Conversación con Cristina Fernández Cubas


Clausura del Curso 2024-25

Máster en Estudios Avanzados en 

Literatura Española e Hispanoamericana.

 


El deseo de “Feliz Cumpleaños” para Cristina Fernández Cubas, que el 28 de mayo cumple 80 años, el anuncio de la publicación de un libro nuevo en septiembre y una conversación con ella sobre sus cuentos, su proceso de escritura y el peso del elemento fantástico en su narrativa. A todo esto asistimos este martes, 27, en el aula 111 de la Facultad de Filología y Comunicación de la Universidad de Barcelona.

            Tras una breve presentación de su obra por parte de la coordinadora del máster, Raquel Velázquez, la autora lee el comienzo de “La habitación de Nona”, el cuento que da título a la última antología, del mismo título, publicada por Tusquets en 2015. La autora lee con una voz trémula, con viveza expresiva y clavando el tono de la voz narradora, protagonista del relato:

           

“Mi hermana es especial. Lo dijo mi madre el día que nació, en la habitación blanca y soleada de la clínica. Y dijo además: «Especial es una palabra muy bonita. Que no se os olvide nunca». No se me ha olvidado, a la vista está, pero es más que posible que la escena que acabo de relatar no tuviera lugar en la clínica, sino mucho después en cualquier otra habitación, y que Nona no fuera tampoco una recién nacida, ni siquiera un bebé, sino una niña de tres o cuatro años. ¡Quién sabe! Me cuentan que puede tratarse de un falso recuerdo y que nuestras engañosas memorias están llenas de falsos recuerdos. Me aseguran también que ciertas peculiaridades —lo llaman así: «peculiaridades»— no suelen apreciarse en los primeros tiempos. Todo eso —y el dato de que cuando nació yo era demasiado pequeña para acordarme— me inclina a pensar que, en efecto, se trata de un recuerdo inventado. O de algo todavía más sutil. «Elaborado», que diría quien yo me sé. Porque antes de que Nona viniera al mundo mi vida era muy diferente. No la recuerdo bien, pero sé que era diferente.”

 

En estas primeras líneas se han dejado caer algunas de las pistas, conceptos como el de “falso recuerdo” o evocaciones inventadas o elaboradas que todos guardamos en la memoria; aparecen los términos “especial” y “peculiaridades”, que serán claves para la interpretación del relato. La escritora confiesa el gusto por la percepción infantil, por la voz de los niños para narrar porque, señala, están muy libres de prejuicios y su escala de valores le da mucho juego.

            Cristina Fernández Cubas habla de intuición frente a la reflexión a la hora de armar una historia. “Escritura es libertad”, subraya. En sus relatos el elemento fantástico, o en ocasiones un rastro apenas percibido de lo extraño, aflora siempre de lo cotidiano. La trama se urde entonces a partir de juegos con la elipsis. Apunta que su sentido de la realidad es muy amplio, que los sueños forman parte de nuestra realidad. Y la realidad misma es fantástica, es porosa o esponjosa. Le costó al principio, pero no tardó en reconocer en su obra la etiqueta literaria del género fantástico. Señala entonces algunos elementos de la realidad que intervienen en el proceso de escritura y que son extraños y misteriosos: un recuerdo, un sueño, o simplemente una sensación. El proceso mismo, muchas veces, es un misterio. El cuento tiene su propia vida marcada por una atmósfera, una voz narrativa que domina el tono y unos personajes que viven situaciones que perciben de una manera determinada, incómoda o extraña. Sus relatos burlan a menudo el espacio y el tiempo mediante los umbrales o las zonas de paso a otras dimensiones.

Cristina Fernández Cubas otorga siempre un papel protagonista al lector del cuento; es un cómplice que se queda un tiempo pensando, con el cuento en su cabeza, después de leerlo. La tarea del lector es recoger todas las pistas diseminadas para armar las dos historias, la que leemos y la oculta, que se mueve por debajo de aquello que se dice. O puede que todavía encontremos alguna más si el desenlace queda abierto, sin un cierre definitivo.

Y si hablamos de los libros de cuentos, la autora responde a la pregunta de cuándo o cómo sabemos que ya está terminado con la imagen de que “el libro es un buque en el que la carga debe estar bien estibada”. Así, la extensión de cada relato debe ser similar, para que ninguno destaque del resto, aunque piensa que los cuentos tienen la extensión que ellos mismos te piden. Se abren ventanas entre los cuentos de un volumen, aparecen conexiones o vasos comunicantes entre ellos.

Tras la conversación, pudimos saludar a Cristina Fernández Cubas y felicitarla por su 80 aniversario, pero también pudimos transmitirle la ilusión enorme ante la llegada en otoño del nuevo libro de relatos.

“No voy a decir el título porque nunca lo hago hasta que el libro está en máquinas, pero sí puedo decir que, esta vez, el título del volumen no es el de uno de los cuentos”.

                                                            

¡Muchas Felicidades! Y Quedamos a la espera.




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