tag:blogger.com,1999:blog-2839653026619170402024-03-16T08:41:02.719-07:00Atelier literario Atelier Literario.
"Fiction is fiction" Nabokov
Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.comBlogger351125tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-35659796975124875252024-03-16T08:40:00.000-07:002024-03-16T08:40:03.115-07:00"El vuelo de la celebración", de Claudio Rodríguez<p> </p><p><br /></p><p style="text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-spacerun: yes;"></span></span></p><blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><i><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Perdona lo que te voy a decir, pero tú no
volverás a escribir más. Tu caso va a ser parecido al de Rimbaud”.</span></i></blockquote><p><span style="font-family: verdana;"> </span></p><blockquote><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsQ6d3wA7NXgekOAkbZGrwU9mGTGzf4tCXAV5KGI7M3tt5PSzmArOM1_Oq98NqcVzhPwDETSiC8RnD5Xpb370cXoxIERpkVnySGI4Az5tRylLjkBB37aJzdim6VRtv0pqFJBsv8ctHpSVszvCwj8VjlTweu1nlBL1o1dfbwvu-DpOGdiZye3Nrq_WaR7I/s461/md30649062502.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="461" data-original-width="300" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsQ6d3wA7NXgekOAkbZGrwU9mGTGzf4tCXAV5KGI7M3tt5PSzmArOM1_Oq98NqcVzhPwDETSiC8RnD5Xpb370cXoxIERpkVnySGI4Az5tRylLjkBB37aJzdim6VRtv0pqFJBsv8ctHpSVszvCwj8VjlTweu1nlBL1o1dfbwvu-DpOGdiZye3Nrq_WaR7I/w208-h320/md30649062502.jpg" width="208" /></span></a></div></blockquote><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> Con estas
palabras remitidas a Claudio Rodríguez (Zamora, 1934-Madrid, 1999), Vicente Aleixandre<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>expresa el impacto que causó en el panorama literario del 53 el
primer libro del poeta zamorano, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El don
de la ebriedad</i>. Respecto al poemario, Aleixandre añade una nueva certeza:
“Su ebriedad no puede ser más lúcida”. Fue un libro engendrado al ritmo de la
respiración al caminar, un ritmo de carácter personal, nutrido por la tradición
métrica aprendida por el escritor. La musicalidad y cierto tono irracional
serán constantes a lo largo de su trayectoria poética. Y en esos aprendizajes
encontramos ya el eco de la poesía como un don para expresar la euforia ante la
claridad. Con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El don de la ebriedad </i>Claudio
Rodríguez ganó el premio Adonais, a los diecinueve años, en medio de su
licenciatura en Filosofía y Letras en la Complutense de Madrid. El premio le
otorgó para siempre un lugar en la historia de la literatura. Eran los años
cincuenta y el realismo social despuntaba entre sus contemporáneos y en buena
parte de la poesía española; sin embargo, los versos de Claudio Rodríguez
siempre anduvieron por otros caminos. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Carlos Bousoño insiste en destacar
lo que aporta de novedad la voz del poeta: “La originalidad de las imágenes de
Claudio Rodríguez puede combinarse, por supuesto, y coexistir pacíficamente,
con muchas de las libertades irracionalistas propias de la época contemporánea,
muy usadas por este poeta (y no solo en su primer libro).” (Bousoño, 1981: 292)
<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En 1958 publicó su segundo libro de
poemas, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Conjuros,</i> y trabajó como
lector de español en Inglaterra durante ocho años, primero en la universidad de
Nottingham y luego en la de Cambridge. Allí escribió <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Alianza y condena</i>, (1965), premio de la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Crítica de ese año. En 1963 fue incluido en
la antología "Poesía última", de Francisco Ribes, donde también
aparecían poemas de Eladio Cabañero, Ángel González, José Ángel Valente y Carlos
Sahagún, autores que conformaron (según los teóricos) junto a Rodríguez, el
grupo poético del 50.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">De vuelta en España se dedicó a la
docencia universitaria y publicó, tras once años, su cuarto poemario,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> El vuelo de la celebración</i> (1976). En
otro largo paréntesis entre poemarios, le llegaron premios importantes como el
Nacional de Poesía (1983), el Premio Castilla y León de las Letras (1986), el
Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1993). Y a los quince años de salir
a la luz <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El vuelo de la celebración,</i>
publicó su último libro,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Casi una leyenda</i>,
en 1991, ocho años antes de su muerte. En 1987 fue elegido miembro de la Real
Academia Española, en la que ingresó cinco años después con un discurso sobre
la poesía de Miguel Hernández. En 1993 recibió el Premio Príncipe de Asturias.
Claudio Rodríguez murió en Madrid el 22 de julio de 1999. Dejó incompleto un
libro de poemas: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Aventura.</i><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Al adentrarnos en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El vuelo de la celebración</i> como en
territorio inexplorado, como si fuera la primera vez, con el barniz que da el
distanciamiento en el tiempo, hemos descubierto versos luminosos, con
secuencias de lo real reducidos a un instante: ”<i style="mso-bidi-font-style: normal;">las suaves cabriolas de una hoja de periódico,/ las piruetas de un
papel de estraza, /las siluetas de las servilletas de papel de seda,/ y el
cartón con los pies bobos.</i>”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Un poema
sobre los papeles que vuelan por la calle en el que el propio lenguaje adquiere
el ritmo, y las palabras mismas, más que captar el instante, lo crean. Es el
logro máximo de la creación poética para Claudio Rodríguez. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El vuelo de la celebración </span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">es un poemario dividido en cinco
secciones en el que vuelve el sentimiento de plenitud, vuelve la luz a través
de un proceso ascensional que se vislumbra en el título, en el sentido del
vuelo como imagen de elevación. Poemas de captación de instantes, de las cosas
y las personas en su cotidianidad, pero que no se quedan en lo meramente
figurativo sino que participan del momento real; y a su vez, de la experiencia
poética de esa realidad y de las cosas a través del lenguaje. Muchas veces
Claudio Rodríguez ha explicado su concepción de la poesía. El poeta intenta
crear la realidad y para ello, lo primero es la palabra, luego con ella empezar
a nombrar la naturaleza. Es el poder hacedor del lenguaje. Que la palabra (el
lenguaje, el estilo, la sintaxis) se acerque al objeto del poema hasta que su
personalidad se diluya y logre transformarse en el objeto poético mismo. No
cabe duda entonces de que estamos frente a una concepción simbólica de la
poesía que pudiera derivar en la pura abstracción críptica. Sin embargo, nada
más lejos de la intención poética de Claudio Rodríguez, capaz de mantener la
tensión y el equilibrio para no caer en el hermetismo. En palabras de Fernando
Yubero: “La aventura poética de Claudio Rodríguez consiste, en fin, en una
peculiarísima iluminación simbólica de lo real a través del lenguaje; un
intento de desvelar la verdad que se oculta tras la realidad aparencial de las
cosas.” <a href="file:///C:/Users/Acer/Downloads/Claudio%20Rrodr%C3%ADguez.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><sup><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><sup><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">[1]</span></sup><!--[endif]--></span></sup></a> En las
corrientes simbolistas francesas ya aparece la visión del mundo como sistema de
correspondencias y buscan lo esencial de las palabras, palabras como puentes
para nombrar el misterio, con el ritmo y la musicalidad que envuelve la
frontera entre lo real y lo imaginario, que se resuelve en expresiones
metafóricas e irracionales. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Ese “desvelar la verdad que se
oculta tras la realidad aparente” al que alude Yubero nos da la clave para
rastrear la tradición que ha elegido el poeta, el camino del simbolismo. El
propio poeta habla de “afinidades selectivas”, en alusión a Goethe, para
referirse a los ecos de la tradición en su quehacer poético. El símbolo es el
vehículo para significados universales y lo tenemos en Juan Ramón Jiménez, en
Antonio Machado, en Federico García Lorca, en Jorge Guillén, entre otros, y
también se halla en los poetas modernos enmarcados en el amplio grupo del 50. Y
si de “afinidades” se trata, en la poesía de Claudio Rodríguez se advierten con
Santa Teresa y San Juan por la propensión ascensional, con Antonio Machado por
los apuntes del natural y cierta actitud ética;<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>con los poetas del 27, entre otras: la idea de júbilo (Guillén), la
creación de la metáfora irracional y la indagación sobre formas de expresión
poética renovadas a partir del simbolismo. Pero las “afinidades” se extienden
además, en un ejercicio de sincretismo, a los poetas españoles de posguerra,
por el interés en lo cotidiano y el uso de un lenguaje coloquial; también a las
lecturas de escritores ingleses como Wordsworth, Coleridge, Dylan Thomas. Y al
fondo, la lectura de Baudelaire, de Rimbaud y de los simbolistas franceses, con
su estallido de luminosidad. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En la tradición simbolista, se
precisa una correspondencia esencial entre el poeta y la naturaleza, que en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El vuelo de la celebración </i>se manifiesta
en el viento, en la arena, en el cielo, en el nido, en el otoño.. y otros
elementos de la naturaleza, desde el más humilde, como la amapola o la arena,
hasta el más insistente, el viento, que en su rumbo ascensional alcanza la
claridad. Los poemas de la segunda sección del libro son los que mejor
representan este simbolismo. Pero <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
vuelo de la celebración</i> es un libro de polifonías y de contraste;<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>emociona la tensión entre el dolor y la
belleza. Dolor en la sección primera del libro, “Herida en cuatro tiempos”, que
alude a un suceso acaecido en 1974: el brutal asesinato de la hermana pequeña
del poeta, María del Carmen, en un crimen pasional. La poesía como consuelo,
como testimonio y sedimento de la experiencia. En el primer poema “Aventura de
una destrucción”, no existe elevación, y el campo semántico es sombrío: “escombro”,
“destrucción”, “pesadilla”, o “daño” que poco a poco, a través del recuerdo y
la imagen del niño, se irá reorientando hacia la luz y la salvación. En la
tercera parte del poemario, compuesta por nueve poemas, volvemos a las
correspondencias de la segunda sección; pero si allí se trataba de elementos de
la naturaleza como la arena o el viento; ahora los referentes son abstractos:
el miedo, la inocencia, y la contemplación que deriva en episodios reflexivos.
Isotopías de impresiones sensoriales: “boca”, “manos acariciadoras”, hasta el
sentido del gusto, con la metáfora del sol como naranja jugosa en “La ventana
del jugo”, cromatismo (ocre amarillento, luz olvidadiza y cárdena), sinestesias
(el olor del cielo, el aroma de la claridad). Y en el poema “Una aparición”, el
reconocimiento en los otros. Es la descripción de un viejo mendigo, el rey del
humo, como metáfora de lo poético. En el último apartado del poemario predomina
la intimidad y el simbolismo del amor, la amada como objeto poético, su cuerpo,
la distancia en horizontal y la noche. Serenidad, equilibrio y plenitud en
espacios de trascendencia en los últimos poemas. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqteml87HbJPJ2LhMG8IcWx51-kMKsblc50BR9XRex0kFK3nb2RfzyUMx2ROuraYp2XJpUC0TMfUjBRVIU6-IajYcnFdjUhRyGVDQIaNhO0oBfjeCeecub2p4CjuEVgh6nGnYCOLaJK0vM-IlNWuAPFwqtwc1hvaCqfJXpJvG0um8YCzUh_qX8KKk9Wcw/s480/Claudio_Rodri%CC%81guez.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="320" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqteml87HbJPJ2LhMG8IcWx51-kMKsblc50BR9XRex0kFK3nb2RfzyUMx2ROuraYp2XJpUC0TMfUjBRVIU6-IajYcnFdjUhRyGVDQIaNhO0oBfjeCeecub2p4CjuEVgh6nGnYCOLaJK0vM-IlNWuAPFwqtwc1hvaCqfJXpJvG0um8YCzUh_qX8KKk9Wcw/w213-h320/Claudio_Rodri%CC%81guez.jpg" width="213" /></span></a><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> Tras
las lecturas y la indagación sobre la compleja estructura del poemario,
constatamos que Claudio Rodríguez es dueño de un imaginario propio, sin
artificiosidad, capaz de “develar” lo que se oculta tras lo real; una poética
que lo pone en fuga del empeño de las antologías en enmarcar a los poetas en
grupos. La poesía de Claudio Rodríguez es referente imprescindible, con rasgos
distintivos propios, en la evolución de la poesía española del siglo XX.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><o:p> </o:p></span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><a href="file:///C:/Users/Acer/Downloads/Claudio%20Rrodr%C3%ADguez.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><sup><span lang="es"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><sup><span lang="es" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Arial; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></sup><!--[endif]--></span></span></sup></a><span lang="es" style="font-size: 10.0pt;"> Fernando Yubero Ferrero, “Semblanza Crítica
de Claudio Rodríguez”. Portal de Claudio Rodríguez en la BVMC,
https://www.cervantesvirtual.com/portales/claudio_rodriguez/semblanza/<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><span lang="es" style="font-size: 10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
</div>
</div><br /><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-49730586026890766572024-03-09T02:18:00.000-08:002024-03-09T02:21:08.310-08:00"Entre visillos", o el sueño de dialogar<p> </p><p style="text-align: right;"></p><p align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; margin-left: 43.2pt; margin-right: 43.2pt; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 43.2pt 8pt; text-align: right;"></p><div style="text-align: left;"><span face="Calibri, sans-serif" style="color: #404040; font-style: italic;"><br /></span></div><p></p><p align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; margin-left: 43.2pt; margin-right: 43.2pt; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 43.2pt 8pt; text-align: right;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Calibri",sans-serif" lang="es" style="color: #404040; mso-fareast-font-family: Calibri;"><br /></span></i></p><p align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; margin-left: 43.2pt; margin-right: 43.2pt; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 43.2pt 8pt; text-align: right;"></p><p style="text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAgRjJP_BqcNr-Q6KFVXP10-OwQRFlo9ntVMcBT-Eppr_HhVS_kjAFY3MXEy0aU9bfS_PuN6VtgXuF0eaaCqiuLsqMPvADwZDkXkHnszaTN5OpVPbg2W-9I8FMcgscaBuLsjgJNEg6VMcgb80XBCdBF1FjLZWSHMMeJezR-18Kfs0J797lWl25949qtSI/s3024/IMG_1047.heic" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="3024" data-original-width="2615" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAgRjJP_BqcNr-Q6KFVXP10-OwQRFlo9ntVMcBT-Eppr_HhVS_kjAFY3MXEy0aU9bfS_PuN6VtgXuF0eaaCqiuLsqMPvADwZDkXkHnszaTN5OpVPbg2W-9I8FMcgscaBuLsjgJNEg6VMcgb80XBCdBF1FjLZWSHMMeJezR-18Kfs0J797lWl25949qtSI/w277-h320/IMG_1047.heic" width="277" /></a></p><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Calibri",sans-serif" lang="es" style="color: #404040; mso-fareast-font-family: Calibri;">El primer interlocutor satisfactorio y exigente, venimos
a ser nosotros mismos.</span></i><i><span face=""Calibri",sans-serif" lang="es" style="color: #404040; mso-fareast-font-family: Calibri;">Nos proclamamos destinatarios provisionales, mientras
seguimos esperando, soñando, invocando a ese otro que un día nos vendrá a
suplantar.</span></i><p></p><p align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; margin-left: 43.2pt; margin-right: 43.2pt; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 43.2pt 8pt; text-align: right;"><span face="Calibri, sans-serif" style="color: #404040;">Carmen Martín Gaite,</span><span face="Calibri, sans-serif" style="color: #404040;"> </span><i style="color: #404040; font-family: Calibri, sans-serif;">El cuento de nunca acabar</i></p><br /><p></p><p style="text-align: justify;"></p><p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 8.0pt; margin-left: 43.2pt; margin-right: 43.2pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 43.2pt 8pt; text-align: right;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Calibri",sans-serif" lang="es" style="color: #404040; mso-fareast-font-family: Calibri;"><o:p> </o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El título de la novela alude a las
ventanas, uno de los motivos que es constante punto de referencia en la obra de
Martín Gaite, y es metáfora de la frontera que separa la vida del mundo
doméstico, reducido de las mujeres, de la vida exterior. Es, por lo tanto, un
símbolo de lo fronterizo y de un ángulo siempre condicionante de las miradas. Y
estas ventanas están cubiertas por visillos, que es una tela fina y
transparente que deja pasar la luz pero impide ver el interior desde fuera. En
el capítulo 1 de la novela leemos que <i>“Natalia
levantó un poco el visillo.”</i> La
muchacha observa el bullicio de la ciudad en las fiestas de septiembre. Se
establece ya la línea divisoria entre el exterior, la calle con grupos de
personas alegres; con el interior, el espacio cerrado de la casa, a través de
la protección de los visillos, que esconden la vida de las mujeres que la
habitan.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Pero
esta ventana tiene además algunas connotaciones de reja o de prisión, porque
lejos de mirar desde un espacio privilegiado y libre, el encuadre reduce a la
mujer a mera espectadora pasiva e inmovilizada. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es">La ventana condiciona un tipo de mirada: mirar sin ser
visto. Consiste en mirar lo de fuera desde un reducto interior, perspectiva
determinada, en última instancia, por esa condición ventanera tan arraigada en
la mujer española y que los hombres no suelen tener. (...) La ventana es el
punto de enfoque, pero también el punto de partida. (Martín Gaite, </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Desde la ventana</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(Enfoque femenino de
la literatura española)</i> 1987.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: verdana;">Novela de valor testimonial</span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Entre visillos</span></i></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> </span></b><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">consta de dieciocho capítulos y se divide en dos partes: la
primera parte, con once capítulos y la segunda, con siete.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Describe la vida cotidiana de una ciudad de
provincias cuyo nombre no se menciona pero puede aludir a Salamanca por razones
de biografía, una vida saturada de rutina, conservadurismo e hipocresía.
Tampoco aparecen referencias explícitas al tiempo narrativo pero algunos
indicios como la profesión de aviador militar del novio de Gertru (profesión
popular en la ciudad en los años 50) y el estreno de la película Marcelino, pan
y vino, en 1954, con el pase previo del NODO, nos llevan a pensar en la mitad
de la década de los 50.<span style="mso-spacerun: yes;"> <i> </i></span><i>Entre visillos
</i>está centrada en la vida de los jóvenes de la burguesía, especialmente de las
mujeres.; y, a través de las historias cruzadas que les suceden a los
personajes, la obra da testimonio de su modo de vida, dentro de ese contexto
social y cultural<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>específico. Asistimos
al devenir de su cotidianidad, a sus hábitos, cuáles son sus pensamientos, sus
deseos e inquietudes, como el temor a la soltería entre las chicas. La llegada
de Pablo Klein a la ciudad para ocuparse de las clases de alemán en el
instituto es uno de los motores de la trama. El carácter abierto, liberal y
crítico de este personaje entra en colisión con el ambiente de opresión en el
que se mueven los habitantes de la ciudad. Gracias a su aparición, algunas de
las mujeres se cuestionan su posición y empiezan a querer cambiar su forma de
vida y pensamiento.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Natalia
Ruiz es la menor de tres hermanas, huérfanas de madre. Tiene quince años,
estudia en el instituto y se opone a acatar pasivamente las normas y costumbres
convencionales. Le aburren las conversaciones de sus hermanas con las amigas,
cuyos temas le parecen banales. Le interesa el estudio y desea llegar a la
universidad. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Algunas costumbres de la época que
se ven reflejadas en la novela son, por ejemplo, la asistencia a misa todos los
días donde las jóvenes acuden a la iglesia a oír misa, a confesarse. Los
hábitos domésticos estaban muy pautados: la hora del desayuno, de la comida, de
la merienda, el cambio de la falda de la mesa camilla, o la limpieza. En
relación a los estudios, las chicas dejan de estudiar para casarse y las que
estudiaban solían hacerlo en un colegio de monjas, mientras que era raro
hacerlo en un Instituto público. Las relaciones sociales estaban pautadas por
visitas a las casas de amigas, motivadas por la amistad o por el consuelo
durante el período del luto. Los jóvenes, sin embargo, se relacionan en el
Casino y en ambientes libres de la presión social. Los ritos señalados eran la
puesta de largo, la pedida de mano, las compras necesarias para la boda, la
ropa y los planes de futuro. Y sobre todo ello presidía un acuciante interés
por conocer la vida ajena, todo el mundo sabía de todo el mundo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Usos amorosos de la posguerra española,</i> Carmen Martín Gaite
escribió: <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">“La muchacha que quisiera ajustarse a este ideal [de mujer
virtuosa en el franquismo] no podía ser llamativa ni vistosa. Pero, por otra
parte, tenía que conseguir llamar la atención y ser vista entre la multitud de
candidatas a casarse que hormigueaban, perplejas como ella, ante la misma
encrucijada. ¿Cómo se las arreglaba para esto?”</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Ya en el primer capítulo de la
novela leemos en el diario de Tali que su mejor amiga, Gertru, se va a casar
dentro de varios meses con Ángel, un chico mayor que ella que es piloto y, por
lo tanto, es considerado como un “buen partido”. Gertru le comenta a Natalia
que este año no se va a matricular en el Instituto para el último curso de
bachillerato, porque a su novio no le gusta la idea de que siga estudiando.
