Shakespeare y lo trágico: Hamlet




Miércoles, 5 de diciembre de 2018
Institut d´Humanitats
La tragedia I


Shakespeare y lo trágico: Hamlet
Andreu Jaume

 “Hamlet y Horacio,
ante el sepulturero
 y la calavera de Yorick”
Eugène Delacroix (1839)
Buenas tardes,
Andreu Jaume describe a William Shakespeare (1564-1616) como un fenómeno en sí mismo inexplicable. Es el gran renovador de la Literatura desde el Renacimiento. De niño, vio llegar a Stratford las primeras compañías de teatro moderno. En aquellos tiempos, la tradición de las comedias senequistas propició el cultivo de un teatro en inglés. Años después, junto a Marlowe, logra llevar al teatro inglés a una cierta universalidad. Shakespeare crea para el inglés, una casa. (Ciertamente, esta frase solo puede ser de Andreu Jaume). 
La propia voz del poeta inglés nace de la imitación de Marlowe, quien brillaba en la escena londinense cuando Shakespeare llega a Londres a trabajar como actor y queda admirado por su obra. Se familiariza con el teatro desde la intuición. En un principio, empieza a ser un autor de comedias extraordinario, muy intuitivo; sin embargo, no pasa de ser un trágico bastante mediocre. Escribe tragedias muy esquemáticas, con personajes y situaciones todavía muy rápidas. A partir de cierta edad deja de escribir comedias y a medida que domina la escena, su obra se vuelve trágica. 
En 1601, con el estreno de Hamlet, Shakespeare es el descubrimiento de una nueva forma de conciencia trágica. Es su primera gran tragedia y tiene los elementos para ser comparada con la gran tragedia griega: un crimen, un rey, un príncipe heredero. Hay una alteración del orden familiar por un crimen y un fantasma exige venganza.
La historia comienza cuando unos centinelas ven el espectro del rey muerto, padre del príncipe de Dinamarca. Avisan al joven Hamlet, que está apesadumbrado porque su madre se acaba de casar con el hermano de su padre, nada más morir este. El espectro de su padre le revela la causa verdadera de su muerte: que fue envenenado por su hermano para usurparle la esposa y la corona. Pero una diferencia con la tragedia griega es que Hamlet no se fía del fantasma del padre, del viejo rey. Tiene miedo de que sea una información maligna y él necesita comprobar, demostrar lo que ha escuchado. Para ello encarga una obra de teatro, La ratonera, para comprobar a través de la literatura lo que el espectro le ha revelado. El príncipe detiene la acción y piensa el mundo. Comprueba al fin la versión del espectro, pero aun así no logra ejecutar el mandato del padre. Mata a Polonio en una acción errónea y va a ser una muerte absurda que lo cambia todo. Se altera toda la planificación de la tragedia. Él mismo se reprocha su incapacidad para la acción.
En la conciencia de Hamlet laten las contradicciones entre justicia y venganza, razón y locura, destino y azar, realidad y ficción, honradez y maldad, responsabilidad y libertad.

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