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En el mundo de ANAGRAMA

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Sesión del ciclo:  El oficio de editar. 50 años después.  Jorge Herralde, Jordi Gracia y Javier Rodríguez Marcos Biblioteca Nacional de España 14 de febrero 2019 "El talento de un editor se mide en la capacidad de descubrir buenos libros." Jordi Gracia abre el acto y hace referencia a la exposición  Los papeles del cambio. Revolución, edición literaria y democracia. 1968-1988, de la que es comisario. Gracia habla de la restitución de la memoria en tiempos anteriores a todo: antes de la muerte de Franco y antes de la Constitución. Propone una reflexión sobre qué pasa antes y después del año 1978, y destaca el papel de los editores que por la vía del pensamiento, de la literatura, la filosofía, la imaginación, las ideas y la imaginación, fueron capaces de editar asumiendo riesgos mucho antes de que fuese legal hacerlo como lo hacían ellos. Jordi Herralde explica cómo mucho antes de la muerte del dictador, los editores de izquierdas apostaron por los libros

Iris Murdoch en su centenario

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Iris Murdoch en su centenario (1919-2019)  Por Ignacio Echevarría. Fundación Juan March. Madrid, 29 de enero 2019 Iris Murdoch (Dublín, Irlanda, 1919-Oxford, Reino Unido, 1999) plasmó sus ideales filosóficos en novelas como  El unicornio  (1963),  El mar, el mar  (1978, con la que ganó el Premio Booker) o  El libro y la hermandad  (1987), a la manera de ingeniosos diálogos platónicos y morales, con personajes y situaciones de la tradición literaria británica.  Abre Ignacio Echevarría su conferencia con la declaración de que se trata de una autora a la que adora y se considera “culpable” de haber contribuido a crear muchos adeptos a las novelas de Iris Murdoch. Describe su obra como un caudal inmenso que pone en juego conceptos como la verdad, la bondad, el bien, la libertad, el amor de los otros. Semblanza inicial de la autora. Nacida en julio de 1919 en Dublín, en el seno de una familia protestante, se traslada pronto a vivir a Londres. Su padre fue un gran afici

Carlos Zanón. Carvalho. Problemas de identidad.

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Carvalho. Problemas de identidad Carlos Zanón Editorial Planeta 352 páginas. Carlos Zanón (Barcelona, 1966) aceptó un encargo literario muy especial y nada fácil: resucitar a Pepe Carvalho, el detective mítico creado por Vázquez Montalbán. La publicación de  Carvalho. Problemas de identidad  se ha hecho esperar porque la expectación creada era alta, tanto para los lectores de Zanón, entre los que me encuentro, como para los fieles seguidores de la saga del desencantado investigador privado.  Pues bien, el proceso de actualización del mito se ha cerrado favorablemente y Zanón lo consigue sin traicionar su propia identidad como autor. Lo consigue con un gran despliegue de recursos y juegos metaliterarios. Ya se encarga el autor de dejarlo claro: en cada entrevista y en cada referencia a la novela, Zanón insiste en que quería hacer un libro suyo y que ha tenido mucha libertad. ¡Prueba superada! El resultado es un libro cien por cien Carlos Zanón. Alguno de los rasgos di

Enmudecer

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Releyendo la novela de José María Guelbenzu, por razones que no vienen ahora a cuento, El río de la luna , en la edición de Ana Rodríguez Fischer en Cátedra, he tropezado con una cita sobre la timidez que me parece extraordinaria: …”Fidel nunca fue un tímido. O probablemente lo fuera, pero pertenecía a esa clase de personas cuya voluntad de vivir convierten la timidez en una forma peculiar de audacia…”                     ENMUDECER Aquella tarde de agosto, como cada jueves, esperábamos la visita de tía Ángela. Llegaba con el rostro húmedo de sudor, la respiración jadeante y sincopada como la de un perro. Me saludaba con dos besos y dejaba el rastro de rojo carmín en mis mejillas.  Y a continuación pronunciaba el sortilegio: —Esta nena nunca habla. Es muy vergonzosa. Parece muda. Luego sacaba del bolso un abanico y aireaba efluvios de perfume de azahar a su alrededor. El piso de la calle Miraflores era en los veranos un horno de los que tienen un respiradero. Era una pla

Pedro Salinas y los pronombres: Cartas a Katherine Whitmore.

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Cartas a Katherine Whitmore  recoge el epistolario (1932-1947), seleccionado y prologado por Enric Bou. Se incluyen 151 de las 354 cartas que Pedro Salinas envió a su gran amor, Katherine Whitmore, (Kansas, 1897-1982), hispanista y profesora norteamericana. Pedro Salinas se enamoró de Katherine en Madrid durante un curso de verano, en 1932, en el cual el profesor era él. Ella confiesa que llegó tarde a la primera sesión, ocupó un asiento desde el que veía mal al ponente y al terminar, salió corriendo y sin hablar con nadie.  En 1937 Kate decide acabar la relación al enterarse de que la mujer de Salinas, Margarita Bonmatí, había intentado suicidarse. Son los años de la Guerra Civil, el poeta vive exiliado en EEUU. En 1939 ella se casa con un profesor de su universidad.  Pedro Salinas y Kate se ven después en varias ocasiones, la última de ellas en 1951, solo tres meses antes de la muerte del poeta. Este epistolario ha sido secreto hasta que Katherine Whitmore donó las cartas

Robert Walser. El paseo

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ROBERT WALSER (1878-1956) EL PASEO Traducción del alemán de Carlos Fortea Ed. Siruela Y por doquier, sobre todas estas cosas, el amable sol del atardecer El poeta abandona su “cuarto de los escritos”, abandona su tarea y hace una declaración de intenciones desde la primera línea:  “ Declaro que una hermosa mañana, ya no sé exactamente a qué hora, como me vino en gana dar un paseo, me planté el sombrero en la cabeza, abandoné el cuarto de los escritos o de los espíritus, y bajé la escalera para salir a buen paso a la calle.” Así, el lector le acompaña en todo el recorrido y atiende la narración del paseante, que a menudo duda, imagina, asocia, juzga y sobre todo, reflexiona, se rebate a sí mismo. Los lectores participamos y disfrutamos del paseo. Asistimos a sus encuentros, entramos en la librería, en el banco, en la oficina de correo, en casa de la señora Aebi, que invita al protagonista a comer, nos adentramos en el bosque,.. Y, a pesar de que nos sentimos desorie

Había un cielo maravilloso

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Vuelvo a la lectura de las  Cartas a Katherine Whitmore  del poeta Pedro Salinas, en la edición de Enric Bou (Tusquets Editores). Vuelvo a ellas cada vez que siento vértigo y me envuelve la melancolía. La recompensa es inmediata, me hace pensar en la figura del interlocutor verdadero, añorado desde la primera edad, que Carmen Martín Gaite desvela en  El cuento de nunca acabar,  ese que se aparta de los falsos interlocutores que nos obligan a la narración forzada. Todo en estas cartas de amor de Pedro Salinas a Katherine es verdadero, incluso el universo cerrado y clandestino creado por ellos. En una de las primeras cartas manuscritas, Salinas describe de manera intimista el momento del día al que califica de “Entrada al milagro”. Y yo siento cierto alivio ante el vértigo cuando el texto despliega toda su capacidad de espejo: Madrid, 7 de agosto de 1932 ¡Sí, Katherine, qué terrible, la salida de la clase, ayer, yo solo! Había un cielo maravilloso de esos cielos