Está ilusionada porque dentro de unos días se “pone de largo” en una fiesta a
la que ha invitado a Natalia, pero esta no quiere ir.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Las conversaciones sobre los novios
y el matrimonio son una constante en toda la novela, sobre todo entre las
muchachas. Otro “buen partido” está representado en la sociedad de posguerra
por el chico que prepara oposiciones a notaría. La novela pone de manifiesto
que el tema del matrimonio no es una cuestión privada, sino que la familia y el
entorno podían aprobar o no la elección, ejerciendo así un control sobre las
decisiones de las mujeres.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: verdana;">El sueño de dialogar</span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En la novela están presentes algunos
de los rasgos distintivos que aparecerán en la trayectoria posterior de Martín
Gaite, sobre todo en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Retahílas </i>(1974)
y en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El cuarto de atrás </i>(1978). Nos
referimos al motivo del diario o el cuaderno, con una escritura en primera
persona con la connotación de refugio o terapia. Pero si ampliamos el encuadre
a su producción ensayística, a títulos como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
búsqueda del interlocutor </i>y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El cuento
de nunca acabar </i>volvemos a encontrarnos con un tema recurrente: el sentido
de la escritura como la búsqueda de un interlocutor, un lector o bien un
destinatario explícito que a veces no existe. El diario de Natalia Ruiz puede
ser el canal elegido para esa búsqueda y que más tarde encontrará en Pablo
Klein, con el que comparte el rechazo al convencionalismo del ambiente en la
ciudad. Encuentra en Pablo Klein un confidente para compartir sus inquietudes e
intereses, que no halla en las demás personas de su entorno: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Me chocaba que estas cosas estuviera
tratando de explicárselas a un desconocido. Me miraba atentamente y completaba
alguna de mis frases, animándome a seguir.” </i>Y una vez que Tali ha
reconocido esa complicidad<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en lo que los
diferencia del resto, Pablo se revela como un ideal de referencia masculina
para ella.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Esta
dicotomía entre lo que se entiende por diálogo y por conversación insustancial
es otro de los temas favoritos de la autora. El magnetismo que desprende Pablo
Klein tiene que ver con que ofrece siempre en los demás, tanto a los hombres
como a las mujeres,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una posibilidad de
diálogo, más allá de la charla vacía e insustancial. El profesor solo encuentra
dos interlocutoras válidas: la animadora del Casino, Rosa y su alumna, Natalia.
Con esta se establece una comunicación verdadera, real y sincera; ella lo ve
como el interlocutor que anhela. Es el interlocutor ideal, ese del que la
autora habla en sus ensayos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El
personaje de Natalia Ruiz, Tali, es metáfora de esperanza para otras
generaciones de mujeres que buscan encontrar una posición de independencia para
elegir en libertad. </span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span> </span>A partir de la relectura de <i>Entre visillos</i> desde
otra edad y en otro tiempo muy distinto, nos convertimos, tal vez, en
interlocutores de una escritora brillante, una de las figuras más importantes
de las letras hispánicas del siglo XX.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span><p></p><br /><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-58913722527359013932024-02-20T09:36:00.000-08:002024-02-20T09:36:28.477-08:00Kafka para el siglo XXI: la lectura de Elias Canetti<p style="text-align: right;"> </p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><b><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Franz Kafka, entender el siglo XX<o:p></o:p></span></span></b></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><b><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;"> <i>14
de febrero de 2024 <o:p></o:p></i></span></span></b></p><p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 36.0pt; text-align: right; text-indent: -28.9pt;"><b><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: verdana;">Kafka para el siglo XXI: la lectura de Elias Canetti.<o:p></o:p></span></span></b></p><p style="text-align: right;"><b><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Ignacio
Echevarría</span></span></b></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxqRZYTXSyXLiMJp4YTig6O8KXoBBhe48TkOX4u0NPtPBFDKk476XaWU53d2zvLvpk1kz0kQNBuQvFlHWmLAbZsfUK74MhnqmYlwZoy0WHsFNXklrAO1xoaSq7PjiSeWkNCNt5vbanr0kxhaVfUlGHKIhPmz_8ng87kHFI_wY9UMsLGVRdZruHAmCTi-o/s914/9788419392374.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="914" data-original-width="552" height="298" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxqRZYTXSyXLiMJp4YTig6O8KXoBBhe48TkOX4u0NPtPBFDKk476XaWU53d2zvLvpk1kz0kQNBuQvFlHWmLAbZsfUK74MhnqmYlwZoy0WHsFNXklrAO1xoaSq7PjiSeWkNCNt5vbanr0kxhaVfUlGHKIhPmz_8ng87kHFI_wY9UMsLGVRdZruHAmCTi-o/w193-h298/9788419392374.jpg" width="193" /></span></a></b></div><p class="MsoNormal" style="margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><span style="font-family: verdana;">Elias Canetti,<i> Sobre Kafka. El otro proceso<o:p></o:p></i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><span style="font-family: verdana;">Traducción de Adan Kovacsics.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><span style="font-family: verdana;">Galaxia Gutenberg, 2023.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Kafka
y Canetti han sido las dos presencias más recurrentes y constantes en mi
trayectoria como editor, y en ellas sigo ocupado desde 1994 y 1996,
respectivamente. Eso me brinda una comprensión particular de las conexiones
posibles entre estos dos escritores, que no se conocieron personalmente y que
son muy diferentes en todo, pero que tienen un vínculo importante, porque Elias
Canetti (1905- 1994) recoge la herencia de Franz Kafka (1883-1924) y la
proyecta hacia la segunda mitad del siglo XX. Canetti y Kafka, aunque
coetáneos, no se conocieron. Kafka muere en 1924, pero Canetti, por aquel
entonces, no sabía quién era. Él era un adolescente, todavía despistado sobre
sus estudios. Kafka publicó seis libros en vida y sus relatos aparecieron en
las mejores revistas en lengua alemana. Musil o Rilke, por ejemplo, lo
apreciaban muchísimo. Cuando muere, Canetti se instala en Viena para estudiar
Químicas y allí conoció a su compañera de vida durante 40 años. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Descubrió
a Kafka azarosamente, en el invierno de 1931, gracias a dos libros: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La transformación </i>y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El artista del hambre</i>, cuya lectura le dejó huella: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Ahí estaba el modelo que yo estaba
esperando”</i>.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En
1948, Canetti empieza a leer en profundidad a Kafka porque le encargan una
conferencia sobre Proust, Joyce y Kafka. De este, lee <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El proceso </i>y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El castillo.</i>
Ya entonces delata un interés particular en acceder a la obra de los escritores
a través de su semblanza biográfica, de sus circunstancias personales; una
metodología que por aquel tiempo ya tenía bastante descrédito. Las tendencias
de la crítica literaria moderna han sido intentar leer la obra por sí misma.
Kafka siguió siendo muy leído y querido por Canetti; pero no fue hasta 1967,
cuando recibe un artículo con el anuncio de la publicación de las<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Cartas a Felice,</i> de Kafka, cuando se
decide a estudiarlo en profundidad. La lectura de las cartas lo dejó
deslumbrado. Comprenden cinco años (de 1912 a 1917) de la vida de Kafka, de los
29 a los 34 años. Son casi seiscientas cartas obsesivas, intensas, muy duras de
leer. Esta correspondencia pasó a ocupar un lugar central en la obra de Kafka.
Canetti se relaciona con las cartas como una obra completa de Kafka y vincula
la escritura de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El proceso</i> a la
escritura de estas cartas. Esta es la tesis de Canetti: En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El proceso, </i>Kafka transforma literariamente su relación con Felice.
Son cartas enormemente íntimas en el sentido del desnudamiento integral de una
persona frente a otras. Son unilaterales, solo leemos el torrente de las cartas
en una sola dirección, pero el grado de intimidad, como dice Canetti, “es
inconcebible”. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Son más íntimas que cualquier
descripción detallada de una felicidad. <o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Las
cartas apuntan los rasgos de su propia personalidad<i style="mso-bidi-font-style: normal;">: <o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">” Indecisión, timidez, frialdad de
sentimientos, minuciosidad en la descripción de su intimidad y un desvalimiento
que solo resulta creíble por el detallismo extremo con que es descrito.”<o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Canetti
recibe el encargo de escribir sobre las cartas y emprende la lectura
sistemática de toda la obra de Kafka. Elabora un ensayo de interpretación a la
luz de las cartas. Su método fue siempre el mismo en todo de lo que se ocupó.
Sus conclusiones estaban dictadas por sus propias circunstancias vitales en el
momento de la lectura. En 1967 había publicado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Masa y poder</i>, obra que no había cumplido las expectativas. Su
esposa Veza, con quien compartió su entusiasmo socialista y su veneración por
Karl Kraus, se suicidó en 1963 tras el fracaso de su matrimonio, tal vez debido
a las traiciones frecuentes de Elias. Estuvo a punto de suicidarse tras la muerte
de su pareja y emprendió una relación con Hera Buschor, con quien se casó en
1971, y tuvieron al año siguiente una hija, Johanna, un acontecimiento que
convence a la pareja de establecerse permanentemente en Zúrich.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En
1969 se publicó el ensayo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El otro proceso
de Kafka. Sobre las cartas a Felice</i> (Der Andere Prozess. Briefe an Felice)
que analiza la correspondencia entre Kafka y Felice Bauer.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Kafka,
en su relación epistolar con Felice, se descubre a sí mismo, está obsesionado
con escribir y elige una vida “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">encauzada
hacia la escritura”</i>. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">“Nunca es suficiente la soledad
cuando uno escribe”<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Para
Canetti, esta carta es fundamental para entender el sentido de la escritura y
la vocación y compulsión por escribir. Los periodos de mayor creatividad de
Kafka coinciden con el momento cuando conoció a Felice y cuando rompió el
compromiso, al liberarse de la relación. Está claro que las energías que
movilizó en su relación con Felice, tanto en los inicios como en su ruptura
fueron decisivas para las articulaciones internas de los procesos creativos de
Kafka.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Lo
que reconoce Canetti al leer a Kafka es la cuestión del poder. En sus diarios y
apuntes saldrá a la luz el Canetti más despiadado. Se reconocen asuntos de su
intimidad y los vínculos que traza con Kafka, al que percibe como una
contrafigura de su físico, además de su carácter. Canetti era apasionado y
colérico, era un hombre de poder.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En
relación a Kafka como escritor del poder, Canetti afirma: “El poder es su tema,
igual que el mío. Su obra es fina, misteriosa y precisa”. “Se despliega ante el
observador y no excluye ningún poder, ni siquiera el religioso.” Canetti lee su
obra como una radiografía de todas las configuraciones del poder, desde el
poder del padre al poder de la burocracia, o el de la religión. El miedo ante
el poder es un tema central en Kafka, sus obras tratan de la forma que él
encuentra de oponerse al poder. Y esta forma tiene que ver con la
transformación en algo pequeño. Es decir, la forma que tiene de sustraerse al
poder no es oponerse a él, sino sustraerse mediante el empequeñecimiento, de
tal forma que él no se ocupe de uno. </span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span><span style="font-size: 16px; text-indent: 37.7953px;">La lectura de Kafka que hace Canetti se centra en que el escritor checo ofrece una estrategia de sustraerse al poder que consiste en empequeñecerse ante él hasta la desaparición, en hacerse inaccesible.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">“Kafka escribe sin dientes contra el poder. (...) Mediante
la transformación en lo pequeño se sustrae a la superioridad. Su delgadez, de
la que se avergüenza, tiene también un lado positivo, recela del peso y la
pesadez, ya que también son formas de poder, aunque sean muy primarias. (...) <o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 50.75pt; text-align: justify; text-indent: 28.3pt;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: 12pt;"> </span> </span><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Ponente:
Ignacio Echevarría. (Barcelona, 1960). Hizo estudios de Filología, y trabaja
como editor y crítico literario. Como editor, ha coordinado colecciones de
clásicos y ha estado al cuidado de las obras de escritores como Franz Kafka,
Elias Canetti, Juan Carlos Onetti, Nicanor Parra, Rafael Sánchez Ferlosio, Juan
Benet y Roberto Bolaño, entre otros. Como crítico y estudioso, ha prestado
especial atención a la narrativa contemporánea en lengua española, y ha
publicado tres volúmenes en que reúne algunos de sus artículos y ensayos: <i>Trayecto. Un recorrido crítico por la
reciente narrativa española </i>(Debate, 2005), <i>Desvíos. Un recorrido crítico por la reciente narrativa latinoamericana
</i>(Ediciones Universidad Diego Portales, 2011) y <i>El nivel alcanzado. Notas sobre libros y autores extranjeros </i>(ed.
de Andreu Jaume, Debate, 2021). Es autor también de <i>Una vocación de editor </i>(Gris Tormenta, 2020), semblanza del editor
Claudio López Lamadrid.</span><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><b><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: CA; mso-highlight: white;"></span></b><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-11563616689387103082024-02-13T10:26:00.000-08:002024-02-13T10:40:19.970-08:00"Subasta", de María Fernanda Ampuero<p><b style="text-align: center; text-indent: -28.9pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-highlight: white;"> </span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijJSkwn2NQ5sySj5wYPTjypaufJ0GExkqs1uHa_7siPKmjE0kTT0LYig2vfFqmXA6cGk9U5x6prmoDUF-eFZtXYP0d13jiGLWfkz7QOKxRRK3PLEwdv69TsRgyZTmga6JzjDy3UX6Pws90tZgvQoHooSJhRwIAVnoZpFXOyMH531kxzd_ywFJKSTJDCdc/s884/9788483932346.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="884" data-original-width="552" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijJSkwn2NQ5sySj5wYPTjypaufJ0GExkqs1uHa_7siPKmjE0kTT0LYig2vfFqmXA6cGk9U5x6prmoDUF-eFZtXYP0d13jiGLWfkz7QOKxRRK3PLEwdv69TsRgyZTmga6JzjDy3UX6Pws90tZgvQoHooSJhRwIAVnoZpFXOyMH531kxzd_ywFJKSTJDCdc/w200-h320/9788483932346.jpg" width="200" /></a></div><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span><div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="color: #741b47; font-family: Times New Roman, serif;"><br /></span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="text-indent: 37.7953px;"><span style="color: #741b47; font-family: inherit;">María Fernanda Ampuero</span></span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="text-indent: 37.7953px;"><i><span style="color: #741b47; font-family: inherit;">Pelea de gallos</span></i></span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="color: #741b47; font-family: inherit;">Editorial Páginas de Espuma, 2018.</span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><i><span style="font-family: inherit;"><span lang="es" style="line-height: 200%;">Escribir es para mí una cuestión de
supervivencia, una necesidad de aullar.</span><span style="text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="line-height: 200%;"> </span></span><span style="text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="line-height: 200%;">Escribo porque necesito que ese aullido
se escuche y también que la ira que siento ante muchas realidades sirva para
algo.</span></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: inherit;"><i style="text-indent: 37.7953px;"> El Cultural, </i><span style="text-indent: 37.7953px;">4 de junio 2021. </span></span></p></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-indent: 37.7953px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span><span lang="es" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 200%;"></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">María
Fernanda Ampuero (Guayaquil, 1976) es escritora y periodista. Ha sido
reconocida con el Premio Joaquín Gallegos Lara por su primer libro de cuentos, <i>Pelea de gallos</i> (2018), publicado en la
editorial Páginas de espuma. En sus cuentos emergen los desequilibrios de Latinoamérica
y su difícil realidad social. El vínculo del libro es la violencia ejercida
sobre las mujeres incluso desde las instituciones que se encargan de perpetuar
o infligir la violencia, como la iglesia, el estado o el propio sistema
capitalista. Pero también se ejerce una violencia normalizada desde el ámbito
de lo privado, en la institución familiar, dentro del hogar. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: 12pt; text-indent: 1cm;">A
partir de la publicación de </span><i style="font-size: 12pt; text-indent: 1cm;">Pelea de
gallos</i><span style="font-size: 12pt; text-indent: 1cm;">, María Fernanda Ampuero se convirtió en un referente de las nuevas
voces de la literatura hispanoamericana. En 2021 publicó </span><i style="font-size: 12pt; text-indent: 1cm;">Sacrificios humanos</i><span style="font-size: 12pt; text-indent: 1cm;"> y de nuevo los reseñistas hablan de violencia
extrema, de personajes abocados a la tragedia, de literatura que incomoda,
porque la violencia llega muchas veces del entorno familiar.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">“Subasta”
es el cuento que abre el libro de relatos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pelea
de gallos.</i> Narra el secuestro de una mujer que, al salir de un bar, es
captada por un taxista que debía conducirla hasta su casa. Aparece en una
ciudad desconocida, en un polígono vacío, y es entonces cuando toma conciencia
(“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">se te acaba de joder la vida”</i>). Con
un trapo sobre la cabeza, percibe la atroz realidad a través de los sentidos:
el olor, las voces, y los gritos la alertan sobre que se encuentra en medio de
una subasta, uno de esos encuentros ilegales donde las víctimas son vendidas al
mejor postor para fines, digamos estremecedores. Los verdugos van armados y
disparan sobre las víctimas (mujeres y hombres) para sembrar el horror. El
relato está narrado en dos tiempos distintos y con dos analepsis nos lleva al
pasado más cercano y más lejano de la protagonista. El dolor la transporta
hacia su infancia, una vida de violencia cotidiana, de abusos en el seno
familiar, donde tuvo que desarrollar mecanismos de defensa como utilizar el
propio cuerpo para proyectar asco y repulsión. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">Mientras
el terror se hace perceptible, poco a poco se narra la forma en la que las
víctimas son subastadas y cuál será el destino de cada uno dependiendo de su
estrato social, su profesión y, en el caso de las mujeres, sus dotes para
aplacar el furor del deseo masculino. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">Entre
las víctimas de la subasta están Nancy, la chica violada brutalmente y la
protagonista, que es una mujer joven, triste, marcada por una infancia de
abusos y que debe “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">fingir amistad</i>”
con algunos hombres. Las mujeres aparecen en el relato en todo momento
deshumanizadas, despersonalizadas y cosificadas. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">En
relación con la violencia ejercida por la figura masculina, se da en el ámbito
público, tanto en la infancia, en la gallera, por el padre y los hombres que
asistían a las peleas de gallos; como en la subasta, donde el verdugo hace
exhibición de dominio territorial para reafirmar su “virilidad” ante el grupo.
