Abril o un paseo por librerías
Durante estos días he leído la
última ¿novela? De Enrique Vila-Matas, Marienbad
eléctrico, que J.A. Masoliver reseña en La
vanguardia: “Toda la narratividad de esta novela está en lo que tiene de
vertiginoso, de continuos desplazamientos de un centro a otro para confirmar
con Perec, que toda novela es infinita.” También he empezado dos libros, las
memorias de Jaime Gil de Biedma, editadas por Andreu Jaume y el ensayo de
Svetlana Alexiévich, Premio Nobel de Literatura 2015, a quien espero conocer el
próximo mayo en el CCCB.
Los Diarios 1956-1985 de Jaime Gil de
Biedma son un puro gozo para los sentidos y para el entendimiento: los olores,
las impresiones del estado de ánimo, la plasticidad de algunas descripciones y
el descubrimiento de los procesos de escritura del poeta. Hay una voz
auténtica, sincera y única. La primera persona al desnudo provoca nuevas
percepciones sobre el sentido de la escritura del diario como género.
Otros
títulos que he comprado son los “Ensayos selectos”, Las manos de los maestros de J.M. Coetzee, en una preciosa edición
en dos tomos de Literatura Random House y la joya ilustrada por Federico
Delicado del cuento “El librero” de Roald Dahl. Es como un imán que brilla en
la mesa de novedades al cruzar la puerta de la librería Alibri.
Los
títulos se apilan y disputan por dejarse ver ya en las mesas de las librerías. También se suceden las presentaciones en Barcelona. Esta semana acudí a la de Juan
Villoro, quien reedita su libro Palmeras
de la brisa rápida, una crónica de su viaje en Volkswagen a Yucatán, el
país de los mayas. Fue en la librería de viajes Altaïr y editado ahora en la
colección Heterodoxos. Tomé algunas notas de su charla en la sala inferior de
la librería que estaba llena de gente y en la primera fila se encontraba, como
siempre, su editor Jorge Herralde. Dejó caer frases como: “La representación de
la realidad es mucho más interesante que la realidad misma.” O que “Los libros
de viajes definen muchas veces al escritor y puso el ejemplo de Graham Greene.
Estuvo tan entrañable como siempre, me dedicó el libro y me dijo que había
recalado Barcelona también para preparar el estreno de una obra de teatro para
noviembre en el Romea, protagonizada por Mario Gas.
El
sábado pasado acudimos buena parte del Club Marina a la presentación de Polvo en la frontera, libro de relatos
de Elías Gorostiaga. Allí estaba Juan Vico, poeta y novelista (autor de la
antología Nómadas) quien publica
también ahora su novela Los bosques
imantados.
Otras novedades interesantes son las de Javier Cercas, Jesús
Carrasco, Millás; y, claro, el protagonista de la semana en los suplementos culturales:
Juan Marsé y su nueva novela, Esa puta
tan distinguida, que aparece reseñada por los grandes José-Carlos Mainer,
Vila- Matas, Carles Geli, y Xavi Ayén, entre otros. Me quedo con la cita de
Mainer:
“A
Marsé le sigue gustando escribir novelas porque es su forma de respirar la
vida.”
Abril ha venido para quedarse
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