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La tarea del lector

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  Carmen Martín Gaite El cuento de nunca acabar Se trata de un ensayo de 1983 donde C. Martín Gaite convierte el lenguaje mismo en materia de narración, recoge las divagaciones que guardaba en carpetas con el título “Frustraciones e incompletos”. El libro es una conversación que fluye, una reflexión sobre el arte de divagar, sin desprenderse del hilo de los recuerdos, de las visiones, y donde la autora reclama una vez más al lector como interlocutor. Porque todo lo mueve esa búsqueda, como una necesidad de espejo, o el sentido de la escritura como un acercamiento al otro. Carmen Martín Gaite identifica en la célebre entrevista “A fondo” el hecho de escribir con el de conversar: “Escribir es conversar. Es un sucedáneo de la conversación. Quien escribe lo hace porque no encuentra un interlocutor, alguien con quien poder hablar bien, con pausa, con tiempo, con plazo narrativo.” El cuento de nunca acabar es original no solo por su estructura atípica, su estilo fragmentario o su ins

Carmen Martín Gaite. El cuento de nunca acabar

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El cuento de nunca acabar (apuntes sobre la narración, el amor y la mentira).  Carmen Martín Gaite. Editorial Siruela. El estilo de Carmen Martín Gaite (1925-2000) en esta obra es el de un ensayo que fluye, un solo cauce que recorre por las impresiones del ensayista. Abundan los conectores, da una sensación de suavidad discursiva, mece al lector. Por ejemplo, a partir de las propuestas de juegos para su hija y sus amigos en el parque acaba reflexionando sobre las tareas domésticas y los juegos infantiles. Se detiene y remarca sus ideas. “Las palabras, al fluir, van marcando la necesidad del discurso tal como sale y quebrando los propósitos que hubiéramos podido abrigar antes de ordenarlas de esta manera” Su estilo se mueve entre lo literario y lo coloquial con predominio del registro familiar del hablante culto. Capta muy bien las modulaciones, los tonos de la lengua hablada. El léxico cotidiano adquiere nuevas cargas semánticas con resonancias