecuta las órdenes del juez o del alcalde.)
Al día siguiente, en la iglesia, el buldero llamó a todo el pueblo, el cual, murmuraba de que las bulas eran falsas, y comenzó a decir un sermón para que la gente se animara y no se quedara sin la Santa Bula, y a continuación, el alguacil empezó a decir que todo era mentira y que el buldero era un farsante. Acto seguido el buldero se arrodilló en el suelo diciendo: 
Señor Dios, tú sabes la verdad y cuán injustamente me ha ofendido, por mi parte lo perdono, más la ofensa a ti hecha, te suplico que no lo perdones, porque si alguno de los que están aquí había pensado tomar esta Santa Bula, al oír las falsas palabras de ese hombre, lo dejarán de hacer. Te suplico que hagas un milagro y que si yo miento, el púlpito sobre el que estoy se hunda conmigo bajo tierra y nunca aparezcamos, y si es verdad lo que yo digo, que el alguacil sea castigado.
En cuanto terminó la oración, el alguacil se desplomó y dio un golpe en el suelo que resonó en toda la iglesia. Comenzó a dar rugidos y echar espuma por la boca, a hacerlo toser y hacer gestos raros con la cara, y revolcándose por el suelo. La gente estaba asustada. 
Al final, el buldero le pidió al Señor que perdonara al alguacil por el pecado que había cometido y que liberara al demonio que había en su interior. Al día siguiente, la noticia se propagó por los pueblos cercanos y todos poseían la bula. 
Lázaro estuvo con este amo cuatro meses, este le hizo pasar muchas fatigas pero al menos les daba de comer a costa de los curas y otros clérigos donde iba a predicar.

  • PERSONAJES
El personaje del fraile de la Merced. Rasgos característicos.
  • La orden de la Merced se fundó en 1218. Pero a mediados del siglo XVI no gozaban de buena reputación por su escaso espíritu evangélico.
  • Es un fraile mercedario (orden religiosa de carácter militar y de vida relajada y mala fama)
  • Es el amo que le da a Lázaro su primer par de zapatos. 
  • Parece ser un fraile vividor, mujeriego y hasta alcahuete. Lázaro nos describe al fraile de la Merced como alguien alejado de los oficios religiosos. Se preocupa más por los asuntos mundanos que por los de carácter espiritual. Prefiere andar fuera y hacer visitas porque es un vividor y un mujeriego. 
  • Este es un fraile corrupto. Emplea la mayor parte del tiempo en ir con varias mujeres. Es promiscuo.
  • Representa la lascivia.

El personaje del buldero. Rasgos característicos.
  • La bula era un privilegio otorgado por el Papa que dispensaba a quienes la compraban de cumplir obligaciones religiosas, como el ayuno en Cuaresma. 
  • El buldero representa la falsa religiosidad. Vende bulas para lucrarse de las ganancias y convence a la gente para que las compre.
  • Lo describe en el primer párrafo como “el más desenvuelto y desvergonzado”. No da detalles de su encuentro ni de rasgos físicos.
  • El buldero está tomado de la realidad cotidiana de la España de Carlos V. El buldero era un predicador profesional, contratado para aumentar la venta de las bulas. Una bula era una indulgencia o privilegio, que otorgaba el Papa a cambio de una limosna y que dispensaba a quien la obtenía de ciertas obligaciones religiosas o litúrgicas (especialmente en cuestiones relacionadas con el ayuno de Cuaresma) Las bulas fueron concebidas inicialmente para contribuir a los gastos de las cruzadas contra los moros.
  • El buldero se hacía acompañar de un alguacil, que ejecutaba las penas sancionadas a los reacios a comprar bulas. Atemorizaba a los feligreses y cometía extorsiones.
  • Es tan falso que pacta con un alguacil para hacer un drama donde este fingía haberse muerto y luego haber revivido milagrosamente.

