Cervantes y Shakespeare: Halmet y la tragedia shakespeariana.
Miércoles, 9 de noviembre de 2016
Andreu Jaume
CCCB
Institut d´Humanitats de Barcelona

Hamlet
es la historia de una historia
que no debería haber ocurrido. Es una tragedia demorada. En la
conciencia del príncipe de Dinamarca laten las contradicciones entre
justicia y venganza, razón y locura, destino y azar, realidad y
ficción, honradez y maldad, responsabilidad y libertad.
En
las primeras escenas se concentra casi toda la obra. El primer
diálogo ya demuestra la depuración del lenguaje y la técnica del
control del tiempo. La historia comienza cuando unos centinelas ven
el fantasma del rey muerto, llamado Hamlet como su hijo. Avisan al
joven Hamlet, que está apesadumbrado porque su madre se acaba de
casar con el hermano de su padre, nada más morir este. Hamlet no es
un príncipe al uso, es estudioso, un intelectual melancólico;
alguien que piensa, alguien que no está hecho para la acción.
Hamlet
acompaña a los centinelas y el espíritu de su padre se vuelve a
aparecer para hablarle. El centinela Marcelo pronuncia la célebre
frase “Algo huele a podrido en Dinamarca”, preludio de lo
que se va a revelar y recurrencia desde entonces que asevera la
existencia de hechos ocultos censurables. Se da un reconocimiento,
una anagnórisis del hijo a
su padre. El espectro cuenta a su hijo la verdadera historia
de su muerte: que fue envenenado por su hermano para usurparle la
esposa y la corona. El encuentro se produce casi en un estado de
conciencia de extraña intimidad entre ambos. En Hamlet se produce
una reconciliación: “Mi destino me llama”. Pero
la venganza va a ser la última orden de padre y la última que el hijo va a
desobedecer.
Hamlet
empieza a comportarse extrañamente, decide hacerse el loco para
vengar a su padre. Renuncia al amor de Ofelia, hija del cortesano
Polonio, en favor de su misión, del mandato de su padre. Hamlet deja
que el tiempo pase, está en un lugar donde no quiere estar. Quiere
salir de la obra en la que habita y para ello, escribe otra. Solo
puede hacer verídicas las palabras del espectro de su padre a través
de la literatura.
Unos
cómicos que llegan al castillo representan a indicación de Hamlet
la obra “El asesinato de Gonzago”, con algunos versos
modificados para que todo encaje con el crimen de su tío y según su
reacción, se confirme la revelación del fantasma. Se trata de un
caso de teatro dentro del teatro. El título que da Hamlet a su
versión adaptada es “La ratonera”. El rey se retira
encolerizado y asustado, se pone a rezar.
En
los monólogos se expresa el carácter del personaje opuesto a su
destino. Son espacios de libertad y de paz. Son la expresión del
ser. Está deteniendo la rueda del destino. “El pálido reflejo
del pensar”. Ha comprobado la
versión del espectro, pero aun así no logra ejecutar el mandato del
padre. Mata a Polonio en una acción errónea y va a ser una muerte
absurda que lo cambia todo. Se altera toda la planificación de la
tragedia. Él mismo se reprocha su incapacidad para la acción.
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