“Casa tomada”, un cuento de Julio Cortázar
"Mi
concepto del cuento es muy severo: alguna vez lo he comparado con una esfera;
es algo que tiene un ciclo perfecto e implacable; algo que empieza y termina
satisfactoriamente como la esfera en que ninguna molécula puede estar fuera de
sus límites precisos"
González Bermejo, E: Revelaciones de un Cronopio; Conversaciones
con Cortázar. Buenos Aires, Contrapunto,1979,
“Casa tomada” fue publicado en 1946
en la revista Los Anales de Buenos Aires,
bajo la dirección de Jorge Luis Borges. En 1951 fue incluido en el volumen Bestiario, antología que recoge los
primeros cuentos fantásticos de Cortázar. Heredero de las teorías de Allan Poe
sobre el género, el autor argentino señala que tanto el orden real como el
fantástico son válidos y verosímiles, corren en paralelo y que es en el momento
de mezclarlos, cuando se produce el efecto fantástico.
“Casa tomada” narra la historia de
Irene y su hermano, el narrador protagonista cuyo nombre desconocemos. Es uno
de los cuentos más representativos de Cortázar quizá porque ha sido objeto de
muchas y variadas interpretaciones, que van desde una lectura psicológica, de
revelación de deseos inconscientes de abandono de la casa familiar; o una
lectura fantástica, con amenaza sobrenatural; o una lectura alegórica de
referente bíblico sobre la expulsión del paraíso de los hermanos por una fuerza
que los castiga. Además está la lectura política, en relación con el contexto
peronista de 1946. Cualquiera de ellas sería posible ya que es una obra abierta
y así lo confirma el propio Cortázar cuando, al conocer de las distintas
interpretaciones de su relato, descubre
sorprendido la posibilidad de las múltiples lecturas de un cuento. Y explica
que el origen real de “Casa tomada” fue una pesadilla nocturna. Entrevista "A
fondo"
El cuento habla del miedo en estado
puro, del terror a lo desconocido y de la fragilidad de los espacios seguros. En su conferencia “Algunos aspectos del cuento” Cortázar
aborda los rasgos distintivos del cuento frente a la novela. Parte de la teoría
en cuanto a la concisión; así, señala que el autor de cuento no puede proceder
acumulando información. Insiste en la necesidad de crear una atmósfera densa y
concentrada en la que cada elemento contribuya a la intensidad del relato.
“Estoy
hablando del cuento contemporáneo, digamos el que nace con Edgar Allan Poe, y
que se propone como una máquina infalible destinada a cumplir su misión
narrativa con la máxima economía de medios; precisamente, la
diferencia entre el cuento y lo que los franceses llaman nouvelle y los anglosajones long short story se basa en esa
implacable carrera contra el reloj que es un cuento plenamente logrado.”
Cortázar considera, además dos
constantes en un buen cuento: una, la querencia por la primera persona
narrativa en relación con la coincidencia entre narración y acción; y otra,
poner el énfasis en la tensión interna de la trama como técnica narrativa:
“La
narración en primera persona constituye la más fácil y quizá mejor solución del
problema, porque narración y acción son ahí una y la misma cosa. Incluso cuando
se habla de terceros, quien lo hace es parte de la acción, está en la burbuja y
no en la pipa.”
“Quizá
el rasgo diferencial más penetrante sea la tensión interna de la trama
narrativa. De una manera que ninguna técnica podría enseñar o proveer, el gran
cuento breve condensa la obsesión de la alimaña, es una presencia alucinante
que se instala desde las primeras frases para fascinar al lector, hacerle
perder contacto con la desvaída realidad que lo rodea, arrasarlo a una
sumersión más intensa y avasalladora.”
En “Casa tomada” aparecen algunos de
estos rasgos distintivos, por ejemplo el uso de la primera persona en la voz
del personaje protagonista. Así, es este quien nos cuenta los hechos y a su
vez, forma parte de la acción. Todo lo que sucede en el interior de la casa es
contado desde su perspectiva. No sabemos su nombre, se trata de un hombre de 40
años que vive con su hermana Irene en la casa familiar. Describe las costumbres
de ambos. Es muy limpio y cuidadoso y le fascina la literatura francesa. Su hermana,
Irene, es la coprotagonista de "Casa Tomada". Tiene un carácter dulce
y amable y le encanta pasarse las horas tejiendo, como Penélope, en soledad y
en silencio. En el pasado, decidió rechazar propuestas de matrimonio (es una
mujer muy bella) y quedarse a vivir con
su hermano, también soltero, en su casa de toda la vida. Parte de la crítica
considera que la relación entre los hermanos es una relación casi matrimonial.
“Entramos en los cuarenta años con la
inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos,
era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en
nuestra casa.”
La casa es el hogar seguro pero
también encarna la endogamia del universo cerrado. Se genera un diálogo entre
dos espacios: lo que pasa dentro con lo de afuera y una dialéctica interna
entre el más allá de la puerta de roble: es una zona límite, un umbral, donde
empieza la amenaza.
“Irene y yo vivíamos
siempre en esta parte de la casa, casi nunca íbamos más allá de la puerta de
roble, salvo para hacer la limpieza, pues es increíble cómo se junta tierra en
los muebles.”
“…escuché algo en el comedor o en la biblioteca. El sonido venía
impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado
susurro de conversación. También lo oí, al mismo tiempo o un segundo después,
en el fondo del pasillo que traía desde aquellas piezas hasta la puerta. Me
tiré contra la pared antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de golpe
apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y además
corrí el gran cerrojo para más seguridad.
Fui a la cocina,
calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a
Irene:
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado parte del
fondo.
El autor es capaz de crear una
atmósfera inquietante y sugerente donde lo cotidiano se mezcla con lo extraño,
con lo inexplicable. Así el lector percibe el desasosiego y el desconcierto
ante la distancia con lo real, a la vez que se siente atrapado por la
narración. El desarrollo temporal ordinario de la historia se rompe cuando
irrumpe lo extraño pero esto, a su vez, es presentado como cotidiano. Aparece
una tensión que tiene que ver con el ruido. Se habla de un “ruido sordo”.
Empieza a anticiparse un sonido, el ruido en su cotidianidad y en aparente
tranquilidad, “a espaldas nuestras”. Al final del cuento, el narrador
protagonista será el encargado de tirar las llaves a la alcantarilla para que
nadie más pueda volver a penetrar en el interior de la casa, que ahora está
tomada.
“Casa
tomada” reúne algunas de las características principales que Cortázar destaca
para todo buen cuento: la esfericidad (curiosa palabra que me lleva a las de
Ana María Matute: “El cuento debe reunir
tres indispensables condiciones: ser breve, redondo y jugoso como una naranja.”),
la brevedad, la unidad de acción y narración en primera persona, la creación de
una atmósfera inquietante que nace de un repentino extrañamiento, la irrupción
de lo extraño en un entorno cotidiano, la condensación de tiempo y espacio y la
gestión de la intensidad de tensión de la trama, entre otros rasgos distintivos
del género.
“Antes
de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la
alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se
metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.”
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