Baudelaire, crítico literario
Baudelaire, el escritor de la modernidad.
19 de abril de
2021.
Baudelaire, crítico literario.
Ignacio Echevarría.
El mundo de Baudelaire es un universo muy rico e
inabarcable, muy complejo en todas sus vertientes: como crítico de arte, su
poesía, su importancia en la configuración de la cartografía de ciudad, gran
lector y gran crítico literario también.
Por los años 20 del siglo pasado, la recuperación del
poeta estaba en su punto más álgido y en 1924, Valery dio una conferencia sobre
Baudelaire y apuntó:
“El más importante poeta lo es, en el caso de Baudelaire, asociado a una gran inteligencia crítica.”
Aunque por
lo general menos conocida y apreciada que la de crítico de arte, la faceta de
Baudelaire como crítico literario es también admirable. Baudelaire ejerció
también como crítico literario propiamente dicho, en el campo del arte, la
música y la Literatura y se convierte en un gran teórico de estas disciplinas.
La crítica es el arma de la que se sirve para dar espacio a su propia poesía.
Utiliza la crítica para dar paso a su propia poesía. Era la actitud de la
vanguardia: teorizar la necesidad de un nuevo arte y luego los propios
vanguardistas se postulan como los mesías de ese arte. Así, Baudelaire utiliza
la crítica para hacerse un sitio en un panorama saturado de poesía, entre los
grandes. Hace una crítica del presente, no es un crítico histórico ni de la tradición.
Se mide con sus contemporáneos. Su crítica es estrictamente sincrónica y
cartográfica de lo contemporáneo. Se trata de una crítica estratégica, por
medio de la cual, valora a sus contemporáneos y se sitúa con perspectivas
variables que cambia en función de sus intereses personales. Así, su crítica es
anti académica y anti sistemática. El crítico debe cambiar de criterio porque
su criterio lo hace la obra.
¿Para qué
sirve la crítica? (Epígrafe de un artículo
del propio poeta) en 1846 dice:
“Para ser justos, la crítica debe ser parcial, apasionada, política, hecha desde un punto de vista exclusivo pero que abra el más amplio de los horizontes.”
La manera en que Baudelaire lee a sus contemporáneos, los recursos que emplea para sus comentarios, la amplitud y movilidad de su punto de vista, la agudeza de su criterio, resultan a menudo asombrosas y afines a nuestro oído. La obra crítica de Baudelaire se compone de un total de cuarenta piezas, escritas en unos 21 años. Fue reunida después de su muerte, por los amigos, en dos tomos. Se conservan cuatro críticas de novelas como Madame Bovary o Los miserables de Víctor Hugo. Luego están los textos sobre Edgar Allan Poe, a quien tradujo y admiró.
Sus escritos sobre novela y su lectura
penetrante de Madame Bovary hace ver
que Baudelaire entendió que la novela iba a ser un género muy importante y
poderoso. Lo que lo distingue de otros poetas es entender el vínculo entre
Romanticismo y Modernidad. Su heroísmo es haber entendido y haber configurado
lo moderno. La modernidad es lo transitorio, lo contingente, lo que va ligado
al presente; ligar ambos principios, el de eternidad (la tradición) y el de
fugacidad. Así, se dedica a introducir en su poesía la germinación de lo
moderno con la tradición.
A Baudelaire se le ha
asociado al decadentismo, al simbolismo, al arte por el arte, al
parnasianismo,... y se ha hecho legítimamente, ya que todas estas corrientes
emergen en su tiempo, pero todas son posrománticas. Él es el clásico
romántico, el representante del posromanticismo.
"La poesía por poco que quiera interrogar al alma, no tiene más objeto que ella misma. Ningún poema será más grande, más noble, más digno, que aquel que haya sido escrito por el solo placer de escribir un poema."
“… por el
solo placer de escribir un poema.”
C.B.
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