Hölderlin. Lo que perdura lo fundan los poetas. 2

 



26 de noviembre 2020.

La poesía madura de Hölderlin: la Nueva Mitología.

Helena Cortés.


Helena Cortés es la persona que más sabe de la obra de Hölderlin en España. Ella es especialista en literatura alemana y ha dedicado su vida a la divulgación y estudio del poeta. Es autora de espléndidas traducciones de la obra de Hölderlin. Hoy agradecemos vuestra presencia ausente en este curso y vuestro interés por este poeta de quien celebramos este año su 250 aniversario.

Helena Cortés es doctora en Filología alemana por la Universitat de Salamanca. Profesora en la Universidad de Vigo desde 1992. Directora de los Institutos Cervantes de Bremen y de Hamburgo de 2006 a 2016. Entre sus publicaciones destacan J.W. Goethe: Fausto (Editorial Abada, 2010), Friedrich Hölderlin. Der Archipelagus (La Oficina de Arte, 2011), Hölderlin/Sófocles: Edipo (La Oficina de Arte, 2012), Friedrich Hölderlin: Antígona (La Oficina de Arte, 2014), La Vida en Verso. Biografía poética de Friedrich Hölderlin (Ediciones Hiperión, 2014), T. Fontane: Antes de la Tormenta (Pretextos, 2017), Friedrich Hölderlin. Poesía esencial (La Oficina de Arte, 2017) i Rilke: Diario de Florencia (La Oficina de Arte, 2018).

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Trataré de explicar las claves para poder entender la poesía madura de Hölderlin entre 1800 y 1805, que es la que ha dejado más huella pero también la más compleja y torturada. Parte de ella es su enigma, pero es que debe ser enigmática y eso se logra teniendo presente la vinculación del poeta con una teoría intelectual y filosófica que vivió la entrada de la visión contemporánea y la modernidad, en torno a 1800: la nueva mitología. Hölderlin la aplica de forma consecuente en su obra. En esta época, y dado el interés de los románticos por las narraciones mitológicas y las leyendas, el mito se pone de moda justo cuando se está construyendo el discurso de la modernidad, en los albores de la época romántica. Son autores como el grupo del primer romanticismo alemán de Jena. Este grupo quiere corregir ciertos déficits del racionalismo sin aniquilarlo. A fuerza de estudiar los mitos se empiezan a dar cuenta de que estos relatos tienen una hondura ilimitada. El intelectual a quien más se le debe la revitalización del mito es a Herder, quien se da cuenta de su capacidad alegórica para canalizar ideas muy complejas. Se acuña entonces el mito como modo de entender la naturaleza, como un organismo vivo, dotado de espíritu, en constante sintonía con el alma humana. Así, la naturaleza está en consonancia con lo que le pasa al protagonista. Los intelectuales de 1800 se proponen rescatar al mito por los excesos del racionalismo. El hombre es razón pero también tiene una parte emocional que necesita alimento. Hay que hacer que la vida no sea banal y esto se consigue mediante el mito. Es como si la razón moderna se hubiera envuelto con un traje estético e intuitivo.

  El más antiguo programa sistemático del idealismo alemán contiene las ideas de los tres amigos: Schelling, Hegel y Hölderlin: 

“Necesitamos una nueva mitología, pero esta nueva tiene que estar al servicio de las ideas, tiene que llegar a ser una mitología de la razón”. 

Se pide la desaparición del estado, se pide una estetización y predominancia de la belleza y de la poesía, que legitimen a la comunidad, o la sociedad en la que se vive. 

“El más alto acto de la razón es un acto estético.”

Hölderlin, a partir de 1800, se adentra en una nueva mitología, con poemas que tejen una red de micropética al servicio de la educación de su patria. Es consciente de que es una utopía pero no obstante hay que tratar de mejorar el mundo. Así, sus poemas deben ser leídos como un único mito. Todos sus poemas hablan de la parusía de los dioses, esto es, cómo crear las condiciones o circunstancias para el retorno de los dioses. 