    TEMAS:
  1. Falsa religiosidad y la corrupción del clero.
El tratado cuarto es una durísima crítica al clero y a los vicios que sus miembros tienen (fraile de la Merced). El buldero es un personaje que vive aprovechándose de la ingenuidad de los fieles cristianos, un tipo frecuente en un momento en que era habitual la venta de bulas y privilegios papales. Su actuación en este tratado refleja el negocio que giraba en torno a las indulgencias y venta de concesiones con la promesa de limpiar pecados.


RASGOS DE ESTILO:
  • Uso generalizado de la ironía y la sátira. En todo el tratado 4.
  • Figuras y recursos propios de la expresividad: Exclamaciones e interrogaciones retóricas, apóstrofes, paralelismos,...
  • Juegos de palabras. Doble sentido de la palabra “reverendos”: “clérigos respetables, dignos de reverencia” y “clérigos ordenados por las cartas de recomendación, llamadas “reverendas”.
  • Fórmula jurídica: “directe ni indirecte”. 
  • Las oraciones del buldero siguen, con un tono de parodia, el estilo de paralelismos y antítesis. 
Antítesis: “imposible /posible”
Paralelismos: “ Yo le perdono / Tú, señor, me perdones”.
  • Frases bíblicas y litúrgicas: “El señor le socorra y valga”.
  • Derivación o polípote: “conocí cómo había sido industriado por el industrioso y inventivo de mi amo” (maquinado el alguacil por el astuto de mi amo)







Lazarillo de Tormes
Sesión 7

TRATADOS SEXTO Y SÉPTIMO

6. Cómo Lázaro se asentó con un capellán, y lo que con él pasó.
7. Cómo Lázaro se asentó con un alguacil, y de lo que le acaesció con él. 


ARGUMENTO DE LOS TRATADOS SEXTO Y SÉPTIMO


       TRATADO SEXTO:

AMOS: Pintor de panderos (6º) y capellán (7º) Oficio: aguador (considerado de los más viles e inestables).
  • El primer amo al que sirve en el tratado VI es un maestro de pintar panderos, que lo contrata para que le muela los colores. Se dedica a pintar panderetas para luego venderlas en las calles y plazas.
  • El segundo, el capellán le proporciona un asno, cuatro cántaros y un látigo para que reparta agua por la ciudad. Le pone a trabajar de AGUADOR, oficio que se contaba entre los más viles e inestables. Dada la competencia entre moriscos, los sueldos que se pagaban eran muy bajos.
  • Lázaro cobra ahora y puede ahorrar algo de dinero gracias a su «boca medida» y a que su amo le permite quedarse con las ganancias que sobrepasaran los treinta maravedís diarios y la recaudación de los sábados. Tras cuatro años, con lo ahorrado, pudo comprar para «vestir muy honradamente de la ropa vieja» y convertirse en «hombre de bien», siguiendo lo aprendido con el escudero. 
  • Con ninguno de los dos amos pasa hambre ni necesita utilizar su ingenio para poder sobrevivir, pero con el segundo puede empezar a plantearse un futuro.
  • Este fue el primer escalón que yo subí para venir a alcanzar buena vida”. Voceando el agua ganó dinero para vestirse como los hombres de bien.
  • Concretamente, adquiere «un jubón de fustán viejo y un sayo raído, de manga trenzada y puerta, y una capa que había sido frisada, y una espada de las viejas primeras de Cuéllar». En ese momento, entrega el asno a su amo y deja su oficio de vendedor de agua. 

TRATADO SÉPTIMO:

