El silencio y los crujidos. Jon Bilbao


El silencio y los crujidos. Tríptico de la soledad
Jon Bilbao
Editorial Impedimenta





Tres novelas breves muy breves o tres cuentos largos, que el propio autor ha denominado “Tríptico de la soledad”, tal vez por el deseo de aislamiento de sus protagonistas. Los tres son personajes masculinos, los tres llamados Juan, los tres mantienen ciertos lazos con los demás. La extensión de cada uno de los relatos, 62, 66 y 92 páginas respectivamente, permite elementos de condensación e intensidad que en una novela podrían quedar diluidos. Leo en alguna parte que Jon Bilbao los califica de “capítulos”. Así que estamos ante un libro orgánico, cuyos capítulos son autónomos y a la vez forman parte del engranaje de un todo. Las referencias temporales son también distintas y van desde el pasado medieval del siglo V al presente cercano, año 2021, pasando por 1969.
El autor ha conseguido un extraño artefacto literario a modo de retablo, en el sentido de representación narrativa en tres series y también en el de soporte de las pinturas que presidían el altar mayor y cuya disposición en tres partes se designa con el nombre de tríptico.
Primera Parte: Columna
Segunda Parte: Tepuy
Tercera Parte: Torre
A partir de tres elementos arquitectónicos relacionados entre sí por la altura y la unicidad, Jon Bilbao elabora una alegoría del empeño y voluntad de apartamiento, de una soledad elegida voluntariamente.
Pero además de la historia de tres soledades, El silencio y los crujidos es también la historia de tres compañías, de tres relaciones: Juan con Una, Juan con Elsa, Juan con Nora. “Una” es el nombre de personaje femenino que aparece en los tres episodios y está siempre muy cerca de los Juanes solitarios.


Los protagonistas: un estilita (monje cristiano solitario del siglo V), un biólogo que solo se reconoce en soledad y el inventor de una extraña red social que cambia para siempre las relaciones humanas. El primero vive en meditación permanente sobre una columna y se alimenta de ofrendas de los suplicantes. Lamenta todo tipo de perturbación que le despierte deseos, pero la presencia de Una le hace desviarse de la oración.
El biólogo también se autoimpone su propia soledad llevado por el anhelo de cumplir un proyecto y el ansia de reconocimiento pero dejando atrás una relación en crisis con Elsa.
El inventor, Juan Larrazábal, ama la soledad “por sí misma”, los demás le producen repulsión y; sin embargo, convive con Una, la anciana que lo cuida “sin hacerse notar”.
La soledad implica desasirse de la relación con los demás y esto no llega a conseguirse del todo. Se mantiene implícita cierta reciprocidad en el binomio soledad-compañía.
Y es que los personajes femeninos son determinantes en el acontecer del relato. Así, la presencia de la madre produce cierto desasosiego al estilita y decide apartarse de ella y mantenerse en su columna. La joven Una le hace desviarse de la oración pero a su vez, es la vía de comunicación con el estilita viejo. La anaconda Una del segundo capítulo se mantiene siempre al lado del biólogo sobre el Tepuy a pesar de la traición. Es la compañera de su soledad, como también lo es la Una anciana del inventor de Revival.

En cuanto a los rasgos de estilo destaca la selección de un léxico brillante, casi sinestésico en muchas ocasiones. Parece un trabajo de orfebre, con un vocabulario preciso y repleto de tecnicismos.
Alterna la narración y el diálogo de manera natural, y en el tercer capítulo rompe la linealidad del relato con la inclusión de entrevistas, notas, declaraciones de los personajes a modo de “pastiche”, que se suceden con una fluidez magistral. Aparecen distintas estructuras narrativas, así el segundo capítulo se inicia y finaliza con los mismos párrafos cerrando el círculo de los significados de la narración. Magistral.

Algunas citas sobre la soledad que tras la lectura se quedan en la retina y no paran de girar:
Fue una noche de soledad inmaculada y de inmaculado gozo.
No me gusta como soy cuando estoy con otras personas.
La soledad también era una forma de control.
Cada solitario es un enigma.

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