"Memorias de Adriano", de Marguerite Yourcenar
Adriano, el buscador de belleza. Algunas veces sucede que el reencuentro con una lectura te sorprende en horas bajas y te atrapa de una manera nueva, muy distinta. Ahora, la casualidad me ha llevado a Marguerite Yourcenar y su novela, Memorias de Adriano (1951), en la edición traducida por Julio Cortázar en 1955. Y ahí, en sus páginas, me he plantado en busca de respuestas a preguntas nuevas, esas que llegan con la edad, y que vienen a dar la razón al propio emperador cuando, en estas memorias imaginarias, declara: “La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana. En cambio, posteriormente, la vida me aclaró los libros. ” Pues eso. La novela narra en primera persona la vida de Adriano, emperador romano entre los años 117 y 138, pero más allá de la reconstrucción histórica, la obra nos interpela sobre el sentido de la existencia. Escrita en forma epistolar, es una larga carta dirigida a Marco Aurelio, su sucesor, que le ...