AMOS: Alguacil (8º) y pregonero para el Arcipreste (9º). 
  • Lázaro deja pronto al alguacil (ejerce de porquerón o ayudante) porque le parece que ejerce un oficio peligroso. Una noche, unos delincuentes los apedrean y golpean violentamente con palos. Posteriormente, Lázaro consigue un oficio real: pregonero. 
  • Su nuevo oficio consiste en pregonar (anunciar por las calles) los vinos que se venden en la ciudad, anunciar las subastas públicas y los objetos perdidos, acompañar a los que están perseguidos por la justicia y anunciar sus delitos.
  • A Lázaro lo contrata el arcipreste de San Salvador para que pregone sus vinos.
  • El arcipreste es amigo o conocido de Vuestra Merced, la persona a quien va dirigido el relato. 
  • El arcipreste quiere casar a Lázaro con su criada. Este consiente este compromiso porque la criada es buena hija, diligente y servicial. Además, así obtiene los favores y ayudas del arcipreste: trigo, carne, bodigos, calzas viejas, y los domingos y días de fiesta comen en su casa. Las «malas lenguas» cuentan que la mujer de Lázaro y el arcipreste de San Salvador mantienen una relación secreta. 
  • Los clérigos solían casar a sus amancebadas con criados suyos para acallar posibles rumores y disimular tanto los embarazos como los abortos de sus amantes.
  • El arcipreste le responde al protagonista que no se crea los rumores de la gente porque no son ciertos y que siga disfrutando de los beneficios de los que goza gracias a él. 
  • Los amigos de Lázaro lo avisan de la posible relación que existe entre su amo y su esposa. Incluso le explican que su mujer ha abortado tres veces del arcipreste antes de casarse con él. 
  • Lázaro dice creer a su mujer, aunque sabe que es un marido cornudo. 
  • Lázaro confía en la bondad de su esposa porque la quiere y ama más que a sí mismo. Pero también niega la veracidad de los rumores para eludir la cárcel. 
  • Lázaro consigue su bienestar material a costa de su degradación moral
  • Se cumplen las tres profecías hechas por el ciego en el primer tratado: el vino le proporciona la protección del arcipreste del Salvador y su bienestar material (una vida estable, cómoda y sin sobresaltos porque el clérigo se muestra generoso con él y con su mujer), por lo que es su salvación; pero, al mismo tiempo es su perdición pues es la causa de su deshonor, aireado por toda la ciudad. 
  • La de la soga de esparto, porque ha de acompañar a los delincuentes y hacer públicos sus delitos y condena. Y la del cuerno porque termina siendo un marido cornudo y consentidor al aceptar la relación entre su mujer y el arcipreste. (En Escalona, bajo unos soportales, en casa de un zapatero, el ciego se da en la cabeza con unas sogas de esparto e invita a Lázaro a alejarse de «tan mal manjar, que ahoga sin comerlo» y en otro soportal encuentran muchos cuernos en la pared y el ciego, asiendo un cuerno, le predice que «algún día te dará este que en la mano tengo alguna mala comida y cena». )
  • Al aludir a la entrada de Carlos V en Toledo, Lázaro está ofreciendo la fecha de la acción de la obra. (entre 1525-1539: años de las dos celebraciones de Cortes.)

    PERSONAJES

    El personaje del CAPELLÁN contraviene los consejos eclesiásticos sobre la conveniencia del sacerdote de no dedicarse a ninguna actividad comercial.

  • El personaje del ARCIPRESTE es un cargo eclesiástico más alto que el de un capellán, es un cargo intermedio entre obispo y párroco.

ESTRUCTURA
TRATADO SEXTO:
1ª . Referencia al maestro de pintar panderos.
2º . El capellán se dedica a una actividad comercial y “pone en poder” a Lázaro de lo necesario para el oficio de aguador. Trabaja 4 años e invierte sus ahorros en ropa.Luego abandona el oficio y al capellán.
TRATADO SÉPTIMO:
1ª Aguacil
2ª Presente. Pregonero de vinos. Trato con el Arcipreste para casarse con su criada.

TEMAS
  1. CORRUPCIÓN DEL CLEROen la figura del capellán.
  2. CRÍTICA A LA FALTA DE MORALIDAD, en la figura del arcipreste de San Salvador.
  3. LA HONRA. En el tratado VII se vuelve a abordar el tema de la honra, pero ahora no con el sentido tradicional sino con el de «provecho» cuando el arcipreste aconseja al pregonero que no haga caso de las malas lenguas porque: «Ella (su mujer) entra muy a tu honra y suya, y esto te lo prometo. Por tanto no mires a lo que pueden decir, sino a lo que te toca, digo, a tu provecho». El arcipreste no se preocupa por su honra ni su honor; tampoco le importa la honra ni el honor de su criado y de su barragana. Y Lázaro termina tan deshonrado como sus progenitores, aceptando esta situación ignominiosa a cambio de un trabajo, una casa y los favores que tanto él como su esposa reciben del eclesiástico a cambio de su concubinato.