    Los dioses son el símbolo de esa comprensión del mundo en el que la naturaleza se llena de vida, en el que se da una fluidez entre lo divino y lo humano. Vamos a entender la naturaleza como algo lleno de vida, que seamos capaces de vivir esa sensación de sacralidad comunitaria. Los poemas de entre 1800 y 1806 crean esta micro poética, están llenos de dioses y algunos héroes poblando sus versos. El tiempo mítico preside los versos, que no es el tiempo cronológico. En la práctica, no se limita a poblar sino que de forma muy pensada construye sus mitos siguiendo una narratología determinada. Influido por Píndaro, parte de un hecho concreto (un triunfo deportivo concreto, por ejemplo) y lo traslada a un plano universal y mítico. Todos los poemas se construyen igual, todos son un único poema. El tema es el mismo: la parusía de los dioses, el advenimiento. pero también sabe que eso no es posible. 


Aunque Hölderlin habla una y otra vez de recuperar esa unión con la naturaleza y lo sagrado, en el fondo ya no es un optimista ilustrado que confía en paraísos terrestres logrados mediante el progreso y la razón, sino que es básicamente pesimista y por eso se expresa en tonos elegíacos. El problema es que, como todo hombre moderno, se encuentra inmerso en lo que Heidegger llamaría el “Entre”, o paréntesis, entre los dioses ya huidos y los dioses aún no retornados y que puede que no retornen jamás. Y sin querer ni poder renunciar a los efectos liberadores de la razón ilustrada -por lo que tampoco es un verdadero romántico- echa en falta el componente sensible y espiritual que también tiene el ser humano, y que considera un alimento tan imprescindible para una vida plena como los bienes materiales más básicos. 

Por otro lado, y no es un aspecto menor, Hölderlin acuña al final de su vida lúcida una forma poética que se ha desprendido de toda constricción formal: verso libre, aunque siempre muy rítmico, influido por el poeta griego Píndaro, y con una sintaxis minimalista que crea una oscuridad argumental y un tono enigmático no buscados, sino inherentes al asunto que trata. Algo muy moderno y ajeno a las convenciones de su tiempo.

El hombre moderno es un hombre a la intemperie, y eso lo ve Hölderlin antes que ninguno. 

Lectura de “Wie wenn am Feiertage/ Como cuando en día de fiesta”, poema que evoca el papel educador de la naturaleza y la poesía: primeras estrofas:

I. 

Como cuando, en día de fiesta, a ver los campos 

un campesino al alba sale, cuando 

tras noche de bochorno refrescantes relámpagos cayeran 

sin cesar y aún retumba el trueno a lo lejos, 

a su cauce regresa ya el torrente, y fresco reluce el verde suelo, 

y de la bienhechora lluvia del cielo 

la viña gotea y resplandecientes 

bajo un sol en calma se alzan los árboles de la floresta:  

II. 

así, también se hallan bajo un clima favorable 

aquellos a quienes no un maestro, sino la maravillosamente omnipresente educa con su ligero abrazo: 

la poderosa, la divinamente hermosa naturaleza

Por eso, cuando parece dormir en algunas estaciones del año, 

en el cielo o entre las plantas o en los pueblos 

también se apena el rostro de los poetas

Parece que están solos, pero siempre presienten

pues ella misma presiente mientras reposa.  

III. 

¡Mas al fin nace el día! Esperé y lo vi venir.  

Y lo que vi, lo sagrado, sea ahora mi palabra

Pues ella, ella misma, que es más antigua que los tiempos 

y reina sobre los dioses del poniente y el oriente, 

la naturaleza, ha despertado ahora con fragor de armas,  

y desde el alto éter hasta el profundo abismo, 

siguiendo leyes inmutables, como antaño, cuando nació del sagrado caos, siente renovado el entusiasmo

de nuevo, la que todo lo crea. 







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