La frontera de la utopía y la distopía en el teatro



La frontera de la utopía y la distopía en el teatro

Una conversación entre Juan Mayorga y Alberto Conejero.


Teatro Fernando de Rojas

Círculo de Bellas Artes.

18 de noviembre.




Los dramaturgos Juan Mayorga y Alberto Conejero dialogan en el teatro Fernando de Rojas sobre las posibilidades y las fronteras del teatro. De los clásicos españoles a la vanguardia, ambos autores conversan sobre la necesidad perpetua del arte en vivo ante el público, el milagro milenario del teatro que ha servido de espejo a la humanidad desde Grecia hasta nuestros días sin que nadie haya podido tumbarlo.


Juan Mayorga (Madrid, 1965)

Dramaturgo. Es uno de los autores más respetados del teatro español contemporáneo, como lo demuestra la larga trayectoria de premios que ha merecido su carrera: entre otros, el Nacional de Teatro (2007) y tres premios Max al Mejor Autor. Su obra ha sido estrenada en treinta países y traducida a veinte idiomas. Algunas de sus obras son: Siete hombres buenos, Más ceniza, El traductor de Blumemberg, El sueño de Ginebra, El jardín quemado, Angelus Novus, Cartas de amor a Stalin, Sonámbulo, Animales nocturnos, Palabra de perro, Hamelin, Primera noticia de la catástrofe, El chico de la última fila, Fedra, El elefante ha ocupado la catedral, La lengua en pedazos, El crítico, El cartógrafo, Reikiavik.


Alberto Conejero (Vilches, 1978) 

Dramaturgo y poeta. Autor de obras como Húngaros (Premio Nacional de Teatro Universitario 2000), Cliff (acantilado) (ganador del IV Certamen LAM 2010), Ushuaia, La piedra oscura, (Premio Max al Mejor Autor Teatral 2016 y Premio Ceres al Mejor Autor 2015), Todas las noches de un día, Los días de la nieve, La geometría del trigo (Premio Nacional de Literatura Dramática (2019), junto con diversas dramaturgias y reescrituras.


AC: No han invitado para hablar de utopía y distopía y lo primero que he pensado ha sido que ambos conceptos contienen el Topos, (el lugar). Etimológicamente el teatro era un topos donde se acudía a ejercer la mirada. 

JM: Estamos en un teatro en el que he estado mirando con otros, he vivido estos meses con preocupación, dolor y alegrías. He echado de menos el teatro. Hay algo que nos ha sucedido a los que lo hacemos y lo amamos, Todos somos parte de la representación y nos hemos dado cuenta de lo importante que es para todos, incluso para los que no van al teatro. Hemos sentido una afirmación de la vida. Teatro y utopía van de la mano (arte y espacio se denominan de la misma manera) esto es ya una imagen de la utopía. El teatro arte se llama como el espacio físico donde se desarrolla. Esto es ya imagen de la utopía. El público acude libremente y en actitud de respeto, de atención; detienen su tiempo para ver personajes que les ayudan a representar sus propias vidas. Hay imaginación, libertad, respeto, memoria, examen de lo que somos y de lo que podíamos ser. ¡Cuánto echábamos de menos y cuánto de bueno puede ocurrir en un escenario! 

AC: La pandemia ha sido un detener el tiempo y hemos sentido nostalgia de algo rutinario como ir al teatro, lo he vivido con el duelo y dándome cuenta de que algo tan frágil, a la vez me ha hecho pensar mucho en el origen del teatro y su naturaleza asombrosa. Es una máquina prodigiosa, es un espacio cuyas facultades no son las del afuera. Su ausencia me ha hecho comprender aún más la importancia de la reunión.

Y ha cobrado importancia la tecnología. ¿Es teatro una representación en streaming

JM: El teatro es un lugar ya de por sí utópico, es un espacio de libertad, de resistencia, de redefinición y reconquista de lo humano. El teatro es el arte del actor, cada vez que se da una función, está ocurriendo algo extraordinario. Es un acto de celebración de la vida. Muchos de los que llenan el teatro vienen con la ilusión de que les ocurra algo. Te confieso que me disgustan los creadores que no encuentran nada que celebrar; es decir, el mundo es horrible, pero también hay belleza y ocasiones de amistad y felicidad. El teatro ha de mostrarlas, son parte de la complejidad de lo humano. Ha habido estos meses un esfuerzo de imaginación para propuestas teatrales. He visto piezas mías con esfuerzo de reconstruir y de algún modo despertar la nostalgia del teatro, capturar esa experiencia de ausencia del teatro. Creo que esto es algo bueno.

AC: Comparto que el teatro es un acto de celebración, de la vida y de nuestra condición. Recuerdo el verso de Antígona: 

“No hay en la Tierra nada más asombroso que el ser humano”. 

El teatro celebra nuestra vida, con sus luces y sus sombras. Puede que ahora, en este tiempo haya tenido que jugar al arte del disfraz para poder sobrevivir, o que haya prescindido de algún miembro para poder seguir vivo.







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