CONFIESO QUE HE LEÍDO
Ahora que el año se acaba
y pronto llegarán las listas, los balances, los nombres, las cifras, las
estadísticas, los recuerdos y los olvidos, quiero compartir aquí en petit
comité la lista de unos cuantos de los libros que me han acompañado durante
el 2013. Algunos por devoción, lo confieso, como es el caso de Iris Murdoch, autora
que descubrí ya en el 2012 con El
príncipe negro y a partir de ahí, ya no he podido dejar de leer. Otros
libros han llegado a mi sillón por mera casualidad y otros por prescripción del
club de lectura que comparto con amigos desde hace años y que se está revelando
como un vivero de autores.

Dejo además unas
anotaciones para cada uno de ellos, que no pretenden ser reseñas y puede que no
se ajusten todas a la realidad, pero quieren ser sinceras impresiones. Con
todos ellos he disfrutado y he sufrido, he aprendido y también a veces me han
servido como consuelo, como escudo frente al peso de lo cotidiano.
Los libros que he leído durante el 2013
1. La muerte de Montaigne, de
Jorge Edward
2. Relectura
del Libro III, Los tres comercios, de
Michael de Montaigne
3. Fábulas del sentimiento,
de Luis Mateo Díez
4. Relectura
de Volver, de Jaime Gil de Biedma
5. El mar, el mar,
de Iris Murdoch
6. Amigos y amantes,
de Iris Murdoch
7. Las leyes de la frontera,
de Javier Cercas
8. Algo supuestamente divertido que nunca
volvería a hacer, de D. Foster Wallace
9. Una educación sensorial,
de Rafael Argullol
10. Intemperie,
de Jesús Carrasco

11. Paseos con mi madre,
de Javier Pérez Andújar.
12. Henry y Cato, de
Iris Murdoch
13. Ciudad abierta,
Teju Cole
14. Pudor y dignidad, de
Dag Solstad
15. Carta sobre el comercio de libros,
de Denis Diderot
16. Nómadas, de
varios autores.
Apuntes:

1/
2. Montaigne se vuelve personaje en esta
novela que mezcla elementos de ficción y de realidad, acaso en forma de
crónica. A la parte de ficción, el narrador se refiere como “conjeturas”. Es
una vuelta a la figura del creador del género del “ensayo” como tal. Es un
diálogo con el maestro que le lleva a la búsqueda de lo personal. Su lectura me
llevó al Montaigne original del Libro de
los tres comercios. Habla de las relaciones o intercambios que se dan a lo largo
de la vida:
con los
hombres, que engendra la amistad (la más sublime), con las mujeres, que engendra la
amorosa-sexual
y con los
muertos a través de los libros. Hace un balance vital. Es un juego intelectual, un
distanciamiento de sí mismo.
3. Fábulas del sentimiento. Un laberinto de personajes que dice Mateo
Díez, son ejemplos de vida, con una tonalidad común. En esta obra ha reunido
doce historias. Pequeñas cosas que trastocan lo que somos, sentimientos que se
contraponen (amor, amistad, dolor, placer). La literatura, más allá de un
refugio, es un lugar donde poder confrontar la complejidad de lo que somos.
4. Volver, un poemario de Gil de Biedma al que vuelvo en los días
raros, Dice la contraportada que su poesía viene a ser la búsqueda y la
invención de una identidad consciente “del irreparable paso del tiempo”. Pero
el poeta aquí se aferra a los momentos felices que ha vivido, puede que
instantes. A veces me pregunto sobre los tiempos felices del pasado, busco en
la infancia, en la adolescencia y en la madurez también.

“Como libros leídos han pasado los años
que van
quedando lejos, ya sin razón de ser”
Continuará…
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