La felicidad y otras zarandajas.Diálogos Festival Eñe_2018



Vuelvo a Madrid para asistir como público a los breves diálogos que conforman las jornadas del viernes y el sábado en el Círculo de Bellas Artes. Esta décima edición del Festival literario Eñe ha sido dirigida por Luisgé Martín, quien en su manifiesto reivindica la vida como materia literaria. 

“El amor, la miseria, la exaltación, el conflicto, los sueños.” “En todo esto”, señala, “apenas ha cambiado nada de lo importante.”

De entre las muchas actividades que se programaron para el fin de semana quiero destacar una charla entre tres autores sobre la felicidad, porque a fin de cuentas, también forma parte de la vida.


La felicidad y otras zarandajas. Santiago Lorenzo, Isaac Rosa y Elisa Sánchez Prieto.

Elisa Sánchez Prieto (autora de Al abrigo) modera el encuentro y parte de la idea de hallar la felicidad en algo parecido al desprendimiento, al “des-necesitar” y no depender de nadie para ser feliz. Habla del amor, la familia, los hijos y de que muchas veces la felicidad absoluta consiste en leer, escribir y vivir. Es el propio Santiago Lorenzo quien nos da algunos trazos de Los asquerosos, su última novela:  Un tío empieza a des-necesitar a gente, pareja, padres, hijos e incluso objetos y bienes materiales. Decide dejarlo todo y marcharse. Ensaya esa vía y le gusta, comenta, ensaya la des-necesidad y le sale bien. Manuel, su protagonista, vive la felicidad en soledad y esto puede molestar. La soledad puede llegar a ser un tipo de felicidad. Es una novela sobre la austeridad buscada y consentida.

Isaac Rosa, autor de Feliz final, apunta que hay algo de perverso en buscar la felicidad en el desprendimiento, en el no-necesitar, y advierte de que los gurús de la felicidad son el coach y el manual de autoayuda, que no hacen otra cosa que convertirlo en una tendencia más de consumo. El desapego de las personas, el desprenderse de los demás nos lleva a convertir la felicidad en un proyecto individual. Rosa advierte de los peligros de considerar la felicidad como un deber o una obligación, porque entonces se convierte en sospechoso al infeliz. Estamos presionados por esa idea de felicidad y a quien siente dolor se le hace culpable y se le penaliza por no conseguir ser feliz.

Elisa Sánchez Prieto plantea la cuestión de si sabemos escribir sobre la felicidad, si empalaga, si es cursi, Isaac Rosa recuerda que existen novelas de aquellas “de hacerte sentir bien” que suelen ser novelas trágicas, de las que empiezan con una quiebra de la felicidad. 
La estética del fracaso, la épica del perdedor, su grandeza nos hace sentir bien como lectores.
Es al final de la charla cuando aparece la palabra “nostalgia”, definido como ese lugar donde nos instalamos llevados del estado de insatisfacción permanente. Entonces es como si el futuro no existiera.
Vivimos con un retrovisor, siempre mirando al pasado, al “antes”, donde sí fuimos felices.




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