James Joyce, "Los muertos"
Prólogo de John Banville.
Editorial Navona. 2021
Colección Ineludibles.
Mientras escuchaba el sonido de la nieve que caía
levemente sobre el universo.
“Los muertos” (The
Dead) es el último de los quince relatos que componen la colección Dublineses, publicada por James Joyce en
1914. El cuento construye un retrato costumbrista de la sociedad burguesa del
Dublín de principios de siglo.
La
historia despliega varias tramas que se bifurcan, con algunos personajes
paradigmáticos que se reúnen en una fiesta familiar de lo más tradicional, la
Epifanía, en la que no falta la música, el baile, una cena y tampoco el
discurso. Las anfitrionas y sus invitados nos van dejando muestras de lo más
variopinto de la sociedad: se trata de historias individuales que componen un
grabado del ser irlandés: las hermanas Morkan, anfitrionas ancianas y conservadoras;
la sirvienta Lily, y algunos invitados como Mr. Browne, protestante; o la muy
patriótica, Molly Ivors; Freddy Ivors, bebedor, y su sufrida madre… Y el
encargado del discurso, Gabriel Conroy, sobrino protagonista, que acude cada
año con su esposa Gretta a la entrañable velada. Es un crítico literario, un
intelectual al que le cuesta decidir sobre qué citas poner en su texto, porque
teme que no sean comprendidas por el auditorio. El discurso cumple con las
expectativas por cuanto no se sale de la norma establecida, ya que Gabriel no
escatima elogios hacia la hospitalidad de la tradición irlandesa. Están todos
los elementos en la alocución: la falsa modestia, los agradecimientos, sinceros
halagos a las nuevas generaciones, “serias y entusiastas”, el ubi sunt o el recuerdo de los grandes
nombres antepasados y el brindis por las anfitrionas, las tías Kate y Julia y
por la sobrina, Mary Jane. Y al final, las ovaciones de los invitados.
Pero va a ser un incidente aparentemente trivial que sucede al final de la velada el disparador de un giro inesperado, una iluminación melancólica y poética que vuelve verdaderamente humano a Gabriel. El detonante es una vieja melodía irlandesa que suena en la fiesta y que trae a la memoria de Gretta un episodio triste de su pasado.
“Gretta,
cariño, ¿en qué estás pensando?”
“¿Qué sucede con esa canción? ¿Por qué te hace llorar?”
Una vez fuera ya del ambiente de la fiesta tradicional,
cuando los invitados han abandonado la casa de las hermanas Morkan, el narrador
nos lleva a la intimidad de la alcoba de los Conroy, al mundo de la sugerencia
poética con la descripción de las emociones que se remueven en la conciencia de
Gabriel. Es una revelación, una auténtica epifanía. La voz que narra nos lleva
por los recovecos de la conciencia del protagonista.
Mientras escuchaba el sonido de la nieve que caía levemente sobre el universo.
Es un viaje hacia la luz, un final luminoso sobre el
resplandor de la nieve que sigue cayendo tras los cristales. “Estaba nevando en toda Irlanda”.
Aquí, un recuerdo compartido, una muerte del pasado, un
episodio triste es capaz de revelarnos nuevos sentidos que dan luz y nos hacen
comprender aristas de la emoción humana.
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