Se trata de un territorio que el abusador controla. La víctima es
despersonalizada como sujeto porque predomina sobre ella el género y el cuerpo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">En
relación con las estrategias de supervivencia, la protagonista sin nombre
utiliza el cuerpo como arma de defensa, lo hace en un proceso de aprendizaje
desde la infancia que consiste en provocar el asco con su cuerpo para anular el
deseo sexual y fisiológico masculino.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 50.75pt; text-align: justify; text-indent: 28.3pt;"><span lang="es"><span style="font-family: inherit;">“A veces me quedaba dormida en una
esquina, debajo de las graderías, y despertaba con algún hombre de esos
mirándome la ropa interior por debajo del uniforme del colegio. Por eso antes
de quedarme dormida me metía la cabeza de un gallo en medio de las piernas. Una
o muchas. Un cinturón de cabezas de gallitos. Levantar una falda y encontrarse
cabecitas arrancadas tampoco gustaba a los machos..”<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 50.75pt; text-align: justify; text-indent: 28.3pt;"><span lang="es"><o:p><span style="font-family: inherit;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">“Subasta”
propone una indagación sobre el miedo y aborda el horror y la violencia
ejercida sobre la mujer en el ámbito doméstico, familiar y social. Se denuncia
la impunidad de los agresores, amparados por la ley, en sistemas sociales
representativos del patriarcado. Aparecen además unas cotas máximas de
violencia en una sociedad corrupta y dominada por el narcotráfico, y la
enajenación a la que lleva el poder del dinero y el control del territorio ante
el grupo para sembrar el terror, un control que le confirma la cohesión de su
grupo frente a los otros. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">Las
técnicas narrativas permiten una dosificación de la intriga, se da una gestión
de la información que refleja la progresión del estado de ánimo de la
protagonista,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la toma de conciencia y la
sensación de miedo y horror. En “Subasta” tenemos la focalización interna, una
narradora en primera persona, que cuenta desde su ángulo de visión y revela lo
que sabe de su pasado y lo que está viviendo en la situación del momento
presente. Es más fácil para el lector identificarse con alguien que habla de sí
mismo, sin intermediarios, e implica inmediatez y mayor comprensión. A menudo
la información nos llega a los lectores a través de los sentidos, lo que
escucha y lo que huele; sin embargo, esta narradora no puede entrar en el
pensamiento de los otros personajes, salvo haciendo suposiciones o hipótesis,
con el verbo “suponer” o con el tiempo futuro con valor hipotético: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Una chica llora unos metros a mi derecha.
Supongo que no ha soportado sentir la pistola en la sien. Se escucha una
bofetada.”(...) “Habla un hombre. Tendrá unos cuarenta. Lo imagino gordo, calvo
y sucio. Le imagino las uñas del meñique y del pulgar largas.</i> Predomina la
diégesis o el relato de acontecimientos, pero también aparece algún diálogo
directo con la ilusión de mímesis y donde la distancia se acorta: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">―A ver, reina. Aquí no me llora nadie, ¿me
oyó? ¿O ya está apurada por irse a saludar a diosito?<o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">El
tiempo verbal utilizado es el pretérito imperfecto salvo cuando narra la acción
de un momento concreto: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Una noche, a un
gallo le explotó la barriga (...) y descubrí que a esos señores tan machos…”.</i>
Este recuerdo puntual es fundamental para la construcción del texto porque es
el momento del descubrimiento de la estrategia para sobrevivir. Un entorno de
violencia le ha servido como entorno de aprendizaje para la supervivencia.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">El
texto avanza de nuevo en el presente a través de un enlace con la repetición de
la frase <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“En algún lado hay gallos”. /
“Sé que aquí, en algún lado, hay gallos”.</i> Otros elementos de enlace son el
léxico relacionado con los sentidos: el olor de una gallera es reconocido ahora
y aquí. Una enumeración de elementos sórdidos nos lleva al espacio de la
narración y a la toma de conciencia de la fatalidad de su situación: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“un lugar clandestino, un lugar refundido
quién sabe dónde, y que estoy muy pero que muy jodida”.</i><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">La
frase <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“En algún lado, hay gallos.”</i> es
un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">leitmotiv</i>: la primera vez que
aparece se centra en la escucha; la segunda en el olor (el olor de mi vida, el
olor de mi padre, y la tercera, pesar de que pone en duda de si en la realidad
están o no; sí los escucha dentro de su cabeza. Asocia gallos y hombres y recuerda
la frase imperativa de su padre: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ya, no
seas tan mujercita, carajo.</i> Cuando llega la hora del final y le toca el
turno de la subasta: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuando me toca a mí,
pienso en los gallos</i>, entonces vuelve al episodio de la infancia y pone en
práctica su mecanismo de defensa: su cuerpo provoca asco y repulsión.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span><span lang="es" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En la escena de la violación de Nancy, el<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> gordo</i> utiliza frases cortas,
repeticiones y elipsis del verbo. El padre emplea la lengua coloquial y el
léxico connotado de las galleras. Hace uso del diminutivo “mujercita”,
simbólico en el texto porque es alusivo a la imagen de fragilidad de la mujer y
que contrasta con el uso que hace la protagonista de su cuerpo con lo
escatológico como arma de defensa y que la transforma de mujercita a monstruo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Un cinturón de cabezas de gallitos.
Levantar una falda y encontrarse cabecitas arrancadas tampoco gustaba a los
machos”<o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">En
el discurso de la víctima<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">,</b> la
narradora, aparece una isotopía de términos relacionados con la escatología:
tripas. gusanos, caca, sangre, vísceras, mierda, orina,...En la descripción de
la escena final utiliza el presente, comparaciones, paralelismos y antítesis (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Cierro los ojos y abro mis esfínteres”</i>).
Y la metáfora: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">la posición de una muñeca
destripada”</i> se vuelve literal en las últimas escenas.</span><span style="font-size: 12pt; text-indent: 1cm;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El léxico de la violencia</span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">Una
de las formas de control sobre la mujer se practica mediante la violencia
verbal, ya sea en forma de amenaza, burla, insultos, humillaciones o cualquier
otra manifestación del lenguaje que conlleve la depreciación o desvalorización
del género. El lenguaje ayuda a legitimar el concepto de seres inferiores de
las mujeres, que son tenidas como propiedad de los varones (padres, maridos).
Asimismo, el lenguaje construye una imagen o caracterización propia del género.
Así, ser “femenina” o ser una “mujercita” responde al rol más tradicional de la
mujer, en contraposición a la virilidad. La violencia verbal es un reflejo de
la relación de poder y de la cosificación de la mujer. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">En
“Subasta” predominan los elementos escatológicos, el lenguaje sórdido, términos
en su significado puramente denotativo. Aparecen isotopías sobre el maltrato
femenino, el miedo, el ultraje, el cuerpo de la mujer. También léxico
connotativo y metáforas: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">muñeca
destripada, gallos del cielo con gusanos infinitos; </i>comparaciones: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como una res, grito como una loca.</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;"> Y</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">
</i>verbos de carácter vivencial que enfatizan el sentido de experiencia
vivida: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“reconocería ese olor a miles de
kilómetros”, “empieza a oler”, “escuchar”</i>; verbos de creencia, o
expresiones del tipo “no caber duda”, o “estar seguro.”, que reflejan el ángulo
de visión individual y única de la protagonista cuando narra sus experiencias: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Seguro que hay violadores”<o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;">Con
todo ello la autora consigue transmitir que lo ignominioso, lo denigrante se
vuelve cotidiano en escenarios de violencia extrema, una violencia que aparece
aquí como construcción social del universo masculino.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span>El
cuento de María Fernanda Ampuero se inscribe en el marco del continente
americano, donde la violencia contra las mujeres es inherente a sistemas como
el crimen organizado, y refleja esa violencia con imágenes de extrema
brutalidad, mostrando de manera explícita lo escatológico o lo visceral, pero
con una doble finalidad, por un lado ese registro y la fuerza de las imágenes
forman parte de mecanismo de defensa ante el terror, buscar una voz propia que
se haga oír para reafirmar la capacidad de resistencia. Y por otro lado, hay
una clara voluntad de “violentar” al lector, incomodar y desmontar cualquier
falsa sensación de seguridad. Pero más allá de la singularidad del territorio
que refleja “Subasta”, muchas de las atrocidades ejercidas sobre la mujer: las
violaciones, las desapariciones, la violencia en el seno familiar, y los
feminicidios son fenómenos universales.</span><span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: inherit;"><span>-<i>Bueno, señores, señoras, queda abierta la subasta de esta noche. Bien </i></span><i style="text-indent: 1cm;">bonitos, bien portaditos, se me van a poner aquí. Más acá, mi reina. Eeeso. </i><i style="text-indent: 1cm;">Sin miedo, mami, que no muerdo. Así me gusta</i><span style="text-indent: 1cm;">.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: inherit; text-indent: 1cm;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span style="font-family: verdana; text-indent: 1cm;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p></div> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-4441373193321720452024-01-30T07:56:00.000-08:002024-02-20T09:42:09.420-08:00Franz Kafka. Cartas a las mujeres<p><b style="text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-highlight: white;"> </span><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 13pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Literatura y amor</span></span></b></p><p>
</p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Franz Kafka, entender el siglo XX<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;"><i> 24
de enero de 2024</i><i style="font-weight: bold;"> <o:p></o:p></i></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 36pt; text-align: right; text-indent: -28.9pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; line-height: 150%;"><span style="font-family: verdana;">Cartas a las mujeres. Literatura y amor</span></span></b></p><p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 36pt; text-align: right; text-indent: -28.9pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal; text-indent: -28.9pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: verdana;"><b style="background-color: transparent; text-indent: -28.9pt;"><span lang="es" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 24px;"><span style="font-family: verdana;">Adan Kovacsics</span></span></b> </span></span></b></p><p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 36pt; text-align: right; text-indent: -28.9pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: verdana;"></span></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJyU6Qc2tCaBdx72NhdSlgFaSkoByzu3zJiCqLZ4b-Nyl-wDBUGca1dcwRT_KCSEB_BymRJotWzZ1owv2EK-ka3qg-Nry9fhDzS_ZW1Z4c_smQoHlEbK1xXB19O2874OzQ-9i-mx0tMVQF4pAuPAZ84ipuFWPDJuHzswwBBUsZ1gi4dukTFeTbbCy-1F0/s1618/IMG_0988.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1241" data-original-width="1618" height="245" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJyU6Qc2tCaBdx72NhdSlgFaSkoByzu3zJiCqLZ4b-Nyl-wDBUGca1dcwRT_KCSEB_BymRJotWzZ1owv2EK-ka3qg-Nry9fhDzS_ZW1Z4c_smQoHlEbK1xXB19O2874OzQ-9i-mx0tMVQF4pAuPAZ84ipuFWPDJuHzswwBBUsZ1gi4dukTFeTbbCy-1F0/s320/IMG_0988.jpg" width="320" /></a></span></b></div></div><b style="text-indent: -28.9pt;"><div style="text-align: right;"><br /></div></b><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: -21.25pt; text-align: justify;"><br /></p><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-indent: 1cm;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Kafka
es un universo, quien se adentra en su obra tiene la sensación de que no acabará
nunca. Abramos un libro suyo donde lo abramos, sean relatos, aforismos,
apuntes, diarios, o cartas, estaremos siempre en el núcleo, siempre en el
centro, lo cual significa no llegar nunca al final. Es un universo. Es un autor
del que se destacan los aspectos cómicos, que los hay y muchos; pero también
aquel del que Hannah Arendt dijo: <i><o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-indent: 57.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">“El mundo de Kafka es sin duda terrible. Hoy
sabemos que ese mundo es algo más que una pesadilla y que, por el contrario,
encaja estructuralmente con inquietante exactitud con la realidad que se nos
obliga a vivir. Lo grandioso de la obra de Kafka radica en que hoy resulta tan
estremecedora como entonces.”<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: -21.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-indent: 57.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Es
importante señalar que el autor en el que más se reconoce el siglo XX es,
precisamente, Kafka. Los hombres del siglo XX se identificaron con esos
personajes suyos, expuestos a una maquinaria fría que los tritura, sometidos a
leyes que desconocen y asumiendo también esas leyes que desconocen. En su obra
se tambalea por primera vez, de forma visible, el proyecto ilusionante que
empezó con el Renacimiento. En Kafka, el individuo activo y creativo, el sujeto
que pone el mundo a su imagen y semejanza, el sujeto triunfante se ha
transformado en una forma de vida repelente, en un cuerpo que es el de un
bicho, en un ser hostigado por fuerzas interiores y exteriores que lo
atormentan. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> <span> </span>Para Kafka el artista no vive en las
alturas sino en las profundidades. Él, que previó el siglo del poder
totalitario, de la tortura sistemática, de la desorientación del hombre en una
sociedad burocrática; quizá, en el fondo, no escribía sobre eso, sino sobre sus
fantasmas, sobre las emanaciones oníricas de su mundo subjetivo, que acabaron
coincidiendo con el mundo objetivo del siglo XX. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt;"><b><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> Cartas y biografía<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> <span> </span>Cabe resaltar que a las muchas
interpretaciones de la obra de Kafka, de carácter político, sociológico,
teológico o filosófico, que hubo al principio, luego se sumó la interpretación
biográfica, que establecía nexos claros entres su vida y su obra. Y esta
corriente debe su vigor a la aparición, casi 30 años después de su muerte, de
sus diarios y de sus cartas. Los diarios de Kafka y las cartas a Milena Jesenská
publicaron en los años 50, y las cartas a Felice Bauer, en los 60. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-indent: 57.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">La
publicación de los diarios y las cartas dio un vuelco decisivo a la
interpretación de la obra kafkiana: emergió como central la figura del soltero,
y apareció como nuclear el conflicto entre la dedicación a la literatura por un
lado, y la inserción en la comunidad a través del matrimonio, la paternidad o
la familia, por otro. Se dio la paradoja de que él, que se movía en un círculo
estrecho de familia y amigos, de pronto mostraba hasta los detalles más nimios
de su vida. Franz Kafka se convirtió en personaje de Franz Kafka. Él siempre
está en el centro. El deseo de liberación es la clave para entender su obra. Porque
es, según Canetti, el “gran conocedor del poder”. Aparecen en todos sus textos
las mismas estructuras de poder (grande-pequeño, arriba-abajo,
altura-profundidad) que aparecen en sus obras, en las cartas también aparecen,
incluso el mismo papel. Siempre actuaba el mismo impulso. La forma de trabajar
era esa, la misma hoja le servía para un apunte, una carta, o para empezar un
relato.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> <span> </span>Franz Kafka trabajaba como
funcionario de un instituto de seguros de accidentes de trabajo. Escribió
relativamente poco en su vida. Tuvo una vida en la que destacan ciertas grandes
escenas:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -28.3pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">La primera escena importante tuvo
lugar el 13 de agosto de 1912, cuando conoció a Felice Bauer en casa de la
familia de Max Brod, su gran amigo y
editor. Allí encontró a una mujer desconocida, que estaba de paso. Dos días
después anota en su diario: “He pensado mucho en F.B. (…) Cuando llegué a casa
de los Brod, estaba sentada a la mesa. No sentí la menor curiosidad por saber
quién era, porque enseguida fue como si nos conociéramos de toda la vida”.
Kafka tenía entonces 29 años; Felice, 25. Él trabajaba en una empresa de
seguros, vivía en Praga y estaba a punto de publicar su primer libro de
relatos, <i>Contemplación.</i> Conocemos la
escena a través del propio Kafka, que la describe minuciosamente en otra carta
a Felice, dándole a entender que no se le ha escapado nada del primer
encuentro. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -28.3pt; text-indent: 64.3pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Así
empieza una relación epistolar entre Kafka y Felice, una relación de cinco años
de intensa correspondencia y con muy pocos encuentros personales. En los
primeros meses, entre la primera y la del 31 de diciembre del mismo año, Kafka
le escribió a Felice unas cien cartas. Y el escritor vivía entonces un periodo
productivo literariamente.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -28.3pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> <span> </span>La segunda escena es una escena
eminentemente literaria. El 23 de septiembre de 1912 le habla en una carta sobre
<i>La condena</i>. Hay un nexo evidente
entre la eclosión amorosa y la eclosión literaria, de encuentro con el otro y
consigo mismo. “Esta historia la he escrito de un tirón durante la noche del 22
al 23”. Kafka ha escrito <i>La condena, </i>el
primer relato en el que ve verdaderamente plasmado su arte. Sabe que solo se
puede escribir así y trata de cumplirlo
a rajatabla, no hay escritura que valga sin la “total apertura de cuerpo y
alma”. En noviembre de 1912 escribió <i>La
metamorfosis</i>. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -28.3pt; text-indent: 64.3pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Establece
entonces un ritmo de vida que él mismo califica de “servicio militar”.
Escritura por la noche y en medio del ritmo de trabajo, las cartas. Hay una
exigencia a Felice de cartas diarias. Se producen amagos de viajar a Berlín,
donde vivía ella; pero Kafka no lo hace, no lo necesita, ha encontrado la
situación ideal: concentración de deseo, una correspondencia que lo alimenta, y
alimenta la creatividad, eso tan ligado al deseo. No viaja a Berlín y además
previene a Felice de sí mismo. Le escribe que su forma de vida depende de la
escritura, que ha pasado por diversos sanatorios, que nunca tendrá un hijo. Son
cartas de amor, aunque un amor algo peculiar. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -28.3pt; text-indent: 64.3pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">En
enero de 1913 hace entrada la irritación, el estado ideal ya no funciona. Se
propone viajar a Berlín. Ha enviado ya más de doscientas cartas. Le va diciendo
que es un inútil y que desea la soledad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -28.3pt; text-indent: 7.05pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> <span> </span>“La
verdad es que no soy nada, lo que se dice nada”, le escribió. Inmediatamente
después le explicaba que no conocía a nadie tan desastroso en las relaciones
humanas como él y que tenía la impresión de que “no hubiera vivido nada”. Por
si acaso añadía: a) que era incapaz de pensar y b) que tampoco sabía narrar,
“ni siquiera hablar”. Poco antes, tras informarle de que estaba enfermo, le
había preguntado: “¿Querrás reflexionar (…) y llegar a una conclusión respecto
a si quieres ser mi mujer?”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-indent: 57.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Kafka
empieza con Grete Bloch una relación epistolar a la vez que se compromete con
Felice. Describe la fiesta de compromiso con la palabra “atado”. Felice era
ejecutiva en Carl Lindström S.A., una empresa dedicada a la fabricación y
distribución de dictáfonos y residía en Berlín. Era lectora y poseía una
biblioteca importante.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-indent: 57.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">La
tercera escena tiene lugar en Berlín, en el hotel donde Kafka solía alojarse.
