"Jusep Torres Campanals", de Max Aub
Novela y Arte, 6 de abril de 2021.
Jusep Torres Campalans, Max Aub.
Domingo Ródenas.
Buenas tardes.
El profesor Domingo Ródenas es catedrático de Literatura
española e Hispanoamericana en la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona. Es
especialista en las vanguardias históricas, en narrativa española contemporánea
y en el ensayo hispánico. Es autor de los ensayos “Los espejos del novelista”, “Travesías vanguardistas”. Ha editado a
Unamuno, Azorín, Carmen Laforet, Buero Vallejo y muchos más. El profesor
Ródenas es la persona más adecuada para hablarnos de este experimento narrativo
que es la novela Jusep Torres Campalans,
de Max Aub.
Domingo Ródenas
Jusep
Torres Campalans es un experimento
insólito, publicado en el verano de 1958 en México, que produjo una especie de
seísmo en el campo cultural mexicano, no porque tratara de un pintor olvidado
sino porque la novela aparece con la apariencia de una monografía académica de
Arte, sobre un artista documentado y “reconocido” por la crítica.
Max Aub
(1903- 1972), exiliado español, viejo socialista republicano, estuvo tentado
por uno de los dos extremos del juego literario: el extremo de lo lúdico, de la
superchería, de la broma, en tanto que no deja de estar atendiendo la atracción
del otro extremo, que es el de la verdad histórica; Max Aub no se conforma con
“inventar” un pintor inexistente, a quien dota de una vida: Jusep Torres
Campanals, nacido en Lleida en 1896, autodidacta, anarquista y católico, que
realiza varios oficios, que se desplaza a Barcelona, donde conoce a Picasso.
Este lo introduce en la vida bohemia y le muestra algunos de los secretos del
arte de la representación a través de los colores, pero también lo lleva al
burdel de la calle Avinyó. Luego, Jusep seguiría al pintor en París.
Jusep
Torres Campalans es un libro extraordinario.
Max Aub quiso fundamentar la veracidad dentro del juego, con la organización de
una exposición en la sala de exposiciones del diario Excélsior en el que él
colaboraba. Contó con toda la complicidad del diario. Unos días antes se
anuncia la exposición para recuperar una parte de la obra del pintor cubista,
oleos, (cuadros pintados por el propio Max Aub) con distintas técnicas, en
obras de entre 1907 y hasta 1914, año en que está en París con su pareja, Ana M.ª
Merkel. Allí, descubre que se ha producido un fraude con los imitadores de los
grandes pintores vanguardistas. Y cansado de las formas de experimentación,
decide abandonar la pintura y Europa.
La historia es novelesca y forma parte de la enorme
ficción de esta obra. La estructura del libro es compleja, con una variedad de
enfoques y repeticiones de los hechos para que el lector se sienta envuelto en
la ilusión de verdad que proyecta. Hay epígrafes, una dedicatoria a André
Malraux, y agradecimientos a personas conocidas, como Alfonso Reyes, Jean
Cassou, André Malraux, Jaime Torres Bodet, Francisco Giner de los Ríos, y otros.
Un «Prólogo indispensable» describe cómo Aub fue presentado a don Jusep en una
librería en Chiapas y se interesó en su historia. El autor expresa su propósito
de enfocar al biografiado desde distintas perspectivas, como un cuadro cubista.
Sigue una sección de «Anales»: cuadros históricos que trazan los sucesos
políticos y culturales de los años 1886 hasta 1914. Se reproducen algunos
artículos publicados sobre el artista que lo consignan como uno de los
fundadores del cubismo y discuten diversos aspectos del movimiento. Así, Max
Aub se burló de la pretenciosidad de los críticos de arte.
Con esta obra, Max Aub se propone imitar un género que no
es la novela, sino la monografía de arte (el libro de un autor), un género no
ficticio. Así, le bastó con buscar el objeto: un pintor llamado Jusep Torres
Campanals, a quien le inventa una vida, la dota de contenidos, de distintos
oficios y, una vez creado el ser humano, lo trasladó a París y lo convirtió en
artista. El libro se vendió muy bien y el diario Excélsior dio la noticia de
que se había agotado la edición.
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