La vida irrelevante. CCCB 9. Italo Svevo. La conciencia de Zeno
Hemos llegado al final del
curso y pienso que también al final del círculo del siglo XX. Jordi Llovet nos
da las gracias y anuncia que volveremos al siglo de las novelas extraordinarias
con un nuevo programa. “Al fin, (dice citando al propio Raffaele Pinto, la
literatura es como el pan.”
Nacido en Trieste en 1861,
Italo Svevo, pseudónimo de Ettore Schmitz, había publicado ya dos novelas, Una vida (1892) y Senilidad (1898), antes de alcanzar el reconocimiento y la fama. Su
obra es silenciada tal vez por las imperfecciones en el uso del italiano con
rasgos del dialecto triestino. Se le acusa de no saber escribir correctamente.
Con La
conciencia de Zeno (1925) alcanzó el reconocimiento primero en Europa
(gracias al propio Joyce, quien fue su profesor), y más tarde en Italia de la
mano de Eugenio Montale. La novela es el relato de la propia vida de Zeno
porque el médico se lo ha pedido. Todo el texto debe leerse como una confesión
que un enfermo le hace a su médico para demostrarle que no está tan enfermo. La
narración biográfica como mecanismo de defensa. Pero bajo la aparente
irrelevancia de los episodios narrados, de la vida gris y ociosa del hombre
burgués, late la conciencia infeliz de Zeno Cosini. La enfermedad es el
descontento interior.
Pero volvamos a la
cuestión del estilo, del estilo como anhelo de precisión verbal. Svevo sale del
ámbito lingüístico y entra en el ámbito filosófico o psicológico existencial. Su
elección literaria fue el italiano frente al alemán. Es un discurso que no tendría
sentido de no estar pensado en términos psicoanalíticos. Habla de la censura
interior, de la conciencia moral, la del inconsciente. Y se defiende de las
acusaciones de escribir en un italiano contaminado del dialecto triestino
apelando a esa censura interior : “Mentimos con cada palabra que decimos en
toscano”.
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