Es la escena del “tribunal”. En octubre de 1914 (31 años) y en presencia de
Grete, que ha entregado a Felice las cartas que le ha enviado Kafka, el
compromiso se da por roto. Esa escena la describe en su diario como “El
tribunal en el hotel”. La asunción de la culpa también es la clave de lo que
estaba escribiendo en ese momento: <i>El
proceso</i>. Para Elias Canetti<a href="file:///C:/Users/Acer/OneDrive/Escritorio/Kafka.%20Cartas%20a%20las%20mujeres_%20literatura%20y%20amor.docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><sup><!--[if !supportFootnotes]--><sup><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">[1]</span></sup><!--[endif]--></sup></a>, esta
novela es una consecuencia directa de la relación: del compromiso y de la
ruptura con Felice. Tras un segundo intento y un segundo compromiso, se produce
la ruptura definitiva cinco años después.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-indent: 57.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Las
cartas son una celebración de la escritura, de la palabra, y a la vez, son una
celebración de la ausencia, con tres mujeres: Felice Bauer, Grete Bloch y
Milena Jesenská, que fueron seducidas a través de la correspondencia. Son una
celebración de la escritura y expresan los periodos productivos de Kafka. Son
un género esencial en su obra literaria. Recordemos la célebre “<i>Carta al padre”. <o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-indent: 57.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Las
cartas dirigidas a Milena Jesenská coinciden con la escritura de <i>El castillo</i>. La enfermedad es ya el
tercer personaje en las cartas. En 1919, Milena leyó algunos cuentos de Franz
Kafka y le escribió pidiendo su autorización para traducirlos al checo. Esta
carta será el comienzo de una apasionada correspondencia entre ambos que durará
dos años (1920–1922), en los que solo tendrán dos encuentros personales: cuatro
días en Viena y un día en Gmünd. Es a partir de 1920 quizá su etapa más feliz a
pesar de todo. ¿Quién era Milena? Una mujer de 24 años, conocida como “la
enamorada de Kafka”. Fue escritora, periodista y traductora checa; de talante
liberal. Murió en 1944 en un campo de concentración. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt; text-indent: 57.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Hay
parecidos entre las correspondencias de Milena y la de Felice, pero también
diferencias temáticas: aparecen ahora reflexiones sobre el judaísmo de Kafka,
sobre su condición de judío desarraigado y hay también más alusiones
literarias; Otra diferencia es el lenguaje, porque ambos hablan el mismo
alemán, el de Praga, que era un alemán más puro y pulcro, muy clásico. Milena,
sin embargo, le escribe las cartas en checo y él responde en alemán. En esta
correspondencia hay más confianza y más inmediatez (lo llama Franz).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt;"><span style="font-family: verdana;"><i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">El castillo </span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">traduce la relación con Milena. Es una novela llena de
cartas, de escribientes, de escribanos, de escritores, de secretarios, de
funcionarios que no paran de escribir. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> <span> </span></span><span style="font-family: verdana; font-size: 12pt;"> Las
mujeres de la vida de Kafka se han convertido en personajes de la literatura,
pertenecen ya a la literatura. Pero falta un último nombre: Dora Diamant, una
actriz polaca, conocida por ser la compañera en los últimos días de Franz
Kafka, al que conoció en un balneario alemán en 1923. Fue una etapa de miseria
en la que, ya muy enfermo, cumplió el sueño de vivir en Berlín antes de morir
de tuberculosis en Kierling, Austria, en 1924. No se ha encontrado la
correspondencia de Kafka con Dora Diamant. Los editores siguen buscando esas
cartas y documentos con los que se quedó tras la muerte del escritor, pero se
sabe que fueron requisados por la Gestapo. Es un enigma todavía por resolver.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 14.7pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Kafka es un universo y un universo
siempre tiene sus enigmas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt;"><i><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: -21.25pt;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 42.5pt;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Adan Kovacsics (Santiago de Chile, 1953) se dedica a la
traducción literaria. Su obra se centra, fundamentalmente, en Karl Kraus, Arthur
Schnitzler, Stefan Zweig, Elias Canetti, Imre Kertész y Lászlo Krasznahorkai.
Es uno de los mayores expertos en Kafka del país, además de ensayista y
escritor. Ha traducido las cartas de Kafka, que son un corpus esencial para
entender la vida y la obra del autor checo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -21.25pt;">
</p><div><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1">
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><a href="file:///C:/Users/Acer/OneDrive/Escritorio/Kafka.%20Cartas%20a%20las%20mujeres_%20literatura%20y%20amor.docx#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><sup><span lang="es"><!--[if !supportFootnotes]--><sup><span face=""Arial",sans-serif" lang="es" style="font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Arial; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></sup><!--[endif]--></span></sup></a><span lang="es" style="font-size: 10pt;"> </span><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 10pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Elias
Canetti, <i>Sobre Kafka, el otro proceso.</i>
Galaxia Gutenberg<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 10pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Traducción de Adan Kovacsics y Juan
José del Solar. Colección: Ensayo. 2023</span><span lang="es" style="font-size: 9pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p>
</div>
</div></div><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-16301507253513102072023-12-30T04:45:00.000-08:002023-12-30T04:45:10.113-08:0023 libros de 2023: el año en que murió Milan Kundera<p> </p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4nL0MJhhyJ9SOTnt-DEeNrHSuZ23ENO4Pmu56tsmQgtbwXKdGCtV5lf7E1urQrdKQiNJnAyNWQacCkEbm3YO10Vk8EIrIRscyIVDhQEJqjql_Udtt8JQi2pOBJnQVhCbi_2gcbaWp8gi78YJibhTB_Pegt4IyeUw-ESm9NABeXA8j-QoNJ9glBuQmD3c/s1024/IMG_9397.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="751" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4nL0MJhhyJ9SOTnt-DEeNrHSuZ23ENO4Pmu56tsmQgtbwXKdGCtV5lf7E1urQrdKQiNJnAyNWQacCkEbm3YO10Vk8EIrIRscyIVDhQEJqjql_Udtt8JQi2pOBJnQVhCbi_2gcbaWp8gi78YJibhTB_Pegt4IyeUw-ESm9NABeXA8j-QoNJ9glBuQmD3c/s320/IMG_9397.JPG" width="235" /></a></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /><span style="font-family: verdana;">2023 </span></b><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">📚📘📖📚<o:p></o:p></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Para Juan Eduardo Zúñiga, la
literatura no es un espectáculo ni un trampolín de egolatría. El buen lector
llega a uno sin presiones comerciales; lo hace por casualidad, destino o boca a
boca.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Pues eso.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">1.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pura pasión, </i>de Annie Ernaux.<o:p></o:p></b></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>2.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
matarife, </i>de Sándor Márai.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>3.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
hechicero</i>, de Vladimir Nabokov<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>4.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Confesiones
de un burgués</i>, de Sándor Márai.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>5.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las
caras,</i> de Tove Ditlevsen.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>6.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Extrañas,
</i>de Guillermo Arriaga.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Es una obra singular, una novela
torrente, cuya trama avanza sin apenas cortes ni otro tipo de obstáculos; un
libro de esos en los que entras y te atrapa en cada página con un imán
imaginario. Nos adentramos en la vida de William Burton, el joven noble protagonista
y narrador, en la Inglaterra de 1781.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>7.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
telón</i>, de Milan Kundera. (Relectura)<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En la cuarta parte de El telón,
ensayo en siete partes, titulado “Qué es un novelista”, Kundera vincula los
géneros con las edades sucesivas del hombre. Así, la juventud sería la “edad
lírica”, “o sea, la edad en la que el individuo, concentrado casi exclusivamente
en sí mismo, es incapaz de ver, comprender, enjuiciar lúcidamente el mundo a su
alrededor.” Afirma que el novelista nace cuando sale del ensimismamiento del
poeta.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>8.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Elisabeth
Finch</i>, de Julian Barnes.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>9.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
armarios vacíos, </i>de Maria Judite de Carvalho.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>10.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
campana, </i>de Iris Murdoch.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El egoísmo es, en términos de
Murdoch, el mayor enemigo de la moralidad. Y el arte se presenta como una de
las posibilidades de sacar al yo de sí mismo para que tome conciencia del
mundo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>11.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
edad del desconsuelo</i>, de Jane Smiley.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>12.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
hombre disfrazado</i>, de Lara Vázquez.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El hombre disfrazado es una singular
narración en la que el protagonista repasa su itinerario vital y afectivo.
Witold es un profesor que se define como una triste figura de sesentón
prejubilado. Se halla en pleno desencanto vital pero en radiante estado de
lucidez. Es un narrador tramposo, locuaz, solitario, que se sincera sobre sus
“malos hábitos”, un hombre muy leído e ilustrado, en medio de una sociedad que
no entiende. Esto me recuerda a Kundera y a su frase demoledora que identifica
la vida con una derrota.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>13.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
seductor</i>, de Isaac Bashevis Singer.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>14.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fortuna,</i>
de Hernán Díaz.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>15.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Agua
y jabón</i>, de Marta D. Riezu.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Del título se desprende la idea de
sencillez, la belleza de lo simple. Lo dijo Cecil Beaton, fotógrafo, pintor y
diseñador, cuando le preguntaron sobre la elegancia. Respondió: agua y jabón.
Algo así como aquello de “Menos es más”. El propio libro sugiere la estética de
lo fragmentario y la no linealidad. Pero aquí el centro es la elegancia, la
belleza, el arte, la armonía, el equilibrio, ese don que encontramos en algunos
lugares, en muchos objetos, bellos simplemente porque sí, y en unas cuantas
personas tocadas por la magia y la discreción.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>16.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
Tribuna,</i> de Emilia Pardo Bazán.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La recepción de la novela en el
siglo XXI ha dado lugar a lecturas más actuales que confirman <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Tribuna</i> como una novela moderna por
su conciencia feminista, por su denuncia de la precariedad del mundo obrero
femenino en el siglo XIX, y por la reivindicación de la educación de la mujer
para alcanzar la igualdad y el valor de la cultura en el proceso de madurez del
ser humano.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>17.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Siempre
hemos vivido en el castillo</i>, de Shirley Jackson.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>18.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
reino de este mundo</i>, de Alejo Carpentier.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>19.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Entre
visillos</i>, de Carmen Martín Gaite (Relectura).<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>20.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">De
donde son los cantantes</i>, de Severo Sarduy.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">“Yo no soy el personaje de escritor
que ustedes ven, este es un simulacro, no soy yo, Yo estoy detrás, riendo.”.
Severo Sarduy.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>21.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Plata
quemada</i>, de Ricardo Piglia.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El epígrafe es una cita de Bertold
Brecht que se pregunta: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“¿Qué es robar un
banco comparado con fundarlo?”</i>, se vincula directamente con uno de los
géneros predominantes en el texto: la novela negra.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>22.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ajuar
funerario</i>, de Fernando Iwasaki.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> 23. <i>Una
cabeza cercenada,</i> de Iris Murdoch.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></b></p><br /><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-26100633208735784362023-12-08T01:21:00.000-08:002023-12-08T01:27:17.565-08:00"La Tribuna", de Emilia Pardo Bazán<p> </p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: -7.05pt; text-align: right;"><o:p style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"> <img border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" height="284" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDFzxX4dflcG1VxUjo_ZoCO6h7pZ-HGd_pu9x_BdwlOe8l-0V_znlMN_Ep1Os9kn7ivyVYtTUOlfsvVWTc9o4xjqQnodOIRKwaIijdTQK_SKZZSdmjKhPQUpg5BC3rC57dI_LspqEuimnZtFeqy2JJ_jMJCQxg25sWl1jIfjcqdeETYr5VTq3FDeWiHpM/w238-h284/images.jpg" width="238" /></o:p><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Verdana",sans-serif" lang="es" style="mso-bidi-font-family: Verdana; mso-fareast-font-family: Verdana;">La Tribuna, </span></i></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Verdana",sans-serif" lang="es" style="mso-bidi-font-family: Verdana; mso-fareast-font-family: Verdana;">una novela
moderna<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span face=""Verdana",sans-serif" lang="es" style="mso-bidi-font-family: Verdana; mso-fareast-font-family: Verdana;"></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En <i>La Tribuna </i>(1882), Emilia Pardo Bazán
procura llevar a la práctica las teorías naturalistas sobre las que daba
cuenta, casi al mismo tiempo, en sus artículos<i> </i>de <i>La cuestión palpitante</i>. En estos escritos, la autora critica el determinismo social y biológico de los
personajes de los Goncourt, de Daudet y de Zola, que se presenta como
incompatible con el concepto de libre albedrío que impone la doctrina católica.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Desde el prólogo el lector queda
advertido, un “lector indulgente”, al que Pardo Bazán revela cuestiones de
método y propósito de la novela que tiene en sus manos. También toma
precauciones y se defiende de posibles acusaciones de pintar<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> “al pueblo con crudeza naturalista”; </i>y
afirma que sus personajes o “tipos” no son como los que dibuja Zola en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">L'Assommoir,</i> publicada en 1877. Y es
que, mientras la novela francesa describe con detalle a personajes alcohólicos,
indagando en causas sociales y con la precisión médica de la época; en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Tribuna,</i> el hábito del alcohol
aparece sutilmente en el personaje de la madre de Amparo, compartido con Pepa,
la comadrona, en referencias diseminadas en algunos capítulos; así como en la
figura de Chinto, campesino enamorado de Amparo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">A pesar del rechazo de doña Emilia
al determinismo, lo cierto es que en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
Tribuna </i>sí concede importancia al origen y al medio como condicionantes del
destino de la cigarrera. Los tres primeros capítulos reflejan la atmósfera
sórdida y el retrato de una “desgreñada” y aun soñolienta muchacha que, con
trece años, ayuda a su padre haciendo barquillos. Su madre, inmovilizada en la
cama, había trabajado en la fábrica de tabacos. Parece que el destino de Amparo
como cigarrera está ya determinado; no obstante, veremos que el medio
condiciona pero no llega a sentenciar, no determina su destino. Amparo toma un
nuevo rumbo, asciende en la jerarquía de la fábrica y llega a convertirse en
“la tribuna del pueblo”. Para ello ha sido decisivo, además de su talante de mujer
curiosa, la puesta en valor de la lectura de la prensa revolucionaria de Madrid
y de La Coruña que alentaba la llegada de la república federal.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Y ahora es cuando, como lectores,
conviene confesar aquí cierta sensación de extrañeza y desánimo que nos deja la
novela al cerrar la última página, una sensación que tiene que ver con el
desencanto y las esperanzas truncadas de la protagonista. Intentaremos
descifrar las razones de tal percepción de lectura, así como las pruebas para
considerar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Tribuna</i> como la primera
manifestación del naturalismo.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></b></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La novela narra la historia de
Amparo, operaria de la Fábrica de Tabacos de Marineda, convertida en líder
revolucionaria, portavoz de las obreras tras el estallido de la Revolución del
68 y antes del advenimiento de la república federal, que habría de portar
igualdad y libertad para el pueblo.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> La
Tribuna </i>denuncia la pésima situación laboral en la fábrica; sin embargo, la
condición de novela social parece más discutida ya que, si bien trata por
primera vez la lucha obrera femenina, la voz que narra parece un testigo algo
escéptico del entusiasmo político que transmitía la prensa revolucionaria. Esto
es algo de lo que también nos advierte doña Emilia en el prólogo, que<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> “tropezó con pruebas de que es absurdo el
que un pueblo cifre sus esperanzas de redención en formas de gobierno que
desconoce, y a las cuales por lo mismo atribuye prodigiosas virtudes y
maravillosos efectos.”</i><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></b></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La
evolución del personaje de Amparo va a tener una doble dirección. Baltasar
Sobrado, oficial del ejército que solo busca la seducción y el placer físico,
la ronda desde hace tiempo y ella lo acepta, convencida en un primer momento de
su compromiso. Su historia sentimental le hace rebajar el protagonismo como
tribuna del pueblo y la mueve ahora la fe en alcanzar una posición social
determinada por la fuerza del amor. El anhelo individual de la cigarrera
adquiere más relevancia que el anhelo social de revolución. Y para dar cuenta
de ello, la autora utiliza una imagen que ilustra esta doble dirección. Ante la
indiferencia de Amparo a las reclamaciones de las obreras, la voz del narrador
aclara: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Si advirtiesen cómo esa señora,
microscópica, iba avanzando, avanzando, hasta colocarse en el eminente puesto
que antes ocupaba la Tribuna, que se retiraba al fondo envuelta en su manto de
un rojo más pálido cada vez!<o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Con el paso de los meses, la
inseguridad de Amparo se revalida en las excusas y desplantes de Baltasar. En
la escena final del capítulo XXXIII, ante la tonalidad de la piel de Amparo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“parecíale a Baltasar un puro aromático y
exquisito, elaborado con singular<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>esmero,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>estaba diciendo: «Fumadme».” </i>Y más
adelante, a la llegada de Sobrado a la cita para dar explicaciones, se retoma
la cosificación de la muchacha, y reaparece la metáfora: Amparo le presenta un
paquete <i style="mso-bidi-font-style: normal;">de sus cigarrillos predilectos</i>,
él enciende uno y en la escena del desplante se va a deshacer de ella como del
cigarro: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Impaciente, tiró el cigarro que
estaba concluyendo.”<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p></o:p></b></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Del naturalismo definido por Zola,
doña Emilia sí aceptó imitar el método científico y así, en sus <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Apuntes Autobiográficos </i>indica la
documentación que leyó para trazar el contexto sociopolítico de su novela, e
insiste en la observación; pero destaca además la importancia de la percepción
auditiva de las pláticas entre las trabajadoras: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dos meses concurrí a la Fábrica mañana y tarde oyendo conversaciones,
delineando tipos, cazando al vuelo frases y modos de sentir.</i> Sin duda el
método contribuyó a crear la sensación de oralidad en los diálogos de
personajes tan entrañables como Ana, la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Comadreja</i>,
la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Guardiana</i> o la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Porcona.</i> La fábrica se convierte en el
foro de las conversaciones entre mujeres, de sus complicidades, y es donde
Amparo conecta con el mundo femenino de solidaridad y compañerismo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El método naturalista irrumpe
también en la secuencia descriptiva de los hermanos de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">la Guardiana</i>, todos con enfermedades hereditarias que han dejado
taras físicas o deformidades. También recurre a la animalización, en el
personaje de Chinto, o en la descripción de algunos niños “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">patizambos” </i>en la calle “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">de
piernas ágiles, como micos o ardillas”.<o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El monólogo interior aparece en
contadas ocasiones, como en la escena en que Sobrado se desentiende de Amparo,
“medita a sus solas”: “¿<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Me vendrá a
marear en público? Tengo para mí que no (...) Sin embargo, me convendría salir
de Marineda una temporada…”</i> En otros momentos el narrador se adentra en la
conciencia del personaje y asoman sus palabras, o incluso interviene apelando
directamente al lector: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Feliz o
desgraciadamente, lo que ustedes quieran, que por eso no reñiremos, los tiempos
eran más cómicos que trágicos…” <o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La novela presenta un amplio
catálogo de ambientes y espacios. Desde el ambiente fabril a los distintos
barrios o actos sociales, algunas de las descripciones son de un marcado
carácter costumbrista. Cabe subrayar la ilusión de vida que brota en la pintura
de escenas, como la que describe en el capítulo “El carnaval de las
cigarreras”, donde las comparsas de trabajadoras bailan, cantan, recorren los
talleres y salen al campo disfrazadas. Son descripciones que parecen trazar con
palabras verdaderos cuadros impresionistas: colores, bailes, sonidos,
movimiento, bulla: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“brazos, armados de
castañuelas, se agitaban en el aire, bajaban y subían a modo de alas de ave
cautiva que prueba a levantar el vuelo.”<o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Además de ciertos elementos
costumbristas, confluyen en la novela algunos rasgos de folletín, como la trama
sentimental con las diferencias socioeconómicas entre los amantes, la
ingenuidad algo inverosímil de Amparo y la ruindad de Baltasar Sobrado. Sin embargo,
la autora desmonta muy bien lo previsible de estas tramas, con el giro final de
la emancipación de la protagonista. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Retomando ahora aquella vaga
impresión de lectura, entre la extrañeza y el desánimo que nos deja el final de
la novela, podemos pensar en desilusión por el devenir de la doble peripecia de
Amparo, la joven protagonista, ya sea por su condición de mujer (soñadora,
romántica, tradicional) como por su condición de trabajadora (autodidacta,
revolucionaria y solidaria). Pero el rasgo de carácter que va a determinarlo
todo es la ingenuidad, la inocencia sincera, y el talante quijotesco que la
lleva a redirigir el rumbo. Amparo no logra alcanzar sus sueños revolucionarios
de igualdad de clases, quizá en relación con el fracaso de la República; ni
logra mejorar las condiciones laborales de la Fábrica de Tabacos; tampoco
alcanza el sueño romántico de un matrimonio entre clases sociales distintas.
