Breve historia de un grito
Los libros tienen sus propios hados. Los libros tienen su propio destino. Esto lo escribió Augusto Monterroso. Y puedo asegurar que es verdad, que no es cosa de esta pasión particular por la literatura que padezco y que me trae y me lleva de la ficción a lo real. Sirva la siguiente anécdota como ejemplo de la vida propia de un libro que se empeñó en volver a las manos de quien lo dedicó amorosamente allá por el año 1979. Se trata de un ejemplar de la novela El grito , del narrador y poeta valenciano Rafael Soler (1947). Fue la primera de sus cuatro novelas y ahora ha sido reeditada por Servilibro. Yo compré por Internet el último ejemplar que quedaba de la primera edición, de segunda mano y con dedicatoria del autor. Llegó a casa bastante deteriorado, descosido y despegado de la cubierta. Venía de la Librería Maestro Gozalbo de Valencia y pareció claro que había tenido otras vidas y que ahora estaba urdiendo en silencio un reencuentro. Para Ana Tudela, fidelísi