Las Novelas Ejemplares de Cervantes
Gonzalo
Pontón
CCCB
Institut d´Humanitats de Barcelona
El
término “novela”, en los siglos XVI-XVII es percibida como
italiana “novella” y se identifica con el relato corto. Cervantes
lo intenta trasladar del modelo italiano como algo diferente, una
obra marcada por los contrastes. Ya en el título, el adjetivo
“ejemplares” es muy discutido por la crítica. Se trata de una
primera ironía. Está innovando y tiene a gala ser el primero en
novelar en lengua castellana. En los títulos de todas las novelas
hay un juego de contrastes entre el engaño y la verdad, tema
esencial en la creación cervantina: La española inglesa,
La ilustre fregona, El amante liberal,...
En el prólogo a las Novelas Ejemplares, escrito
probablemente durante el verano de 1612, Cervantes nos ofrece su
confirmación como escritor. Es la imagen de un escritor socarrón
que empieza con la afirmación de que hubiera preferido no
escribirlo, y de que qué pena que no aparezca un retrato suyo. Es un
juego muy habilidoso para parodiar aspectos del sistema literario de
la época. Y a falta de retrato, él mismo se describe como alguien
alegre, proporcionado y equilibrado. En general, alude a la condición
de entretenimiento de su obra, sin ofender y dejando provecho. Quiere
rehuir de la moralina y ofrecer un pasatiempo honesto e inofensivo,
un espacio “de recreo” particularmente variado. Es literatura
seria, pero de entretenimiento. Se autocalifica de “raro inventor”,
en el sentido etimológico del término: el que descubre, el que
encuentra.
De entre las doce novelas que conforman el libro, es la última la
pieza magistral: El coloquio de los perros.No presenta este
título en su primera edición, sino La de los perros Cipión y
Berganza. Es una novela dentro de otra, que forman una unidad.
Hay un episodio en El casamiento engañoso que provoca El
coloquio de los perros. Es un primer toque de genialidad. Para
contar una historia increíble, (que los perros hablen), crea un
marco con una condición verosímil, el delirio. Campuzano, en el
hospital, durante una noche de fiebre, escucha a dos perros dialogar
y transcribe los que oye. Peralta lee el coloquio y nosotros, los
lectores, lo leemos con él. Los perros son figuras de ficción que
se asombran de su capacidad para el habla. La primera noche es
Berganza quien cuenta su vida a Cipión. Y es la vida de un pícaro,
porque lo que tiene un perro son amos. Cervantes construye un modelo
narrativo donde el diálogo permite la participación del receptor en
el modelo de discurso. Cipión matiza, opina sobre el modo de contar.

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