Pero aquella primera impresión de lectura se diluye en la certeza de que el
personaje sí alcanza logros nada convencionales, como la elección de la
independencia económica, rechazando la propuesta de Chinto. La llegada de la república
coincide con la llegada de su hijo, esto abre la posibilidad de una lectura
esperanzada que ya subraya el valor del personaje de Amparo. A pesar de que
Leopoldo Alas, al reseñar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Tribuna</i>,
advierte de cierta falta de profundidad en la psicología del personaje, en
mostrar lo que siente, lo que piensa realmente; no es menos cierto que uno de
los aspectos más destacables de la novela es la evolución psicológica de
Amparo, personaje con muchas capas y aristas, que se aparta del arquetipo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En conclusión, Emilia Pardo Bazán
aboga por la necesidad de cambio de rumbo en la concepción de la novela
realista de finales del siglo XIX; en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
Tribuna </i>hace del naturalismo un procedimiento y adapta algunas de las
estrategias narrativas que llegaban de Francia, matizadas y ajustadas a la
realidad española. Sería injusto pensar en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
Tribuna </i>solo como muestra del naturalismo español o como reflejo del
naturalismo de Zola, ya que confluyen en ella otras corrientes y otras
inquietudes.<o:p></o:p></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiS22010vcM_uiNNdO0y4RtwKoPDw0Yj0wyMpD5Y47RvBoy-r6dFPgzqoVpf6rf0J_yLGdXv9Y8f5iaoU13fkkSmNZSvWG3qoL7V0OJxMpCqnv-ojSSgmLOs-AhQaGrQkvpD4T5q1oa4wbwAdC7dwcmDZ33P8a7ZLZNomuBgvPCsHfv6QeYuFMs7inFK3Y/s1393/PP5UCR37VBKSJEB7ATOE7W34DY.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="1393" data-original-width="980" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiS22010vcM_uiNNdO0y4RtwKoPDw0Yj0wyMpD5Y47RvBoy-r6dFPgzqoVpf6rf0J_yLGdXv9Y8f5iaoU13fkkSmNZSvWG3qoL7V0OJxMpCqnv-ojSSgmLOs-AhQaGrQkvpD4T5q1oa4wbwAdC7dwcmDZ33P8a7ZLZNomuBgvPCsHfv6QeYuFMs7inFK3Y/w141-h200/PP5UCR37VBKSJEB7ATOE7W34DY.jpg" width="141" /></span></a></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La recepción de la novela en el
siglo XXI ha dado lugar a lecturas más actuales que confirman <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Tribuna </i>como una novela moderna por
su conciencia feminista, por su denuncia de la precariedad del mundo obrero
femenino en el siglo XIX, y por la reivindicación de la educación de la mujer
para alcanzar la igualdad y el valor de la cultura en el proceso de madurez del
ser humano. Si volvemos a la vaga sensación del principio, solo cabe leer la
novela en su contexto para valorar el mérito de Emilia Pardo Bazán, una de las
grandes escritoras referentes de finales del siglo XIX y principios del XX.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span><p></p><br /><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-67808100734544496012023-11-29T07:37:00.000-08:002023-11-29T07:37:43.175-08:00“Ser literatura” y otros juegos de experimentación con la obra Roberto Bolaño.<p> </p><p><br /></p><p><br /></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsSLMKgZoPpF2rV5Z3b9xYXl2b6PkowWrzdXFaS6f46c7S62kGLbG42gz5fhAbABh-65DJxgv4LTbOpMD5OBYa2DHVkmTY9BJDd4YQXXpGFNuHYixtyvUr1oc38WWYSg_VqepmFH1TkfqznSWsBh9apyyJ9W9b8SKI-VPMTP7ZXJuwpvfJMYrjCkCsTfA/s4032/IMG_0914.heic" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3024" data-original-width="4032" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsSLMKgZoPpF2rV5Z3b9xYXl2b6PkowWrzdXFaS6f46c7S62kGLbG42gz5fhAbABh-65DJxgv4LTbOpMD5OBYa2DHVkmTY9BJDd4YQXXpGFNuHYixtyvUr1oc38WWYSg_VqepmFH1TkfqznSWsBh9apyyJ9W9b8SKI-VPMTP7ZXJuwpvfJMYrjCkCsTfA/s320/IMG_0914.heic" width="320" /></a></div><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Reflexiones a partir de una clase.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Tras la explicación en clase del
concepto “literatura menor”, desplegado por Deleuze y Guattari, yo pensé
inmediatamente en autores como Robert Walser, Juan Carlos Onetti, el mismo
Carpentier, Mario Levrero o Roberto Bolaño, entre otros. Se trata de nombres
que para mí llevan etiqueta de “literarios”. Porque Kafka siempre me sugiere la
palabra<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> Literatura</b>, con mayúsculas,
como manifestación sublime del arte. En sus <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Diarios
</i>confiesa una aspiración que lo hace evidente. Es en una carta a su futuro
suegro donde intenta justificarse:<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">«Como no soy ni puedo ni quiero ser otra cosa que
literatura, es imposible que mi actividad laboral atraiga mi interés, al
contrario, más bien puede sacarme por completo de quicio». <o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">“Ser literatura” bien podría ser
aquí una conquista de lo sagrado, un don. Muchos pensadores han interpretado la
obra de Kafka:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Canetti, Kundera, Musil,
Adorno, Benjamin y hasta Foster Wallace, cuyo ensayo, en el que
habla del humor en los cuentos de Kafka, nos lleva a relacionarlo con el
concepto de “literatura menor”. No hace un análisis crítico tradicional y habla
de literalización de metáforas o del concepto de “exformación” u omisión de
información relevante que explosiona al final.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Las teorías de Deleuze y Guattari
sobre “literatura menor” me llevaron también a pensar en Robert Walser: su
idea del paseo, la búsqueda de lo pequeño, lo insignificante como bello, los
conceptos de éxito y de fracaso, el sentido último del trabajo del escritor,
las teorías del arte y la representación. En ambos autores subyace el intento
por romper los moldes de la narrativa del realismo tradicional y entrar en una
distorsión de la realidad. En ambos está presente la experimentación narrativa;
tanto en la focalización, ya que se trata muchas veces de narradores en primera
persona, impregnados de cierto extrañamiento y capacidad de asombro; como en la
ausencia de tramas o en la voluntad de desaparecer en un discurso infinito, en
cientos de líneas abigarradas donde difuminarse, en el caso de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El bandido,</i> de Walser. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Entre los autores latinoamericanos,
con Roberto Bolaño podemos cerrar el círculo, ya que toda su obra y,
excepcionalmente <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los detectives salvajes </i>y
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">2666,</i> puede ser literatura menor si
cumplen con los rasgos del ensayo de Deleuze y Guattari. </span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Juguemos:<o:p></o:p></span></span></p>
<ol start="1" style="margin-top: 0cm;" type="1">
<li class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Tiene un fuerte coeficiente de desterritorialización.</span></b><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> Bolaño vivió entre Chile,
México y España y los tres países ejercieron una influencia en su
formación como escritor. Así, integra distintas manifestaciones de un
castellano que ha pasado por tres países.<o:p></o:p></span></span></li>
<li class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Todo es político. </span></b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">2666</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> es un alegato contra el poder
que asesina mujeres y se autoprotege.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p></o:p></b></span></span></li>
<li class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Todo es colectivo.</span></b><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> Explora el conflicto entre el
sujeto y las anomalías de algunas comunidades. Propone una reflexión sobre
el mal y sobre la muerte.<o:p></o:p></span></span></li>
</ol>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Y en cuanto a las técnicas y el
lenguaje, la ruptura es evidente. Entre otras, por ejemplo, Bolaño fragmenta la
acción en distintas escenas, pero narradas de manera simultánea, imprime un
ritmo veloz a la escritura, incorpora referencias culturales, no hay desenlace
alguno, combina géneros y moldes; y además perturba y produce extrañeza en el
lector.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Deleuze y Guattari ofrecen una
imagen crítica del pensamiento frente a la imagen dogmática que deviene del
realismo tradicional en obras de literatura “mayor”, aquellas que no
interpelan, que no ensanchan el lenguaje, y representan formas de poder determinadas
y jerarquizadas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
para ilustrar esta literatura mayor, Roberto Bolaño en “Los mitos de Cthulhu”, a
partir de la relación entre literatura y mercado, nos da pistas para
identificarla, con toda la ironía y la desesperanza:</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"></span></span></i></p><blockquote><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En realidad, la literatura latinoamericana no es Borges ni
Macedonio Fernández ni Onetti ni Bioy ni Cortázar ni Rulfo ni Revueltas ni
siquiera el dueto de machos ancianos formado por García Márquez y Vargas Llosa.
La literatura latinoamericana es Isabel Allende, Luis Sepúlveda, Ángeles
Mastretta, Sergio Ramírez, Tomás Eloy Martínez, un tal Aguilar Camín o Comín y
muchos otros nombres ilustres que en este momento no recuerdo.<o:p></o:p></span></span></i></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" /></div></blockquote><p><br /></p><p> </p><div style="mso-element: footnote-list;"></div><br /><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-26413205792226781142023-11-01T05:51:00.003-07:002023-11-01T05:51:53.489-07:00Conversaciones Festival Eñe<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Lenguajes del amor, la memoria y el
tiempo<o:p></o:p></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></i></b></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Antonio
Muñoz Molina y Jesús Ruiz Mantilla<o:p></o:p></span></b></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Conversaciones. Festival Eñe<o:p></o:p></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Madrid,
27<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de octubre 2023<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Antonio Muñoz Molina es autor de <i>No te veré morir, </i>su última novela,
publicada por Seix Barral y ha venido a conversar con Jesús Ruiz Mantilla, el
director del Festival Eñe, sobre las obsesiones y los lenguajes del amor, la
memoria y el tiempo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0L17HSlha8TYXKIMqtgVNimGxlPTR_PMhiO36r3qAjfk5WcpPb-7QPYSfHWgJNSCNQd9U9O3PIpgsa-QqS14m7TnFDAirB9dQsLe8zC5gb-A3sBzP5x6xIKPnGQGXHETkvBZ5oouKwf2S7GJPrqswCLT8NwsetonQpzJbCH7bBSNRNLcdW8E1_E-SF5w/s640/image0.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="640" height="203" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0L17HSlha8TYXKIMqtgVNimGxlPTR_PMhiO36r3qAjfk5WcpPb-7QPYSfHWgJNSCNQd9U9O3PIpgsa-QqS14m7TnFDAirB9dQsLe8zC5gb-A3sBzP5x6xIKPnGQGXHETkvBZ5oouKwf2S7GJPrqswCLT8NwsetonQpzJbCH7bBSNRNLcdW8E1_E-SF5w/s320/image0.jpeg" width="320" /></span></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0L17HSlha8TYXKIMqtgVNimGxlPTR_PMhiO36r3qAjfk5WcpPb-7QPYSfHWgJNSCNQd9U9O3PIpgsa-QqS14m7TnFDAirB9dQsLe8zC5gb-A3sBzP5x6xIKPnGQGXHETkvBZ5oouKwf2S7GJPrqswCLT8NwsetonQpzJbCH7bBSNRNLcdW8E1_E-SF5w/s640/image0.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Más allá de las frases de promoción
del libro: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una emocionante novela sobre
la fuerza del amor y sus espejismos</i>, la conversación se inicia con una
cuestión de forma. Jesús Ruiz Mantilla describe la novela como una novela
audaz, que contiene una rebeldía muy curiosa, rompe de entrada con la norma
básica del lenguaje, con las cuestiones de la puntuación. Y es porque la frase
que inicia la narración se extiende por más allá de setenta páginas sin ningún
punto y aparte, que parecen haber sido sustituidos por las comas. Más
exactamente, la oración única ocupa todo el primer capítulo, 73 páginas. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjW2hUFXiV9VKY4oEd7uBT2wSuXbqACYZCqsjHeEmfjLrlux5hTw8n6GXVTbI3vsZ3zm30gMi3hZGRgqTJBNPs0WEKclst3R0VIHhLq6iDXkozdyMKfqbqct2ZMoetiVk6eLnIXMM4aXfUbLEFEVDqDkUpFK7pN-kC1NXI1rhbL5E2Uvs5caqEYlnQHlac/s295/download.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="295" data-original-width="171" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjW2hUFXiV9VKY4oEd7uBT2wSuXbqACYZCqsjHeEmfjLrlux5hTw8n6GXVTbI3vsZ3zm30gMi3hZGRgqTJBNPs0WEKclst3R0VIHhLq6iDXkozdyMKfqbqct2ZMoetiVk6eLnIXMM4aXfUbLEFEVDqDkUpFK7pN-kC1NXI1rhbL5E2Uvs5caqEYlnQHlac/s1600/download.jpg" width="171" /></span></a></div><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;">Muñoz Molina responde que la frase
obedece a la búsqueda de la naturalidad, buscaba algo parecido a la
improvisación en la música, que pareciera surgir de la música, como algo
obsesivo que avanza sin detenerse. Y continúa, “Quería entregarme a un proceso
de escritura que fuese orgánico. Es una frase arbórea. Pero la naturalidad
requiere de experimentación. Quería que se mantuviera el fluir apasionado y
continuo de esa frase pero que no fuera fatigoso. La inspiración musical ha
sido muy importante.”</span></span></div></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Sobre el viaje de sus obsesiones: el
amor, la memoria y el tiempo, Muñoz Molina responde: “El tiempo todo lo cura y
también lo mata todo, pero te permite una plenitud de experiencia que embellece
antes de destruir. Al personaje de la novela, el tiempo no le ha quitado la
belleza interior. Las obsesiones son involuntarias. Él la ha sabido encontrar
en los sueños. El sueño te avisa y te impide que olvides. Hay un tipo de
conexión profunda que deja sello y afecta a tu propia identidad. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Somos frágiles. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"></p><div style="text-align: left;"><br /></div><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 36pt;"><br /></span><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-28974411851314768712023-10-09T12:41:00.008-07:002023-10-09T12:45:04.271-07:00I WOULD PREFER NOT TO o el enigma de una frase<p style="text-align: justify;"> </p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: right;"><b style="font-size: 16px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">«Bartleby, el escribiente. Una historia de Wall Street», </span></b></p><p style="text-align: center;"><b style="font-size: 16px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">(1856)</span></b></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYZ4GEcmoFmzeaQVUBRVKGMHFU0M7Po34r2bpH9sCXaSIYCIfFvTpKzCs2EJr3M610cLQnO3_SlDMbDQoe7kmMskjcQjMQQK2Oiq46rcvPWwzNv3urLuPgR3kLU1-nGQpRAE1ueePLIfQihlTYwaPvJ5VkxpDbG3cjvtMwc1BQnANEMmYvjsF66nmIzkk/s3740/IMG_0744.heic" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="3740" data-original-width="2833" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYZ4GEcmoFmzeaQVUBRVKGMHFU0M7Po34r2bpH9sCXaSIYCIfFvTpKzCs2EJr3M610cLQnO3_SlDMbDQoe7kmMskjcQjMQQK2Oiq46rcvPWwzNv3urLuPgR3kLU1-nGQpRAE1ueePLIfQihlTYwaPvJ5VkxpDbG3cjvtMwc1BQnANEMmYvjsF66nmIzkk/s320/IMG_0744.heic" width="242" /></span></a></div><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En mis paseos por las librerías de
la ciudad he podido observar que, además de libros, se vende <i style="mso-bidi-font-style: normal;">merchandising
</i>literario, objetos y accesorios inspirados en la literatura y que gozan de
un espacio propio, normalmente junto a la caja o alrededor de un rincón de
lectura naif con sillón y mesita. Nada que objetar, entre gustos no hay
disputa. Pero sería muy triste ver que la frase del pálido escribiente Bartleby
pervive únicamente como icono literario, un mero eslogan para camisetas, bolsas
o tazas. ¡Nada más lejos de la realidad! Seguro que la bibliografía que han
generado las cinco palabras de la frase que dejó Melville no cabría en una
Billy de 80 x 100 cm de Ikea que, por cierto, quedaría perfecta junto al
silloncito naif.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span> El cuento de Melville narra las peripecias de un copista recién
contratado por un abogado de Wall Street, que es el narrador sin nombre de la
historia. En la oficina trabajan dos escribientes más, Turkey y Nippers; y un
auxiliar, Ginger Nut. Todos son personajes bastante disparatados. El abogado
instala a Bartleby cerca de su mesa junto a un ventanuco desde donde solo se
pueden ver muros de los edificios más altos. Al principio se muestra muy
aplicado pero cuando el abogado le pide que le dicte para el cotejo,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a esa petición Bartleby responde
discretamente: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">“Preferiría no hacerlo”. </b>A
partir de entonces empieza el desconcierto para su jefe y lo gracioso para el
lector. Y es que a toda reclamación de sus servicios, él responde impasible
“Preferiría no hacerlo”. El abogado no lo entiende, porque no constituye ni
siquiera una negativa. Un día descubre que Bartleby se ha quedado a vivir en la
oficina. Eso aumenta la pena y la compasión que siente por él. A partir de un
momento dado, Bartleby decide no escribir más, por lo que es despedido pero se
niega a irse de la oficina. El abogado se siente incapaz de echarlo y decide
trasladar todo su negocio a otro lugar, y deja al escribiente allí, donde solo
se limita a estar, prefiriendo no hacer nada. Cuando finalmente es detenido por
la policía y encarcelado, el abogado decide ir a visitarlo y soborna a un
guardia para que alimente a Bartleby, pero él prefiere no hacerlo, ocupa todo
su tiempo sentado frente a un muro. Un día lo encuentra tumbado, acurrucado en
el patio de un modo extraño. El guardián le dice que está durmiendo, pero en
realidad está muerto. En los últimos párrafos, a modo de epílogo, el narrador
dice que el escribiente había trabajado antes en el departamento de Cartas
Muertas de Washington, aquellas que no han encontrado su destinatario y que son
destruidas al fuego. Parece que Melville necesita justificar el enigma del
personaje que ha creado. La exclamación es un lamento <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="background: white; color: #333333; mso-highlight: white;">“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">¡Ay, Bartleby! ¡Ay, humanidad”</b></span> </i>es
clave para una lectura del texto en clave alegórica. Bartleby somos todos
nosotros.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Más allá del argumento, todos
conocemos la famosa cláusula original, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">I
would prefer not to, </b>y su traducción más extendida: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Preferiría no hacerlo. </b>Cuando la frase sale de sus labios la
primera vez, se dispara la incertidumbre. ¿Qué ha querido decir con esto? ¿Qué
pretende? <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">A lo largo de los años, han sido
muchos los intentos de aproximación al enigma y se han dado distintas
interpretaciones desde distintos ámbitos de conocimiento. Algunas de ellas son:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Metáfora del escritor moderno<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Símbolo de la resistencia pasiva<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Rebelión contra el mercado de Wall
Street<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Metáfora de los efectos patológicos
en los trabajadores <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Suspensión voluntaria de la
actividad<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Expresión de la nada fruto de la
toma de decisión<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Metáfora del ser humano mecanizado
del s. XIX<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Metáfora de la soledad y el
aislamiento como una forma superior de conciencia.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Metáfora del último hombre libre que
se resiste a ser aplastado por la sociedad capitalista. Es inmune a cualquier
requerimiento.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Reflexión sobre las consecuencias
del aislamiento deshumanizador del trabajo moderno.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Precursor de lo absurdo de Kafka<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Precursor del existencialismo<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Una rebelión contra el determinismo
inherente a la modernidad<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Figura de santidad laica<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Inspiración de un cristianismo
libertario <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Algunas impresiones de lectura:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El efecto de la frase no se limita a
rechazar aquello que Bartleby prefiere o no prefiere, sino que llega a hacer
imposible lo que hasta entonces hacía, lo que hasta entonces se suponía que
prefería hacer. Va cayendo en la inactividad de manera progresiva: al principio
copia pero no verifica, el proceso es gradual; luego ya no copia, no escribe,
no lee, no come ni bebe, no pasea, no habla, no se queja. Solo se limita a
estar físicamente. Esta progresión puede que le haga caer en su propia trampa.
