"La sonata a Kreutzer", de Lev Tolstói

 


Novela y Música, 22 de marzo de 2022.

La sonata a Kreutzer, de Lev Tolstói

Selma Ancira.

 Buenas tardes.

Quiero agradecer tanto al Institut d´Humanitats como al CCCB por no retirar de su programa esta sesión rusa, como ha venido sucediendo con otras manifestaciones artísticas relacionadas con ese país durante el último mes. Quiero citar una frase de Tolstói que tiene mucho que ver con lo que estamos viviendo en el mundo en este momento. La cita está tomada de un artículo que el escritor ruso escribió en 1904 sobre la guerra y que tituló “Recapacitad”:

“De nuevo la guerra, de nuevo sufrimientos innecesarios, sufrimientos que no tienen razón de ser, de nuevo la mentira, el embrutecimiento generalizado, la ferocidad de la gente.”

 

Demos paso ahora a la Literatura y a la Música.

De Tolstói y la música

La sonata a Kreutzer no es una novela sobre música, pero la música está presente en sus páginas tanto como en la vida del propio Lev Tolstói. La música le acompañó desde la niñez, cuando escuchaba a los campesinos canciones del folklore ruso, hasta la última etapa de su vida.

En 1847 escribe en su diario que uno de los objetivos de su vida consiste en: Alcanzar un grado medio de perfección en música y en pintura. Es en ese diario donde ha quedado el mayor número de trazas de su paso por la música. Con 19 años escribe toda una disquisición a propósito de la música que tituló: “Los principios más importantes de la música y las reglas para estudiarla”:

Tocar todos los días, las 24 escalas, todos los acordes, los arpegios en dos octavas, …

La música es el medio que tenemos para suscitar determinados sentimientos con el sonido o bien para transmitirlos.

De todas las maneras posibles, Tosltói siempre buscó la razón por la que la música actúa de una manera tan incisiva en quien la escucha. En su primera novela, Infancia, dice algo que casi repite sin variaciones a cuatro años de su muerte, en 1906:

 

"La música no actúa desde la inteligencia ni desde la imaginación. Cuando escucho música no pienso en nada ni imagino nada, pero un curioso sentimiento de dulzura embarga mi alma hasta tal punto que pierdo conciencia de mi propia existencia."

"Es el recuerdo de los sentimientos."

Una de las funciones principales de la música en la obra de Tolstói es la de apuntar el carácter de los personajes. Toda su obra está salpicada de pasajes musicales, más o menos explícitos. Y se puede ir siguiendo el intrincado camino de la vida que hizo Tolstói.

 

De La sonata a Kreutzer

La sonata a Kreutzer es una novela corta de Lev Tolstói, que toma su título de la composición homónima para violín y piano de Ludwig van Beethoven dedicada a Rodolphe Kreutzer, un pianista alemán cuyas composiciones adoraba Tolstói. Se publicó en 1889 y fue censurada al poco tiempo por las autoridades rusas.

Tosltói trabajó de forma casi ininterrumpida en esta novela a finales de los años 80 del siglo XIX. En 1882 escribió Confesión, obra que fue inmediatamente prohibida en Rusia tras su publicación y que es la mejor introducción a la lucha espiritual que el escritor sostuvo durante los últimos 30 años de su vida. Las cuestiones religiosas le preocupaban cada día más. Practicó la religión durante algún tiempo en iglesias y monasterios.

Un cuento titulado “Asesino de su propia esposa” es el embrión de la novela La sonata a Kreutzer. Pero el camino hacia la redacción final de la novela fue largo. Su contenido ideológico fue gestándose paulatinamente. En el epílogo de la novela dice que los pensamientos expresados en ella pueden parecer extraños y contradictorios. Al propio Tolstoi también se lo parecieron.

La sonata a Kreutzer toma el nombre de una célebre pieza de Ludwig Van Beethoven que fue interpretada en una velada en casa de los Tolstói con personalidades artísticas entre el público. La interpretación causó una gran impresión, en especial en el propio escritor, quien se puso a escribir el relato a partir de un supuesto pacto con otros artistas. A raíz de ahí surge el manuscrito de esta novela.

Un breve resumen del argumento de la novela:

La sonata a Kreutzer pone sobre la mesa el tema del matrimonio, los celos, el amor carnal y la familia. Durante un largo trayecto en tren coinciden unos cuantos personajes, entre ellos el narrador principal y otro personaje, inicialmente misterioso y que luego descubriremos que se llama Pozdnishev. Los personajes comienzan a hablar del amor, como sentimiento y como convención social, y Pozdnishev interviene para decir que el amor no existe; y para probarlo cuenta la historia de cómo mató a su mujer, transformándose así en la voz que ocupa el resto de la novela.

El protagonista, Pozdnishev, refiere al narrador los acontecimientos que provocaron que él diera muerte a su esposa, y en su exposición alega que la causa fundamental de esa muerte de su esposa fue el amor carnal y desenfrenado que acostumbra a regir las relaciones sexuales. La pregunta central del protagonista del relato es ¿Qué es el amor? ¿En qué consiste? ¿Se puede imponer el amor? ¿Cuál es el compromiso moral en el matrimonio? Su confusión al creer que la belleza es bondad y que ante la imagen de aquella dama de esbelto talle era la cumbre de la perfección moral y por tanto, era digna de ser su esposa, y le propone matrimonio.

