Los "Caracteres" de José Bergamín
Es un género sin modelos, técnicas o estrategias. Comparte rasgos con el aforismo y el epigrama, pero el retrato responde a una captación de la presencia física (prosopografía) y del talante de un personaje (etopeya).
Se trata de treinta semblanzas, breves piezas que describen cada una un tipo de personalidad rasgo de carácter que puede entenderse como categorías genéricas ya que están tituladas con apelativos como: “El alegre”, “El avispado”, “El amigo”, “El cabezota”, “El trasnochado”.
El juego es intentar romper el anonimato y descubrir qué persona se esconde tras cada semblanza poético-irónica-abstracta. En “Figuraciones de Bergamín”, Revista de la Universidad de México, James Valender destaca el talante de “retratos en calidad de poemas” en los caracteres de Bergamín, y llama la atención sobre el humor y la “irónica aceptación del carácter relativo de todas sus percepciones” como elementos de modernidad en Caracteres.
Algunos de los “homenajeados” reconocidos por el propio autor son: Rafael Alberti en el primer retrato: “El alegre”; Vicente Aleixandre en “El incandescente”; y el poeta Juan Ramón Jiménez se esconde bajo el apelativo de “El admirable”, que cierra el librito.
“Poseía la virtud diamantina de cortar el cristal sin romperlo y sin herirse, se aislaba sobre sus cristales -instrumento vivo- , para obtener como el sonido musical, la belleza pura y exacta.”
"La belleza pura y exacta" es una imagen que nos lleva directamente a Juan Ramón Jiménez.
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