Cuando ya ha decidido, preferir no hacer, entonces está condenado a dejar de
preferir y queda fuera de todo. Bartleby entra en una espiral de
autodestrucción. ¿Se deja morir por inanición?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">En algunas primeras impresiones lo
que puede sorprender, además de la actitud de Bartleby, es la del narrador
anónimo, el abogado de Wall Street. Es extraña su preocupación y solidaridad
extrema con su empleado, que le facilite soluciones, que lo compadezca, que le
ayude siempre, hasta el final y que lo justifique con su empleo anterior. Sufre
una evolución y llega a pedir indulgencia también en la cárcel. Esta conducta
no es la esperada ¿Qué sentido tiene?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Esta fórmula<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> I would prefer not to </b>es analizada por Gilles Deleuze en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bartleby
o la fórmula </i></b>y señala que, aunque es gramatical, es extraña ya que con
el uso del condicional "ni afirma ni niega".</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: 12pt; text-indent: 36pt;">Citas del narrador al respecto: </span><i style="font-family: verdana; font-size: 12pt; mso-bidi-font-style: normal; text-indent: 36pt;">“Extrañas palabras”, “Suena como una
anomalía”</i><span style="font-family: verdana; font-size: 12pt; text-indent: 36pt;">. </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La frase aparece formulada diez veces en el cuento, prolifera y
se ramifica, con algunos cambios. Esta frase la dice sin inquietud, sin
impaciencia, sin faltar el respeto, con un tono suave, con lentitud, con
serenidad. No dice que sí ni que no. Si dijese que no, sería vencido. El
copista solo puede sobrevivir en la suspensión, en la detención del tiempo.
Esta actitud impide reaccionar al abogado, le enternece y se queda sin
capacidad de reaccionar.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Deleuze, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bartleby o la fórmula</i></b>: <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Lo desolador de la fórmula consiste en que elimina tan
despiadadamente lo preferible como cualquier no-preferencia particular. (...)</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Ya tiene a dos copistas que, un poco como los botones de
Kafka, son dos dobles invertidos, uno normal por las mañanas y borracho por las
tardes, el otro en estado de perpetua indigestión por las mañanas pero casi
normal por las tardes. Al tener necesidad, pues, de un copista suplementario,
contrata a Bartleby, sin ninguna referencia, tras una breve conversación,
porque su aspecto lívido le parece dar fe de una constancia capaz de compensar
la irregularidad de los otros dos. Pero desde el primer día coloca a Bartleby
en una curiosa disposición (arrangement): este se sentará en el mismo despacho
que el abogado, junto a las puertas del fondo que le separan del despacho de
los amanuenses, entre una ventana que da a la pared vecina y un biombo verde
como un prado, como si fuera importante que Bartleby pudiera oír, pero no ser
visto.</span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Se trata de distintos ejercicios de
experimentación narrativa, ante una obra muy difícil de descifrar. Con una sola
frase de cinco palabras queda abierta para siempre la interpretación de un
relato y lo eleva a la categoría de lo insondable, lo pone en fuga.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span> </span>Para cerrar el círculo recordamos
que <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">un clásico</b> es un libro que se
presta a incesantes revisiones e interpretaciones; nos permite una indagación
en el conocimiento del ser humano, no caduca, es moderno; es un libro, en
palabras de Italo Calvino, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">que nunca
termina de decir lo que tiene que decir, de ahí que su potencial recorrido se
antoje infinito. <o:p></o:p></i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-62692669727824084822023-09-04T23:21:00.016-07:002023-09-04T23:26:07.367-07:00"Agua y jabón. Apuntes sobre elegancia involuntaria", de Marta D. Riezu<p> </p><p></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-top: 2pt;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmUjOONK3cncPNGu6dY6QcFdp7Mz33zFd7CuEVEVk4H-USa_s5jxWYcsK7p6y2wl-vMaO05W2DSQdyXNhLT4rhRAPvvZFc-meV_Zb_J_IsFLriYdG8O2UslMjaoIVI3hvx0hVdKpy9fzoU8WzgpD6btttyKrohQmSYVnErzzKL4wOs8ZT9XLv_6n4Fdds/s3527/IMG_0574.heic" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center; text-indent: 48px;"><img border="0" data-original-height="3024" data-original-width="3527" height="274" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmUjOONK3cncPNGu6dY6QcFdp7Mz33zFd7CuEVEVk4H-USa_s5jxWYcsK7p6y2wl-vMaO05W2DSQdyXNhLT4rhRAPvvZFc-meV_Zb_J_IsFLriYdG8O2UslMjaoIVI3hvx0hVdKpy9fzoU8WzgpD6btttyKrohQmSYVnErzzKL4wOs8ZT9XLv_6n4Fdds/w320-h274/IMG_0574.heic" width="320" /></a></p><h1 style="background: white; break-after: auto; line-height: normal; margin: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; page-break-after: auto;"><span style="font-family: verdana;"><a name="_trywp0tc32je"></a><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 14pt;">Agua y jabón. </span></i></b><b><i><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 14pt;">Apuntes sobre elegancia involuntaria</span></i></b></span></h1>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-top: 2pt;"><span lang="es" style="color: black; font-size: 13pt;"><span style="font-family: verdana;">Marta D. Riezu</span></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-top: 2pt;"><span style="color: #1f130f; font-size: 13pt;"><span style="font-family: verdana;">Anagrama. 2022. </span></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-top: 2pt;"><span style="color: #1f130f; font-size: 13pt;"><span style="font-family: verdana;">Colección Compactos</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Apuntes sobre una lectura. Este
libro me estaba esperando.<o:p></o:p></span></span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Aquella mañana me encontraba en
Palma, en la librería “La Biblioteca de Babel”, junto a CaixaForum, en el
edificio modernista de Domènech i Montaner que albergó el Gran Hotel. Ahora
caigo en que el círculo se cierra y todo cuadra porque es un edificio muy
elegante: de ladrillo, estuco y piedra, con cerámica vidriada y cierto aire
oriental. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> No acoplé libros en la maleta para este viaje
a Mallorca porque quería comprarlos allí, en el destino. Siempre lo hago, es
como un juego, esperar que el destino me plante ante algún libro que está
esperando por mí. De repente lo vi, azul y con esbozos de peces en la portada.
Me atrapó en un relámpago el subtítulo: <b>Apuntes
sobre</b> <b>elegancia involuntaria.</b> Y,
al instante, como siempre ocurre con Anagrama, leí la contraportada y me
cautivó. Me lo llevo, pensé, y fingí recorrer los estantes de la librería
porque acababa de entrar, pero estaba segura de que ya llevaba un tesoro en las
manos. No es un libro de ficción, no sé si un ensayo, un cuaderno o un diario,
¿acaso de aforismos? Es como una invitación a comer, a sentarnos a la mesa en
una sala donde compartir experiencias de los sentidos y cargar la mochila de
nuevos referentes.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Del título se desprende la idea de
sencillez, la belleza de lo simple. Lo dijo Cecil Beaton, fotógrafo, pintor y
diseñador, cuando le preguntaron sobre la elegancia. Respondió: agua y jabón.
Algo así como aquello de “Menos es más”. Es un libro de apuntes, como aquellos
cuadernos de notas en los que además de citas, nombres y datos para no olvidar,
se esconden algunas reflexiones personales, ideas puestas en papel para que no
se olviden. El propio libro sugiere la estética de lo fragmentario y la no linealidad.
Pero aquí el centro es la elegancia, la belleza, el arte, la armonía, el
equilibrio, ese don que encontramos en algunos lugares, en muchos objetos,
bellos simplemente porque sí, y en unas cuantas personas tocadas por la magia y
la discreción.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En la contraportada nos avisan de
que el libro aspira apenas a ofrecer un rato de compañía. <i>“Abrir por cualquier página, un rato de compañía, descubrir algo, ir a
dar un paseo. Eso sería perfecto.” </i> <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> Marta
D. Riezu ha estructurado el libro en tres partes: “Temperamentos”, “Objetos” y
“Lugares”. Son apuntes de observaciones personales que van construyendo un
canon a partir del concepto de “elegancia involuntaria”, esto es, espontánea,
intuitiva. Y al final del libro, a modo de glosario versátil aparece un listado
titulado: “Suplemento de afinidades”, donde aparecen personas, personajes,
barrios, marcas, ciudades..., términos definidos con asociaciones que se
retroalimentan. Aparecen muchas referencias artísticas y literarias que buscan
la complicidad del lector o avivan su curiosidad, a la caza de afinidades o
discrepancias con la opinión de la autora. La “selección” de la realidad que es
objeto de comentario es de lo más variado: Europa, la costa mediterránea,
Barcelona, Snoopy, Tintín, la prensa en papel, la moda, el hule, los hoteles,
los perfumes. Es un elogio de lo de siempre, de las costumbres de otro
tiempo, de la tradición y también de la modernidad bien entendida, la que
difiere del consumismo feroz al que nos vemos empujados. Pero no se queda en
los objetos, los lugares o la moda; sino que parece describir un “estilo”
también de la personalidad, un modo
elegante de estar en el mundo. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> La
lectura de <i>Agua y jabón </i>se ha
dilatado conscientemente hasta ocupar los quince días. No quería que terminara
ni el verano ni el libro, ha sido una rara convivencia: a la hora del desayuno,
del café del mediodía, en las largas y ardientes tardes de agosto. Ha sido el
compañero perfecto, en la butaca del salón, en la terraza e incluso sobre la
toalla limpiamente estirada en la orilla, al pie de las olas.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Al terminar de leer, no queda otra
que hacer balance de todo aquello que aparece y con lo que nos sentimos
identificados. En mi caso ganan las afinidades con esta forma de mirar y de
estar en el mundo, esa “<i>existencia
sencilla y centrada en lo esencial”<o:p></o:p></i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Quise conocer más de la autora y del
libro, que tiene su mágica historia, porque fue publicado por la editorial
Terranova, en una primera y única edición de 1500 ejemplares. Luego, tras
agotarse y convertirse en objeto de culto, Anagrama lo reeditó en 2022. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Mis páginas preferidas son aquellas
en las que aparecen largas enumeraciones</span><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 10.5pt; line-height: 200%;"> </span><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 12pt; line-height: 200%;">caóticas de acciones u objetos tocados por la
luz de la elegancia, aunque carezcan de toda utilidad.:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Elegancias inútiles: planchar las sábanas
limpias (que nadie verá y que a la noche arrugamos), calmar a un perro que
espera desconcertado en la puerta, tirar la lata de cerveza vacía que algún
desalmado ha dejado en el banco, volver a leer un capítulo cuya maravilla nos
acaba de trastornar. Más: vigilar la planta que lleva días rara, pasar dos
horas con un regalo que podría despacharse en un momento, cocinar con esmero
para nosotros solos, investigar una etimología dudosa. <o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">O cuando nos da la
receta para salir a flote si llegamos al temido estado de crisis o desolación
que la autora llama “la intemperie”:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La música, el arte, las lecturas, la
filosofía; con lo vivido, lo escuchado y lo reflexionado se crea un búnker
mental.</span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Y del “Suplemento de
afinidades”:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><b><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Literatura. </span></b><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Strindberg definió la
escritura como “desnudarse en medio de una plaza”. Para Juan Eduardo Zúñiga, la
literatura no es un espectáculo ni un trampolín de egolatría. El buen lector
llega a uno sin presiones comerciales; lo hace por casualidad, destino o boca a
boca.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Pues eso.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="color: #1f130f; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><span lang="es" style="color: #1f130f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-top: 2pt; text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="color: #1f130f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></p><p><br /></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-66913107917830432222023-08-28T10:49:00.012-07:002023-08-28T10:59:33.127-07:00La tarea del lector<p> </p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvjSHudLpcoj_76JYWlM56hrAOXLdgQMOmoi_NQS_BnMLOPgxbRPDePYlxVLsmR2mPguM6ndKgZHt6EMrGaz5NJybvKea6ozNtqCfCvA08hk1JDFqaPdAD1UttqhuNCVSI6B3VHOlyfcwzMvbzTeYRSQ2178LZ26ZmN4cGTLJ-xolEEa-7z5rtmS0oGOc/s200/El_cuento_nunca_acabar.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="200" data-original-width="122" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvjSHudLpcoj_76JYWlM56hrAOXLdgQMOmoi_NQS_BnMLOPgxbRPDePYlxVLsmR2mPguM6ndKgZHt6EMrGaz5NJybvKea6ozNtqCfCvA08hk1JDFqaPdAD1UttqhuNCVSI6B3VHOlyfcwzMvbzTeYRSQ2178LZ26ZmN4cGTLJ-xolEEa-7z5rtmS0oGOc/s1600/El_cuento_nunca_acabar.jpg" width="122" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><br /></p><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><div style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Carmen Martín Gaite</span></span></b></div></b><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">El cuento de
nunca acabar</span></span></i></b></p><p class="MsoNormal"><b><i><span lang="es" style="font-size: 13pt; line-height: 19.9333px;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal"></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Se
trata de un ensayo de 1983 donde C. Martín Gaite<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>convierte el lenguaje mismo en materia de narración, recoge las
divagaciones que guardaba en carpetas con el título “Frustraciones e
incompletos”. El libro es una conversación que fluye, una reflexión sobre el
arte de divagar, sin desprenderse del hilo de los recuerdos, de las visiones, y
donde la autora reclama una vez más al lector como interlocutor. Porque todo lo
mueve esa búsqueda, como una necesidad de espejo, o el sentido de la escritura
como un acercamiento al otro. </span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Carmen Martín Gaite identifica en la
célebre entrevista “A fondo” el hecho de escribir con el de conversar:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">“Escribir es conversar. Es un sucedáneo
de la conversación. Quien escribe lo hace porque no encuentra un interlocutor,
alguien con quien poder hablar bien, con pausa, con tiempo, con plazo
narrativo.”</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 32px; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><i>El cuento de nunca acabar</i> es original no solo por su estructura atípica, su estilo fragmentario o su inserción genérica en un híbrido entre narración y ensayo. Es un texto en libertad, gestado en un largo periodo y con el que la autora ha mantenido una relación que compara con las amorosas.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="line-height: 200%;">Por la vía de la sinceridad Carmen Martín
Gaite consigue establecer puentes casi conversacionales con el lector. Es como
si le otorgase una función primordial, la de cuestionarse su propio papel en la
representación del acto de leer. El receptor tiene que actuar, debe asentir,
negar, responder. Cabe preguntarse si acaso no es esta una de las finalidades
del ensayo como género.</span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span><br /> </span>A raíz de la novedad editorial <i style="mso-bidi-font-style: normal;">De viva voz. Conferencias, </i>Domingo
Ródenas de Moya ha señalado que a Carmen Martín Gaite “le encantaba conversar,
contar de viva voz. La presencia del otro, oyente que mira y reacciona o lector
hipotético y fantasmal, era la fuente de legitimidad del relato y su fuerza
impulsora, su causa determinante y su destino último.”</span></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><img border="0" data-original-height="4032" data-original-width="3024" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS7hfu6WFx5xRTZY-EyVEOvNqKyWFAN-F-yi1VNmnL8sHfyC4dTMtyW_jeXbYA4H2buQsPREf_7HGUwrZ5hSMsOX0qQfbwbLxgm_xJ_cst-0oZejJtR_NtrOtiw7uw0J4ypxAVHN6cxr5Kpv-fiaRVPikwQeAXFxYKafmwV10ZhgAKQNWVAXYoj8uffkI/w150-h200/IMG_0561.heic" style="font-size: medium; text-align: left;" width="150" /></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal"></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><br /></p><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; text-align: justify;"><br /></p><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-23251733955994649642023-08-05T03:39:00.005-07:002023-08-05T06:53:37.896-07:00"El hombre disfrazado", de Lara Vázquez<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3kYIIVHYi8fTsccDaQJ6rIIxxYySY0SJOrMlwMSmGo0pc1wbv_IqUsbmApw5pV8ipcuHcRYmYgQQUtGkKJiCkb7Dah2G1EIY7gYn76Dihh_SZaDXrJsULyhFBp4OTgrUVBoUgrtNgn3sGFLxAmejQAKyE_Bl2CY50rSYup_YZM6axmGW1C98eEQd2C0k/s3616/IMG_0388.heic" style="clear: left; float: left; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 16px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="3616" data-original-width="3021" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3kYIIVHYi8fTsccDaQJ6rIIxxYySY0SJOrMlwMSmGo0pc1wbv_IqUsbmApw5pV8ipcuHcRYmYgQQUtGkKJiCkb7Dah2G1EIY7gYn76Dihh_SZaDXrJsULyhFBp4OTgrUVBoUgrtNgn3sGFLxAmejQAKyE_Bl2CY50rSYup_YZM6axmGW1C98eEQd2C0k/w267-h320/IMG_0388.heic" width="267" /></a><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">El hombre disfrazado<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Lara Vázquez<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Salto de Página<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Primera edición: 2023<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Ha ocurrido este verano. El azar, o
simplemente una coincidencia en el tiempo, ha dispuesto que convivan en el
estante imaginario de mis lecturas los ensayos de Milan Kundera y la novedad
más literaria de la editorial Salto de Página. Y es que Kundera ha muerto hace
apenas unas semanas y su muerte nos ha conmovido a todos. Y Lara Vázquez, Pedro
para los amigos, ha publicado su primera novela, y esto nos ha emocionado a
todos. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El hombre disfrazado</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> es una singular narración en la que
el protagonista repasa su itinerario vital y afectivo. Witold es un profesor
que se define como una <i style="mso-bidi-font-style: normal;">triste figura de
sesentón prejubilado.</i> Se halla en pleno desencanto vital pero en radiante
estado de lucidez. Es un narrador tramposo, locuaz, solitario, que se sincera
sobre sus “malos hábitos”, un hombre muy leído e ilustrado y que, en
apariencia, es un naufrago en medio de una sociedad que no entiende. Esto me
recuerda a Kundera y a su frase demoledora que identifica la vida con una
derrota.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Sabina es la profesora de cine, treinta
años menor, de la que el narrador está platónicamente enamorado y quien, tras
abandonar la universidad, decide “desaprender” y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ocupar una plaza de</i> cajera de supermercado. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Para Sabina solo era una etapa hacia la incertidumbre”. </i>Sabina es
lectora de Witold Gombrowicz, ese “autor polaco de nombre impronunciable” y de
párrafos inquietantes, autor de la novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ferdydurke,
</i>donde indaga sobre la identidad y el impacto de las circunstancias en la
vida de las personas. Cabe anotar esta primera coincidencia, por si se nos pasa
por alto, la homonimia del autor polaco y el protagonista de nuestra novela,
Witold. <span style="background-color: yellow; background: yellow; mso-highlight: yellow;"><o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La trama de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El hombre disfrazado </i>en realidad no es lo importante, es una
sucesión de escenas semi encadenadas que avanza con un ritmo muy ágil, con
diálogos hilarantes, con frases cortas pero que destilan juegos de palabras y
otros artificios que suponen un reto para el lector, al que se le exige estar
conectado, por aquello del sentido del la consecuencia, a asociaciones de ideas
y alusiones cargadas de ironía y doble sentido. El tono es brillante en cuanto
al léxico (uso de “palabros”: cultismos, neologismos...),<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las relaciones semánticas o los recursos de
estilo. Abundan las citas y guiños librescos, los nombres de personajes,
autores y títulos de obras. Poesía, cine, teatro… toda la novela respira
literatura. El autor se recrea, además, con los juegos de voces, los distintos
narradores y la ironía intertextual.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El resultado es que la no
linealidad, la fragmentación con digresiones, y la interpolación de relatos en
la historia principal, consiguen un tono y un estilo singular que, en
ocasiones, resulta muy poético. Además, y sobre todo, hay mucho humor, quizá
para tomar distancia o quitarle peso a la gravedad de lo real, aunque por
momentos es un humor cargado de sarcasmo y a veces, sórdido.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Los espacios por los que se mueve
Witold son paisajes urbanos de Barcelona, en los entornos de la periferia, el
del distrito de Nou Barris, sobre todo. Es un recorrido por bares cutres, con
parroquianos de una realidad compleja y precaria. En la primera parte nos
movemos por el barrio del protagonista en el que se encuentra el Bar El Chérif,
por el que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“deambulan personajes
inquietantes” </i>y cuyo dueño va a ser muy relevante en la trama. El Chérif es
un submundo sórdido, descrito con trazas de esperpento y estructura de
opuestos:</span></span></p><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: verdana;"><o:p></o:p></span></i><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El bar del Chérif está lleno de humedad y plagado de
cucarachas. A veces, parece que se cae. Su dueño dice que exageramos, pero en
verano hacemos campeonatos de tiro a la cucaracha. (…) Él es viudo, con un hijo
que trabaja en el extranjero, y quiere dejarle el negocio a un nativo porque
prefiere no adulterar los hechos ni las cosas. Esa es la razón por la cual
encontramos en el bar un ventilador y una catalítica. También un loro que
repite constantemente el hipocorístico de su dueño. La televisión, de una marca
descatalogada, funciona a ratos: la radio está a todas horas, en concreto la
Cadena SER, y la nevera calienta más que enfría y es SUPERSER.</span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En cierto modo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El hombre disfrazado</i> es una novela de itinerancia. El protagonista
deambula por la ciudad a modo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">flâneur</i>
que domina el arte de pasear y pensar, y en esos recorridos, la ciudad
transforma ante sus ojos algunas escenas cotidianas en hechos extraordinarios. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"></span></span></i></p><blockquote><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Mi vida de “profetario” jubilado tiene las características
del mirón aburrido: los lugares cercanos, las obras con grúas encorvadas y
darme de bruces con gente variopinta definen mi existencia; es lo que tiene
pasear y pensar. Ser un paseante sin llegar a los límites de Pessoa en cuanto a
pasos y tragos.</span></span></i><span style="text-align: left;"> </span></p></blockquote><blockquote><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="font-family: verdana; font-size: 12pt; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Deambulando de nuevo, pensé que en la vida había que
arriesgar, sobre todo si a uno nada le ata de verdad a una existencia plana y anodina plagada de
falsedades. Y además sin poder beber.</span></i><span style="font-family: verdana; font-size: 12pt; text-indent: 36pt;"> </span></p></blockquote><p><span style="font-family: verdana;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En la segunda parte, el protagonista
ya ha vuelto a la bebida e inicia un particular viaje a los infiernos.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Salí de casa en busca de un bar. Sabina no me lo hubiera
perdonado. Mi madre, tampoco. Yo estoy arrepentido, pero no hay vuelta atrás.