De las pasiones, la más poderosa y funesta es la del sexo, el amor carnal. El escritor lanza sobre la sociedad una obra feroz. Una y otra vez aparecen sus ideas en esas invectivas del protagonista contra la hipocresía de la sociedad, en el amor, la educación, el matrimonio, la ciencia, los médicos. El ideal del bien se alcanza única y exclusivamente mediante la abstinencia y la pureza. La diatriba del narrador va contra las “veleidades sociales”, las escuelas que enseñan a las niñas matemáticas en vez de inculcar la virginidad. Las desavenencias entre la pareja iban in crescendo, la hostilidad también. Tuvieron cinco hijos. A pesar de que luchó por no tener más hijos, ella se mantuvo ahí “con frívola obstinación”. La salud de la mujer comenzó a mejorar y con ella, su aspecto, que le asomó una belleza desafiante. Era una “treintañera en todo su esplendor”.

 

    Los conflictos se amplifican y profundizan con la aparición de un violinista con el que la mujer de Pozdnishev interpreta la sonata que da título a la obra. Un violinista es el causante de los celos. El hijo de un terrateniente vecino tocaba música de cámara en casa del protagonista e invita a su mujer a tocar con él. El autor sabía de la compenetración entre dos seres cuando están tocando juntos. Tocaban la sonata …Produce un efecto terrible, la música no eleva el espíritu, excita el alma. El primer movimiento, el presto, no se puede escuchar en un salón entre damas escotadas. Las escenas finales, que retratan el crimen anunciado desde el comienzo, son implacablemente descriptivas, minuciosas, terribles.

 

En realidad, el largo discurso de Pozdnishev es una mezcla de narración y reflexión: sobre el poder destructivo del deseo carnal, sobre la imposibilidad de alcanzar la felicidad, sobre las pasiones humanas más poderosas.

 

 La obra arremete contra el matrimonio, al considerarlo mero subterfugio de la sensualidad desbocada del varón y por tanto, institución opuesta al verdadero amor, de carácter espiritual. Esta obra constituye un alegato sobre el ideal de la abstinencia sexual y un tratado exhaustivo en primera persona acerca del sentimiento de los celos.

En el monólogo del viajero protagonista reconocemos episodios de la vida del propio Tolstói. Reverberan los celos que experimentó Tolstói por el encaprichamiento de su mujer Sofía Behrs con el compositor Serguéi Tanéyev y su música.

            Volvamos a la novela. 

Ya con los dos intérpretes entregados a la música, Pózdnishev comenta:

Se dice que la música influye de tal modo que eleva el espíritu. ¡Tonterías, mentir! Así es, produce efecto, un efecto terrible, lo digo por mí, pero en absoluto eleva el espíritu. No influye ni elevando ni sumergiendo el alma, sino excitándola. () Tomemos por ejemplo esta “Sonata a Kreutzer”, el primer presto. no me diga que este presto se puede tomar en un salón entre damas escotadas. Y luego aplaudir y más tarde comer un helado y comentar el último chisme. Estas cosas solo se pueden tocar en unas circunstancias determinadas, en ocasiones importantes y señaladas, o cuando es necesario llevar a cabo determinados actos, unos actos relevantes, acordes a esta música.

 

            Serguéi Lvóvich Tolstói, hijo mayor de Tolstói, compositor y músico, dejó un libro de memorias sobre su padre donde aparecen estos fragmentos en relación a la novela:

            Recuerdo que durante el tiempo en que escribió la “Sonata a Kreutzer”, Lev Nikoláievich intentaba aclararse a sí mismo qué sentimientos eran exactamente los que se expresaban en el primer presto de la sonata. Decía que la introducción a la primera parte advierte de la importancia de lo que sigue, que a continuación un sentimiento vago, inquietante, representado por el tema principal, y un sentimiento contenido, sosegado, representado por el tema secundario conducen, ambos, a la melodía clara, fuerte, incluso tosca de la codetta, que representa la sensualidad.

 

 

Selma Ancira es una de las traductoras más prestigiosas tanto del ruso como del griego moderno. Ha dado a conocer la obra de Marina Tsvietáieva a los lectores hispanohablantes. Destacan sus traducciones de autores como Pushkin, Dostoievski, Bunin, Bulgákov, Pasternak, Seferis, Ritsos o María Iordanidou. Su trabajo ha sido reconocido con diferentes galardones como la Medalla Pushkin en 2008, el XII Premio de Traducción Ángel Crespo por su traducción de Viva voz de vida (Minúscula, 2008), el Premio Nacional de Traducción por el  conjunto de su obra en 2011 o el Premio Read Russia a la mejor traducción en 2016.

Acaba de publicarse en Editorial Acantilado el título Así era Lev Tolstói (Tolstói y la música.) Ha sido una gratísima coincidencia.   







 


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