Un lector. George Steiner

 

Volver a aprender a leer, a leer juntos.


A pocos días de cumplirse el primer aniversario de su muerte, George Steiner (1929-2020) vuelve a la actualidad cultural. El sello editorial Siruela publica Un lector, con traducción de Lorenzo Luengo. Se trata, además, del único libro de este estudioso de la cultura que permanecía inédito en español. 

Entre los pasajes más notables, aparece uno de sus ensayos, “Crítico / Lector”, escrito a finales de los setenta, y que ha conseguido la categoría de clásico por cuanto despliega una teoría del conocimiento con todo el rigor científico.

    Con toda la honestidad y la lucidez del sabio, Steiner traza en este ensayo una disyunción entre ambas categorías abstractas: la crítica y la lectura. Parte de una caracterización de la tarea del crítico en su relación antitética con el texto.

“El crítico prescribe un programa; el lector responde ante el canon, y lo interioriza.”

Estructurado en tres capítulos sin títulos ni epígrafes, en la primera parte, Steiner enumera hasta seis parejas de contrastes en la relación “crítico” frente a “lector”, las cuales quedan perfectamente diseccionadas: mientras la crítica es epistemóloga y legislativa, husserliana, teleológica, discursiva, ordenadora e inmanente; la lectura se identifica ontológica, heideggeriana, teológica, silenciosa, interiorizada y trascendente. De todas ellas, posiblemente la idea principal que ha perdurado en el tiempo y en el colectivo de lectores y/o críticos es la imagen de la crítica como una “visión ordenadora”.

En la segunda parte caracteriza al lector con el mismo rigor y minuciosidad y en el tercer apartado establece las conclusiones del ensayo: realiza una síntesis de las distinciones entre crítico y lector; para terminar con unas reflexiones sobre el estado actual de entonces (finales de los setenta), de la crítica. 


Concluye con una reivindicación de una vuelta a lo literal, a una lectura antropológica, a la manera de “grandes lectores” como los de la nómina que cierra el texto, destacando a lectores magistrales en nuestro tiempo como Walter Benjamin “leyendo a Goethe” y Martin Heidegger, “leyendo a Sófocles y a Trakl”.

“Los Grandes Lectores”, dice Borges, que es uno de ellos, son “más infrecuentes que los grandes escritores”.

  Estamos ante un ensayo que, en su categoría de género, cumple con una voluntad de estilo que conlleva la abstracción, el rigor y la erudición. Acompaña al lector a través de los vericuetos del razonamiento.

Mención aparte merece una lectura implícita que subyace en este ensayo: la causa de la “degradación del concepto de investigación en los estudios literarios deriva de la confusión entre la crítica y las prácticas de lectura exegética”.

"El comentario es un obstáculo para la obra, constituye una suerte de pantalla que transforma la obra original en producto retórico."

“Lo que necesitamos no son programas de humanidades, escuelas de escritura creativa, programas de crítica creativa. Lo que necesitamos son lugares, por ejemplo una mesa con algunas sillas alrededor, en la que volvamos a aprender a leer, a leer juntos.”



 

 


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