La autodestrucción es una decisión que entraña un gran riesgo que se debe
asumir con la cobardía correspondiente.</span></span></i></p><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><o:p></o:p></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esta decisión le lleva a recorrer en varias
etapas otros barrios y otros bares de nombres inquietantes y muy sugerentes para acabar de nuevo
en el bar del Chérif, donde se cierra el círculo:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El Colmado (Torre Baró), El Cometa (Parc
Central), Puerto Pobre (Turó de la Peira), Hiroshima (Roquetas), Plata Blanca
(Verdún), Sol Vacío (Ciudad Meridiana), y El Chérif.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
el círculo se cierra con una arriesgada maniobra en la construcción del relato,
que no podemos desvelar aquí, donde Literatura y vida, ficción y realidad, se
funden en un juego metaliterario complejo.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span> </span>Dos realidades dentro de la ficción,
la primera, la inventada por el Witold profesor para huir de la soledad y para
culminar sus sueños en la madurez, a modo de Quijote trasnochado y de nuevo
anacrónico; con su Sabina-<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dulcinea</i>, a
quien dedica todos sus pensamientos; con su periplo por los bares de barrio-<i style="mso-bidi-font-style: normal;">ventas</i>, lugares que le imprimen una
determinada identidad. Y una segunda realidad es la de los perdedores, la del
conserje, la limpiadora y su novio ciego, el dueño del Chérif, la
decana-traductora, un manuscrito de novela inacabado y las cartas…</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUQpvVgHJQEz5cMbCxLAqouJC_yWtCf8ZQiAs_-W62VU1_dV7cs_bqrcTvLh4hcFKgWKXzmhT99d3_QkqDoctguFHx3v9pKL0w-ygyaP5tUfaa1rxYmdnnLKl91wc2Tbmx4tF5GAhFjthsfaalxJiMTY1-cCXf7qJRLYebNQkF7etk_4kAIPwaLjTTfi8/s4032/IMG_0321.HEIC" style="clear: left; float: left; font-size: medium; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="4032" data-original-width="3024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUQpvVgHJQEz5cMbCxLAqouJC_yWtCf8ZQiAs_-W62VU1_dV7cs_bqrcTvLh4hcFKgWKXzmhT99d3_QkqDoctguFHx3v9pKL0w-ygyaP5tUfaa1rxYmdnnLKl91wc2Tbmx4tF5GAhFjthsfaalxJiMTY1-cCXf7qJRLYebNQkF7etk_4kAIPwaLjTTfi8/w240-h320/IMG_0321.HEIC" width="240" /></span></a><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span> </span></span><span style="text-align: left;">Y en el
desenlace, un juego de espejos. Un profesor de taller de escritura comenta la
novela que estamos leyendo y nos da algunas de las claves. Pero para eso, hay
que llegar al final.</span></span></p><span style="font-family: verdana;"><o:p></o:p></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Ahora vuelvo a Kundera y recupero
completa su frase demoledora:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Lo único que nos queda ante esta irremediable derrota que
llamamos vida es intentar comprenderla. Esta es la razón de ser del arte de la
novela.</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p><p><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></p><p><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i></p><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-47425651473171407312023-07-17T11:27:00.007-07:002023-07-17T11:31:49.571-07:00El telón rasgado. Milan Kundera<p> </p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"></p><p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRBw8mPnlN-xo_-efB9S2tstKgGZmnFBdak3fhSBkIG6NAR4BpLpoApxQS6oADuWU7n0Q4QJhooq2QhpS8gYUQIu6HXr_wL903s5lAiLgSzqpsC_RIZqNggI4LBNVJZVfFzwzwmcDTkiP5k6Y-a86bKkg3UK9KcFrMjf2Dxire6N0u1FTag1GSYON7HSU/s4032/IMG_0345.heic" style="clear: left; float: left; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 16px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center; text-indent: 48px;"><img border="0" data-original-height="4032" data-original-width="3024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRBw8mPnlN-xo_-efB9S2tstKgGZmnFBdak3fhSBkIG6NAR4BpLpoApxQS6oADuWU7n0Q4QJhooq2QhpS8gYUQIu6HXr_wL903s5lAiLgSzqpsC_RIZqNggI4LBNVJZVfFzwzwmcDTkiP5k6Y-a86bKkg3UK9KcFrMjf2Dxire6N0u1FTag1GSYON7HSU/s320/IMG_0345.heic" width="240" /></a></p><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><span style="font-family: verdana;"><div><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Milan Kundera (1929-2023), autor
de novelas extraordinarias; poeta, dramaturgo y cuentista, pero ha dejado una huella
indeleble también con una trilogía de ensayos: <b><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El arte de la novela </i>(1986)<i style="mso-bidi-font-style: normal;">, Los testamentos traicionados </i>(1993)<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i></b>y <b><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El telón</i> (2005)</b>. Son las obras
donde vierte sus reflexiones en torno a la tradición narrativa europea y el lugar
de la novela en nuestro mundo. </span></span><span style="font-family: verdana;"><span style="font-size: 12pt; text-indent: 36pt;">Defiende la novela como un modelo de
conocimiento que, a partir del </span><i style="font-size: 12pt; text-indent: 36pt;">Quijote</i><span style="font-size: 12pt; text-indent: 36pt;">,
alcanza las más altas cotas con Sterne, Fielding, Diderot, Dostoievski o Kafka,
autores de los que se considera heredero.</span></span></div></span></span>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En su discurso <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“</i>La desprestigiada herencia
de Cervantes”, </b>de 1983,<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>expresa
sus ideas sobre la novela en 10 epígrafes. El los siete primeros se dedica a
hacer un recorrido por la literatura y los grandes nombres de la tradición
narrativa. En el segundo epígrafe comienza a caracterizar la novela como una
invención del occidente europeo y afirma que, desde Cervantes, la novela ha
asumido su misión de cuestionar y explorar al ser humano cuando la ciencia y
la filosofía ya han desistido. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 72.0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 12.0pt; margin: 12pt 0cm 12pt 72pt; mso-list: l1 level1 lfo3; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El espíritu de la novela es el espíritu de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la complejidad. </b>Cada novela dice al
lector: "Las cosas son más complicadas de lo que tú crees". Esa es
la verdad eterna de la novela que cada vez se deja oír menos en el barullo de
las respuestas simples y rápidas que preceden a la pregunta y la excluyen.</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 72.0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 12.0pt; margin: 12pt 0cm 12pt 72pt; mso-list: l1 level1 lfo3; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="es" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; line-height: 200%; text-indent: -18pt;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span></span><i style="font-family: verdana; text-indent: -18pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El espíritu de la novela es el espíritu de <b>la continuidad: </b>cada obra es la
respuesta a las obras precedentes, cada obra contiene toda la experiencia
anterior de la novela. Pero el espíritu de nuestro tiempo se ha fijado en la
actualidad, que es tan expansiva, tan amplia que rechaza el pasado de nuestro
horizonte y reduce el tiempo al único segundo presente. Metida en este
sistema, la novela ya no es obra (algo destinado a perdurar, a unir el pasado
al porvenir), sino un hecho de actualidad como tantos otros, un gesto sin
futuro.</span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 72.0pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 12pt 72pt; mso-list: l1 level1 lfo3; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Pero, si el porvenir no representa
un valor para mí, ¿a quién o a qué me siento ligado?: ¿a Dios? ¿a la patria?
¿al pueblo? ¿al individuo? Mi respuesta es tan ridícula como sincera: no me
siento ligado a nada salvo a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la
desprestigiada herencia de Cervantes.</b><o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span> </span> </o:p></span></i><span style="font-size: 12pt; text-indent: 36pt;">Milan Kundera comparte las palabras
de Hermann Broch:</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
novela que no descubre una parte hasta entonces desconocida de la existencia es
inmoral. El conocimiento es la única moral de la novela.” </i><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">“La novela es, en sí misma, vía de conocimiento. Su objetivo
es aprehender los sentidos de la condición humana para “rasgar el telón” y
llegar hasta el alma de las cosas.”</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p> </o:p></span><span style="font-size: 12pt;">Estas observaciones las mantendrá en
</span><i style="font-size: 12pt;">El telón</i><span style="font-size: 12pt;"> muchos años después.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">En la c<o:p></o:p></span><span style="font-size: 12pt; text-indent: 36pt;">uarta parte de </span><b style="font-size: 12pt; text-indent: 36pt;"><i>El
telón, ensayo en siete partes</i></b><span style="font-size: 12pt; text-indent: 36pt;">, titulado “Qué es un novelista”, Kundera
vincula los géneros con las edades sucesivas del hombre. Así, la juventud sería
la “edad lírica”,</span><i style="font-size: 12pt; text-indent: 36pt;"> “o sea, la edad en la
que el individuo, concentrado casi exclusivamente en sí mismo, es incapaz de
ver, comprender, enjuiciar lúcidamente el mundo a su alrededor.” </i><span style="font-size: 12pt; text-indent: 36pt;">Afirma que
el novelista nace cuando sale del ensimismamiento del poeta.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El telón </i>Kundera reflexiona sobre la
novela y la erige como el género literario que constituye un modo legítimo y
auténtico de conocimiento del alma humana y que se distancia de la filosofía,
la historia o la ciencia. Autores como Rabelais, Cervantes, Diderot, Fielding,
Flaubert, Kafka, Joyce y García Márquez, entre otros, forman parte de su
universo literario y le hacen reflexionar sobre el ser humano y su mundo.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; mso-list: l2 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Un telón mágico, tejido de leyendas, colgaba ante el mundo.
Cervantes envió de viaje a Don Quijote y rasgó el telón. El mundo se abrió ante
el caballero andante en toda su desnudez cómica de su prosa.<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; mso-list: l2 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Lo único que nos queda ante esta irremediable derrota que
llamamos vida es intentar comprenderla. Esta es la razón de ser del arte de la
novela.<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p><br /></o:p></span></p><br /><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-90215475415733227402023-06-11T10:49:00.006-07:002023-06-11T10:49:59.842-07:00"La campana", de Iris Murdoch<p style="text-align: right;"> </p><p style="text-align: right;"><br /></p><p style="text-align: right;"></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Novela y espiritualidad. 23 de mayo de 2023.<i> <o:p></o:p></i></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 36.0pt; text-align: right; text-indent: -28.9pt;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 150%;">La campana, </span></i><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 150%;">de Iris
Murdoch<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 36.0pt; text-align: right; text-indent: -28.9pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: verdana;">Margarita
Mauri<o:p></o:p></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5A1eMYE3Ljb8bnc8c1v7Tm-EwuqPWO84v_9B8jugDm5Rw8ZXNSrCmQScp04r77vdgKkWwd0sWPtb6eUfjz4U6C_E_FWiKLUl4kMwsKVOA3UM3vBpzcCngStOhTTSGEaKk1CKN5VsbC5_l_Te_YQNPIJJAnlvrNL1bOOdcL76BZ9WV9l3idc0DAXIo/s282/download.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="282" data-original-width="178" height="282" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5A1eMYE3Ljb8bnc8c1v7Tm-EwuqPWO84v_9B8jugDm5Rw8ZXNSrCmQScp04r77vdgKkWwd0sWPtb6eUfjz4U6C_E_FWiKLUl4kMwsKVOA3UM3vBpzcCngStOhTTSGEaKk1CKN5VsbC5_l_Te_YQNPIJJAnlvrNL1bOOdcL76BZ9WV9l3idc0DAXIo/s1600/download.jpg" width="178" /></span></a></div><span style="font-family: verdana;"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Iris Murdoch (1919 - 1999) introduce
una serie de cuestiones muy importantes, tanto en la Literatura como en la
Filosofía, en el panorama del pensamiento actual. Muchos filósofos
contemporáneos han bebido de sus fuentes para tratar conceptos como el amor, el
egoísmo, el autoconocimiento, la espiritualidad o el arte. La autora deja un
rastro de veinticinco novelas, varias obras de teatro, poesía, y obra
filosófica. No tiene un pensamiento filosófico sistemático, sino abierto.
Utiliza la Filosofía como un instrumento de soporte, pero no convierte a los
personajes en meros transmisores de sus ideas filosóficas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La idea central de la autora es que
la moralidad humana consiste en trascender el egoísmo propio de los seres
humanos para dar cabida a la realidad y a los otros. Esto aparece en muchos de
sus personajes, pero solo algunos de ellos han sido capaces de trascender las
limitaciones del egoísmo que los caracteriza. El egoísmo es, en términos de
Murdoch, el mayor enemigo de la moralidad. Y el arte se presenta como una de
las posibilidades de sacar al yo de sí mismo para que tome conciencia del
mundo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">La campana</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> se publicó en 1958 y fue su cuarta novela. El escenario
donde se ubican los acontecimientos es Imber Court, un lugar aislado, junto a
un lago, en una zona rural inglesa, donde se encuentra la abadía de Imber,
ocupada por una comunidad de monjas de clausura y una comunidad laica,
establecida en la casa construida cerca de la abadía. Así, en Imber Court
encontramos tres localizaciones: la abadía, la comunidad laica y la casa del
guarda forestal.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Con diferentes historias vitales al
fondo, la comunidad religiosa laica congrega a un montón de personajes que se
refugian en Imber Court con la finalidad de vivir una vida inspirada por
principios religiosos y, de alguna manera, tratar de olvidar su pasado. Los
directores espirituales de la comunidad de Imber Court son James Tayper Pace y
Michael Mead, que entienden de manera muy diferente el ideal de vida religiosa
que buscan los habitantes de Imber, entre los cuales encontramos a Catherine,
que se<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>prepara para ingresar como monja
en el convento de clausura; su hermano gemelo, Nick, alcohólico y homosexual,
que es acogido en Imber, pero que vive fuera de la comunidad, y los visitantes
ocasionales, Paul <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Dora Greenfield, y
Toby Gashe.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">1.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span></b><!--[endif]--><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El sermón de James Tayper Pace <o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">James Tayper Pace, uno de los
consejeros espirituales de la comunidad laica, presenta sus ideas en un sermón
que es la antítesis del que Michael Meade pronuncia unos capítulos más tarde.
