Utopía y distopía de América Latina



Utopía y distopía de América Latina 

Una conversación entre Martín Caparrós y Santiago Roncagliolo.


Casa de América.

16 de noviembre.



Ha comenzado estos días el Festival Eñe de 2020, un año nocivo para la vida, para los abrazos y para las tertulias. La conversación serena, de café, alrededor de una mesa, es ahora material prohibido. En cada una de las ediciones desde el 2009, el Festival nos ha traído monólogos, diálogos y “triálogos” entre conversadores de la cultura. Este año se ha celebrado íntegramente de manera telemática, desde plataformas como zoom o el canal de Youtube.


Martín Caparrós y Santiago Roncagliolo han conversado, en una de las salas de la Casa de América, de utopía y distopía de América Latina. Ambos escritores han abordado la realidad del continente americano en sus novelas y los dos han escrito novelas distópicas. 



Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) es escritor, traductor y periodista. Ha colaborado con medios de América y Estados Unidos. Es autor de numerosas novelas, entre ellas Los Living (2011), ganadora del Premio Herralde. Su última obra publicada es Sinfín (2020). 

Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) es escritor, traductor y guionista. Con Abril rojo (2006) ganó el Premio Alfaguara de Novela. Ha publicado reportajes, cuentos y novelas como El amante uruguayo (2012) u Óscar y las mujeres (2013).

SR: Los peruanos hemos sido siempre de utopías, utopías políticas, por eso mi libro distópico, Tan cerca de la vida, no se entendió, ¿qué hacía y escribiendo ciencia ficción? Ahora estamos viviendo una nueva distopía, la pandemia, que descubre las flaquezas de anteriores utopías. Funcionaron bien las que no se cumplieron. Yo vengo de la izquierda peruana y asociaron los derechos sociales a la democracia, por eso les fue mejor. Las utopías han generado distopías. Por ejemplo, la utopía liberal ha llevado a que no haya suficientes hospitales en una pandemia. La utopía socialista trató de llevar a un mundo perfecto, pero los agentes reales eran personas concretas. La utopía está condenada a la imperfección porque tiene un autor, y ese autor no es perfecto. Tener un sueño es bonito pero es el sueño de alguien.


MC: Efectivamente los sueños de cualquier razón producen monstruos, la pandemia ha servido para desvelar, correr velos que nos permitían no ver. Son creaciones que derivan en desastres. Es una época triste por la falta de una meta, nos falta ese apetito de futuro que la modernidad nos acostumbró a tener y que ya no tenemos. El futuro es hoy una amenaza. La idea misma de la utopía viene desde Tomas Moro viene del propio relato. Como no hay promesa, vemos el futuro como amenazas: la ecología, los miedos con los vivimos, no tenemos nada que esperar. Te veo casi marciano o marxista. (Socialismo utópico). Su argumento fue que el suyo era un socialismo científico. 


SR: No creo que ya no haya una utopía. Ahora hay como 30, las redes han hecho que todos podamos formar tribus, la extrema derecha, por ejemplo, o la ecología...pero no hay capacidad para ponerse de acuerdo. Se crean guetos que se alimentan a sí mismos y no escuchan a otros guetos. Hay múltiples sociedades en conflicto. Es la distopía de la guerra entre todas las utopías. 


MC: En mi novela Sinfín, se buscan formas de seguir viviendo, con la noción de que la muerte es un error y se puede modificar. Se transfiere el cerebro a los ordenadores, alguien descubre que puede hacerse esa transferencia pero debe mantenerse aislado. Se crean realidades virtuales, la condición de la supervivencia es el aislamiento. Esto ya está ocurriendo digitalmente. Todo es realidad virtual. A mí me parece deseable poder vivir para siempre, por más problemas que dé.


SR: Las redes construyen su mundo utópico en lo digital. Pero cuando se traslada a la realidad, puede conllevar acciones violentas. La diferencia entre periodismo y literatura está en buscar la historia dentro o fuera. En periodismo está atado a lo que hay afuera. Siempre pensé que tú eliges lo que cuentas pero implica meterte en la cabeza de otro personaje, si es real porque está ahí, pero si no, también. La Literatura te obliga a mirar el mundo desde el punto de vista de otro, a ponerte los zapatos de alguien más. Y eso es útil y hace mucha falta. En opinión, hoy se entra en un campo de batalla. Somos una generación de hijos que tuvo grandes proyectos y ahora, nosotros solo podemos cambiar nuestra pequeña vida. Se ha dado un cambio generacional. Todos crecimos pensando en ser listos y tuvimos el modelo de Mafalda, se creó un tipo de niño que luego se volvió insoportable, que creó un modelo de persona. En los 60 hubo un interés por la Literatura para plasmar la utopía: G. Márquez. El pasado como utopía y la nostalgia de la literatura. Pero  ha cambiado la posición de Europa. Está satisfecha de sí misma hasta la crisis económica que es cuando empieza a ser consciente de sus propios problemas, empieza a sentir que su utopía está en el pasado. Este es el caldo de la extrema derecha. 


MC: ¿Tú eres uno de los naufraguitos? Yo los llamo así (Zambra,..Nettel, Cisneros) porque cuentan a partir del naufragio de sus padres. Yo releí por motivos profesionales Las venas abiertas de América Latina, porque escribo una crónica sobre qué es América Latina ahora. Hace mucho que no se piensa el continente como conjunto. El libro es un memorial de agravios necesario para justificar que la realidad es esta, una coartada. Es muy curioso como libro, del año 1970. La década de los 60 fueron años de la crítica, pero en los 70, esta se fue al carajo. Es fácil poner en América Latina las utopías, y los sueños.


SR: Sobre este tiempo de pandemia, he hablado con editores para saber cómo va a cambiar la moda literaria y dicen que se va a imponer la distopía y también se va a dar mucha nostalgia.


MC: Con la pandemia me ha pasado que miro hacia mi pasado con cariño. Estos meses me han hecho descubrir lo bueno que era antes y cómo volver a vivir como vivía hace un año. ¿Cómo hago para recuperar aquella vida? Pero no puedes hacer nada más que sentarte y esperar. Podemos leer y escribir. Me puse a escribir cosas que no tienen nada que ver con esto, me fui a la mala literatura.  


SR: Todos hemos encontrado un montón de tiempo perdido. Los libros hacen que tu vida sea más vida.







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