"El matarife", de Sándor Márai
El matarife, Sándor Márai
Traducción de Mári Szijj y José Miguel González
Trevejo
Sándor Márai (1900-1989) es autor de
una extraordinaria serie de novelas, entre las que destacan en nuestra memoria El último encuentro o La mujer justa, ambas fechadas a
principios de los años 40. La editorial Salamandra ha publicado también La herencia de Eszter, Divorcio en Buda, y
El amante de Bolzano, así como su
autobiografía Confesiones de un burgués. En
abril de 2022, la colección narrativa Salamandra volvía al autor y publicaba
como ópera prima de Márai esta novela breve titulada El matarife.
La novela narra la vida de Otto
Schwarzl, ya marcada por la violencia desde antes de nacer, contada una voz
fría y a veces cargada de un humor negro que desnuda las pulsiones del
personaje. “Nació a los diez meses y con
dientes”. Otto aparece ocasionalmente descrito con trazos de caricatura:
torpe, grandote, bobo, indolente; pero el humor negro se tiñe otras veces de
ternura en la voz de este inquietante narrador: “Cantar no sabía, pero desgañitarse le generaba un evidente placer que
lo conducía a un éxtasis febril y se entregaba a ello con todo su voluminoso
cuerpo y toda su alma.”
El punto de partida para armar todo
el relato biográfico es un episodio de la infancia donde presencia el
sacrificio de un buey que “le quedó
grabado como el recuerdo de un triunfo jubiloso. Lo embargó una turbia
satisfacción ...por el hecho de matar que se reveló como un acto
incondicionalmente positivo.” Y a los veinte años expresa su deseo de ser
matarife. Otras pulsiones primitivas también ayudan a completar las piezas para
el devenir del orgulloso carnicero; así, la falta absoluta de emociones que
fueran más allá de un macabro sentido del deber, de veneración irracional por
la patria lo convierten en “un cuerpo enorme que respiraba
sin apenas ideas ni sentimientos”.
El paisaje de fondo del relato es la
Primera Guerra Mundial, concretamente la crueldad del frente servio, y el
proceso de deshumanización que deja en el protagonista, acusado por el
ministerio fiscal de muy graves delitos. El narrador nos conduce por un proceso
de indagación sobre su vida (con mayor escrupulosidad su vida anterior a la
guerra) que está llevando a cabo el fiscal del Estado prusiano a través de
interrogatorios a varios testigos.
Una vez más la literatura se ha mostrado caprichosa conmigo porque al hilo de la lectura sobre Otto, se obró una prodigiosa revelación: esta historia me sonaba, y una lectura, una vez más, me llevaba a otra. Y es que es el propio Sándor Márai quien devela el germen de este personaje, o al menos así lo he interpretado al releer Confesiones de un burgués, autobiografía publicada en 1935, cuya primera parte se nutre de recuerdos luminosos de su infancia. Entre esos recuerdos aparece uno de sus tíos maternos: el tío Dezsö.
El tío Dezsö nació sin duda para ser carnicero. De pequeño ya jugaba a carnicero con sus hermanos menores y con los hijos de los trabajadores del taller de su padre. Dezsö reunía a todos los niños en un rincón del patio, los obligaba a quitarse la ropa, les echaba sal sobre la espalda y las nalgas y luego hacía como si los trinchara y los desmenuzara con un cuchillo robado de la cocina.
El matarife es una novela muy breve, de apenas cien páginas, de esas que
se suelen leer de un tirón, y te dejan con la sensación de haber cerrado una
historia más. Pero la experiencia de esta lectura ha sido diferente, tal vez
por el hallazgo azaroso del tío Dezsö, que volvió a mi recuerdo al oír la voz
del narrador de esta primera novela de Márai. Leída de un tirón, sí; pero eso
de cerrar una historia más, nada de nada. Ahí sigue dando vueltas, instalada en
el cerebro. Porque cuando crees que ya la has olvidado, de pronto las noticias
vuelven a la actualidad. un nuevo feminicidio, otra mujer, una más, en una
sangrienta lista que nos asalta desde principios de año, de este y del
anterior, y del otro y del otro…y del otro.
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