LENGUA Y ESTILO
  • Elipsis: Digo esto, porque no me maravillaría alguno… (dicho de malas lenguas). “Ella entra muy a tu honra y suya”
  • Polípote: “Mas malas lenguas, que nunca faltaron ni faltarán”
  • Ironía burlesca: “Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna.” La frase final encierra la ironía burlesca del autor, ya que la prosperidad económica equivale a la ruina moral. El espejo en el que se mira Lázaro devuelve dos imágenes contradictorias: la que Lázaro ve de sí mismo —de satisfacción y orgullo— y la que perciben los lectores —de compasión o de desprecio—.
  • Bimembraciones: “Quiso Dios alumbrarme y ponerme en camino..” “Vivo y resido”
  • Polisíndeton: “En el cual el día de hoy vivo y resido a servicio de Dios y de Vuestra Merced. Y es que tengo cargo de pregonar los vinos que en esta ciudad se venden, y en almonedas y cosas perdidas,...”

Sobre el ESTILO DE LA OBRA 
La lengua del Lazarillo es llana, espontánea y carente de artificiosidad, lo que es coherente con la traza realista de la novela.
La verosimilitud y el decoro poético obligan a emplear un estilo humilde, en concordancia con la clase social del protagonista. Son habituales los giros del habla popular y los refranes. Además, el humor y la ironía están presentes en numerosos pasajes de la novela.

CONTEXTO HISTÓRICO  LAZARILLO DE TORMES
El Lazarillo de Tormes se publicó a mediados del S. XVI, bajo el reinado de Carlos I de España y V de Alemania (primer rey de la dinastía de los Austrias). El imperio español abarcaba, en ese momento, gran parte de Europa, además de las tierras conquistadas en América desde su descubrimiento en 1492.
Aquel extenso imperio no se correspondía con la difícil situación social de la España que muestra el Lazarillo. El mantenimiento de un imperio tan gigantesco en los continentes europeo y americano generó numerosas guerras que empobrecieron a España, ello obligó a la monarquía al cobro de impuestos muy altos que pagaban, sobre todo, las clases bajas.
España, poderosa política y militarmente, era cada vez más pobre. Esta pobreza y las dificultadespara sobrevivir cada día son las que se ven reflejadas de forma crítica en la novela en la vida del protagonista y en la de otros personajes de la obra: ciego, clérigo avaro, escudero que no quiere trabajar...
Se critica, por ejemplo, la importancia de la honra entre los hidalgos, caballeros o escuderos (baja aristocracia) que se aferraban a un falso y superficial sentido de la honra que se adquiría por nacimiento, se basaba en las apariencias o en el dinero y era incompatible con el trabajo.
Se refleja de forma crítica a los clérigos que formaban una clase social que gozaba de privilegios al igual que la nobleza: no trabajaban y tampoco pagaban impuestos.









EL CASO




A Lázaro de Tormes al que se le acusa de un delito penado 

por la ley de su época, 

tal y como consta en la pragmática de 1577:




A los maridos que por precio consintieren que sus mujeres sean malas de cuerpo…, les sea puesta la mesma pena que por leyes de nuestros reinos está puesta a rufianes, que es, por primera vez, vergüenza pública y diez años de galeras, y, por segunda vez, cien azotes y galeras perpetuas”


Lázaro, que no pertenecía a las clases privilegiadas, podría haber sido condenado a galeras si se probaba que consentía las supuestas relaciones que su mujer mantenía con el arcipreste de San Salvador. Seguramente, no hubiera tenido un juicio justo. 

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