James, que fue educado en una fe anglicana simple y fuerte, es la clase de
persona que siempre hace lo que es moralmente correcto. James describe al
hombre de fe como aquel que vive con la ley divina como referencia constante de
su vida. En su sermón se refiere a la inocencia como la actitud del que no ve
ni hace el mal en el mundo. La inocencia comporta un conocimiento superior al
que proviene de la experiencia. El inocente es un testimonio involuntario; es
sencillo y sincero. Como una campana, la persona inocente tiene todos sus
mecanismos a la vista.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">2.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span></b><!--[endif]--><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">El sermón de Michael Meade <o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Michael, a diferencia de James,
centra su sermón en la importancia del sujeto y la necesidad de un buen
autoconocimiento como condición indispensable para la vida buena. Lo importante
es conocerse, los límites, la subjetividad, cada uno tiene su manera de
acercarse a Dios. Representa la singularidad, lo particular. La ética de la
situación. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">3.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span></b><!--[endif]--><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Otros tipos de espiritualidad:<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Los sermones de los directores
espirituales de la comunidad se completan con las reflexiones de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la abadesa,</b> para quien el amor es la
clave de la vida, de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Nick Fawley,</b>
que ve en la confesión la expiación de la culpa, y de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Noel Spens</b>, el ateo que mira con suspicacia las actividades de la
comunidad.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La
abadesa es la gran conocedora, aun sin estar presente, de todo lo que pasa por
dentro y por fuera, espectadora de la totalidad, lo sabe todo sin que nadie le
diga nada. La abadesa representa el amor. Es mirar al otro dejando de lado los
intereses propios. Los seres humanos, para Iris Murdoch, son egoístas,
consideran al otro en función de su propia singularidad. De ahí la importancia
del término “atención”, un término de Murdoch que va por este camino.
Considerar, atender. Cuando pecamos, lo hacemos por falta de amor. La abadesa
es elemento de referencia espiritual también para la comunidad laica. La metáfora
de qué es la comunidad laica la expresa la abadesa cuando habla con Michel y
explica que la comunidad es una especie de tapón, como un mundo intermedio, un
parásito. La abadía es la espectadora de la totalidad. Las monjas no hacen vida
contemplativa ni tampoco vida mundana. Es el mundo de la renuncia. El mundo es
el mundo de la pluralidad de bienes. La comunidad laica nace como un tapón, un
mundo intermediario entre los dos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">4.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Dora Greenfield, </span></b><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">personaje que aparece descrito en la novela como: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“informal, ignorante, desordenada y
exasperante.”</i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Es un personaje
infantil, a la que le gusta el arte y se mira la comunidad con recelo. Es
voluble. Tiene una serie de relaciones. Así, tiene relación con su marido y con
su amante, Noel. Ambos quieren dominar a Dora de alguna manera. Ella es el
único personaje que evoluciona y madura moralmente. Con Toby inicia la aventura
de rescatar la campana y hacer el cambio, sustituirla por la nueva. Toby ha
perdido la inocencia, está tratando de averiguar si las mujeres le atraen. Siente
cosas diferentes: ira, celos, no sabe dónde está, ha perdido la inocencia. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">5.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span></b><!--[endif]--><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Las ideas de Noel Spens. <o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Cuando, en una de sus escapadas a
Londres, Dora se ve con Noel, este la recibe con los brazos abiertos, pero
tiene un afán considerable por distanciarla de la comunidad de Imber. Sus
palabras tratan de influir en la forma de pensar y de actuar de Dora. Si ella
es una extraña en Imber, Noel está todavía unos pasos más allá y demuestra
tener escasa información y también poco interés en las comunidades
religiosas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 72.0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Elementos simbólicos.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aparecen varios elementos con valor simbólico:
el amor, el lago, la campana. un medallón con la inscripción: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">el amor es mi camino. <o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El amor es la alternativa moral al
egoísmo; esto ya se le dice al lector al principio. El agua aparece en todas
las novelas de Iris Murdoch:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el agua del
mar, de una piscina, de un lago. El agua es reveladora de secretos por un lado
y también sirve para escoger secretos, pero es un referente que va adquiriendo
distintos significados. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La campana nueva que se espera, y la
que se rescata del lago. Ambas son referentes<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>simbólicos y representan a los dos sermones más importantes que se dan
dentro de la comunidad, opuestos pero desde la misma fe religiosa, el de James
Tayper Pace y el sermón de Michael Meade. La metáfora de la campana es la
inocencia, da testimonio y es sencilla, todo está a la vista.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Las monjas representan la oración y
la abadesa, el amor.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El amor, el lago y la campana son
elementos simbólicos que se entrecruzan a lo largo de toda la novela.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Pinceladas de otros elementos
importantes son la premonición de muerte, los intentos de suicidio, la
esquizofrenia, el suicidio, y el desmantelamiento de la comunidad al final de
la novela, a partir de las consecuencias de los distintos personajes. Dora se
queda para colaborar. La falta de amor trae consecuencias, la novela no es
conclusiva. La pena como consuelo es un tipo de egoísmo, se ha de trascender de
la pena, según Iris Murdoch. Dora tomará las riendas de su propia vida, es un
personaje que ha madurado al final de la novela.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Desde
Noel Spens, que hace una defensa de la autonomía humana a base de negar la
existencia de Dios y la vida religiosa, a las palabras de la abadesa, que ponen
el acento en que la esencia de la existencia es el amor, los diferentes
sermones de los personajes de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La campana</i>,
tienen algo en común: todos defienden alguna clave de interpretación de la
existencia humana, un centro de gravedad que permita entender la vida. La
variedad de discursos no ilustra más que la variedad de las existencias
humanas.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><br /></div><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-59630269207888778342023-06-08T10:32:00.027-07:002023-06-08T10:41:30.069-07:00Enrique Vila-Matas. Biblioteca del cuarto oscuro<p> </p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 13pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Festival “En otras palabras”<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 13pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Enrique Vila-Matas</span></span></b></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">CaixaForum Barcelona<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf9vqv15SS7omgMLlcDhm6HcBfqy0eGJqV4dx8Z579zLA-8-v8bA6d14UWDElcs-p37ed2ZL8rEzugwnV9jt_wohO4Q9n7KaqMeIOb6q0UiJGPEO4D8U0n-YVoGmx1RXywSnrLwHO6F_UvS0xIUHjG6wf7LII0qC5Xc6YjXNoqcu5gAS8WtkGzc0ar/s1902/IMG_0148.heic" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center; text-indent: 48px;"><span style="clear: left; float: left; font-family: verdana; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1474" data-original-width="1902" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf9vqv15SS7omgMLlcDhm6HcBfqy0eGJqV4dx8Z579zLA-8-v8bA6d14UWDElcs-p37ed2ZL8rEzugwnV9jt_wohO4Q9n7KaqMeIOb6q0UiJGPEO4D8U0n-YVoGmx1RXywSnrLwHO6F_UvS0xIUHjG6wf7LII0qC5Xc6YjXNoqcu5gAS8WtkGzc0ar/s320/IMG_0148.heic" width="320" /></span></a></p><span lang="es" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;"><span> mayo 31, 2023</span><span><o:p></o:p></span></span></span><p></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Yo leo:</span></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">DESEO DE CONVERTIRSE EN INDI</span><span style="font-size: 12pt;">O</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Al cumplirse medio siglo de la
aparición en Tusquets de su primer libro,
Mujer en el espejo contemplando el paisaje, Enrique Vila-Matas, con unas Notas de Vida y Letras pasa revista a la
trayectoria de su escritura. Para Vila-Matas, la literatura es un mundo aparte
que, a su vez, está conectado con lo real, hasta el punto de no saber dónde
comienza y finaliza la realidad y la ficción. De la levedad portátil a la
multiplicidad.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">VM escribe:<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Universo (un ensayo). Especulas con
un título así para la conferencia que das en Barcelona el 31 de mayo (cierre
del festival de literatura ‘En otras palabras‘), unas diez notas sobre tu
universo literario.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Un universo que, a tu parecer, no
debe caer en la trampa que se tiende a sí mismo, sino colocarse en un espacio
que solo le pertenece a él, lo que va a darle más aire para seguir explorando,
seguir buscándose; en otras palabras: aventurándose. Recordemos (a veces pienso
que es mi lema): “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Por la libertad,
Sancho, así como por la honra, se debe aventurar la vida”.</i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Y yo asisto:<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Apasionante conferencia del
novelista Enrique Vila-Matas, titulada “Biblioteca del cuarto oscuro”, dentro
del ciclo UNIVERSOS LITERARIOS, en CaixaForum.</span></span></p>
<ol start="1" style="margin-top: 0cm;" type="1">
<li class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">¿Cuándo me hice escritor? Al
distinguir la frontera entre una frase correcta y una frase con cierto
barniz literario. Los momentos en que yo siento que me estoy convirtiendo
en escritor, se dan cuando las frases normales pasan a ser frases
literarias.<o:p></o:p></span></span></li>
<li class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Cuartel de Melilla. 1971. La
“mili” me tocó en Melilla. Un día me bebí una botella de coñac, fumé porros
de kif y me tragué cinco anfetaminas. Al rato, cuando estaba haciendo
instrucción, el cóctel estalló y lancé el fusil por los aires.<o:p></o:p></span></span></li>
</ol>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Tras pasar por el manicomio, aquel
pabellón que era la síntesis del mundo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">-¿Qué le pasa? <o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">-Que estoy loco. <o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">-Los locos nunca dicen que lo están.</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Acabé
desterrado como contable del economato, bien lejos de las armas (por si acaso).
Y ahí, en las muchas horas muertas que esa gris actividad le brindaba, me<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lancé a la escritura por primera vez. Mi
literatura viene de allí, descubrí lo apasionante que podía ser narrar. Y
adopté el lema sobre la libertad que aparece en el Quijote: <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">“...por la libertad así como por la
honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es
el mayor mal que puede venir a los hombres.”<o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Tenía
un año por delante de mili en la plaza fuerte de Melilla y quise aprovechar el
tiempo en algo artístico y me puse a escribir una novela sin ambición ni deseo
de publicar. A mi regreso a Barcelona se interesó por leerla y por publicarla
Beatriz de Moura, la editora de Tusquets, que estaba empezando con la
editorial. Y al final se publicó sin que yo lo tuviera previsto. Así empecé a
escribir, no porque estuviera revestido de un destino glorioso, sino por un
accidente o un malentendido.<o:p></o:p></span></span></p>
<ol start="3" style="margin-top: 0cm;" type="1">
<li class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Esta conferencia iba a
titularse <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Deseo de convertirse en
indio, </i>igual que una de las prosas breves de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Contemplación</i> (1913), el primer libro que publicará Kafka. <o:p></o:p></span></span></li>
</ol>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>He
seleccionado libros para una biblioteca en un cuarto oscuro de mi casa. Allí,
la luz es débil a propósito, lo que me permite sugerir que tal vez a mi
biblioteca más personal, y a la literatura en general, puede que les siente
mejor la oscuridad. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">No
podría vivir sin esa selección de libros esenciales para mi ánimo, sin esa
biblioteca de cuarto oscuro. Sin la oscuridad —decía Blanchot— no existiría la
obra de arte. Habla de que la oscuridad se disimula, busca en la oscuridad lo
que la misma oscuridad, la misma noche, trata de disimular; ese punto
profundamente oscuro hacia el cual tiende el arte, el deseo, la misma noche, la
muerte y el fin de la Literatura misma. Este es el tema más nuevo que tengo.
Recuerdo a Robert Walser, que habla de todo excepto de sí mismo, y siempre es
feliz. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Además
de Walser, entre los iconos de mi biblioteca de cuarto oscuro están, por supuesto,
el oficinista Bartleby, el copista que inventara Melville y que representa la
parábola por excelencia del origen de la literatura contemporánea; la historia
de aquel “fósforo en la oscuridad” del que hablaba Faulkner, la poética del
hombre exiliado en el mundo, del humilde escribiente que tanto me recuerda al
Kafka que paseaba por toda Praga con su extraño abrigo de murciélago y su
bombín negro. Y, por supuesto, la escritora Emily Dickinson y su poesía
intensamente secreta. Y Marguerite Duras, que dijo que la escritura llega como
el viento, está desnuda, es la tinta, es lo escrito, y pasa como nada pasa en
la vida, nada, excepto eso, la vida.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Lista de ocho títulos:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 108pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">1)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">LA SIESTA DE M.ANDESMAS,</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> de MARGUERITE DURAS. Relación de
acontecimientos que se suceden entre las cuatro y media y la caída del sol,
durante toda esa tarde en la que M. Andesmas espera.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 108pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">2)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">DON QUIJOTE,</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> de M. de CERVANTES. La literatura nace de la conciencia.
Todo es ficción en Literatura. Don Quijote se obsesiona por recrear episodios que
ha leído. La génesis de la novela es de raíz radical.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 108pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">3)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">TRISTRAM SHANDY</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">, de LAURENCE STERNE. El lenguaje hace y deshace la realidad
a través de la subjetividad.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 108pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">4)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">LA INVENCIÓN DE LA SOLEDAD,</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> de PAUL AUSTER. La escribió tras la
muerte de su padre, con el ánimo de tratar de entender quién había sido este. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">«¿Y qué es la ficción sino el intento de
entender las vidas ajenas?»</i>, se preguntaba Auster en cierta ocasión.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 108pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">5)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">MOLLOY, </span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">de SAMUEL BECKETT. Fue una revelación cuando lo leí y me
impresiona la lucidez de su arte. He vuelto a pensar en la esclavitud de la
ficción y en esa tediosa necesidad que tienen las novelas de tener que hablar
siempre de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“un asunto” cuando en
realidad el arte auténtico no es algo que trate acerca de algo que esté por
ahí, de una experiencia propia, por ejemplo, o de la vida de nuestros vecinos y
todo eso.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 108pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">6)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">EN GRAND CENTRAL STATION ME SENTÉ Y LLORÉ, </span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">de ELIZABETH SMART. Quise
escenificar aquel título. Es una novela autobiográfica que narra la pasión de
la autora por el poeta George Barker, un hombre casado del que se enamoró
incluso antes de conocerlo. El libro es pionero en el procedimiento de
convertir el texto en una máquina de citas literarias que ayudan a crear
sentidos diferentes.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 108pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">7)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">DESEO DE CONVERTIRSE EN INDIO, </span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">de FRANZ KAFKA. Es un relato breve,
de prosa insólita, libre como ningún otro. Puede parecer incoherente pero ahí
expresó su deseo de convertirse en indio y cabalgar sin espuelas y sin cabeza
de caballo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 108pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">"Si uno fuera de verdad un indio,
siempre alerta, y sobre el caballo galopante, sesgado en el aire, vibrara una y
otra vez sobre el suelo vibrante, hasta dejar las espuelas, pues no tenía
espuelas, hasta desechar las riendas, pues no había riendas, y por delante
apenas veía el terreno como un brezal segado al raso, ya sin cuello ni cabeza
de caballo".<o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 108pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Su breve relato es de complicada trama
gramatical y extraño empleo de los tiempos verbales. Habla de cuando Kafka
quería convertirse en Kafka.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 108pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">8)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">LA SOLEDAD DEL LECTOR,</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> de DAVID MARKSON. Crea un trato
privado entre protagonista y lector, subraya y acumula citas, convencido de que
es incapaz de citar algo que no sean sus propias palabras, quienquiera que las
hubiera escrito.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El lenguaje no es algo que
represente la realidad, sino algo que la hace y la deshace desde una
irrevocable subjetividad. Los hechos contados, aunque no acontecidos, como
también los no contados pero ocurridos, son lo más apasionante de toda
historia.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Aunque en todos los relatos hay un
ineludible fondo personal, la autoficción no existe. Solo hay ficción. Pienso
que mi nuevo proyecto narrativo podría llevar el título de <i>El fracasista,</i>
un buen título para una novela o un ensayo.</span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Hasta aquí todo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">EVM</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"></span></b><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-64437300171948699912023-05-24T10:50:00.002-07:002023-05-24T10:50:49.327-07:00Alejandro Zambra. Cómo olvidar cómo escribir<div class="separator"></div><p> </p><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 13pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Cómo olvidar cómo escribir.
Alejandro Zambra.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 13pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Diálogo con Paulina Flores.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">CaixaForum Barcelona<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Jueves, 18 de mayo de 2023<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="3024" data-original-width="3794" height="255" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8f1k1zMH39YpXENfN9F5ctVCzxMDh-h4EGGHX0UgeemTTbUvDuOmBDFxrIJjB_h8su2t6Z4rfTJl3BitUz8eVFdUBqpciCMoMvrKVL9_esFmJfFU5MNdKIZl-BTlsCJLtPXngaoCsXPI0s3Iqp4s0aAslFkcvT3UeSn5nfqytWS2tZ6eDaGu6icSw/s320/IMG_0074.heic" width="320" /></span></div><span style="font-family: verdana;"><br /><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></span><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Leo en la información del acto que
Alejandro Zambra empezó escribiendo poesía. Su novela <i>Poeta chileno</i> (Anagrama, 2020) es un ejemplo de “precisión léxica,
oído afinado, estilo personal, historia sencilla y bella, o metareflexión sobre
escritura y hecho literario”. En este encuentro del <b>Festival <i>En otras palabras,</i></b><i> </i>organizado por CaixaForum Barcelona, se
nos plantean otras preguntas: ¿qué quiere decir escribir? ¿Cómo se llega, si es
que se llega, a la escritura? ¿Cómo se acerca y se aleja de la vida con la creación?
¿O cómo se convierte, en última instancia, la vida en texto? Alejandro Zambra
conversa con la escritora Paulina Flores, escritora también chilena, con la que
comparte complicidad y admiración mutua.<o:p></o:p></span></span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> Desde
el atril Zambra se dispone a leer unas cuantas hojas sobre la idea de mensaje,
el concepto que siempre planea sobre la obra literaria pero que nos suena a
moraleja o moralina.<i> ¿Cuál es el mensaje?</i>
Parece que hemos creado la sensación de que la Literatura no sirve para nada.
Señala que el que escribe sabe y busca pero no tiene que saber lo que busca, no
tiene por qué conocer el mensaje. Zambra empieza su lectura con una reflexión
sobre los bajos índices de lectura. Le interesa lo que sucede cuando nos
enfrentamos a un mundo al que no le gusta la literatura y apunta al factor
tiempo como uno de los culpables. ¿Cuándo van a leer?</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> A
los dieciocho años, sus poetas favoritos eran Jorge Teillier, Gonzalo Millán,
Enrique Lihn y Alejandra Pizarnik, <i>“los
leía todo el tiempo, también a Emily Dickinson”.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Paulina Flores interviene con una
presentación de <i>Literatura infantil,</i>
la nueva obra de Alejandro Zambra. Cita a la poeta Louise Glück en su ensayo
“Contra la sinceridad”, un compendio de ideas estéticas y anécdotas sobre la
escritura en el que apunta que<i> “escribir
es transformar las emociones en otra cosa, no es transcribirlas”</i>. Así,
señala que en literatura el ejercicio de sacar afuera los secretos es más
ambiguo. La noción de literatura como desahogo es una noción natural, afirma
Zambra, l<i>a escritura privada, autónoma,
secreta. El desahogo, que le llaman.</i> Y así dejamos de echarle la culpa de
todo lo que nos pasa a quienes tenemos al lado. Cree que la literatura ratifica
el compromiso con la búsqueda de alguna especie de verdad. <i>Y claro, construyes otro tiempo, </i>afirma.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> De
la charla se desprenden algunas notas sobre el nuevo libro de Zambra: mudanza,
casa, hogar, lazos familiares, cómo irse sin abandonar a nadie, construcción
personal, cambio, ¿qué pasa cuando quieres resucitar al padre y no puedes, y la
condición de hijo te sienta ridículo? La familia siempre está presente porque
hay una tensión compleja que en la literatura funciona.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> Apuntan,
además, que se está castigando mucho la idea de ficción, la imaginación, los
sueños, el deseo.. La literatura permite que la incertidumbre no se solucione,
siempre defiende la complejidad de la experiencia y los matices.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;"><span style="font-family: verdana;"><i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> </span></i><img border="0" data-original-height="3024" data-original-width="4032" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGuJEjOYZU2lef1GCFY7JvXwzg3_fCAiiyVZ0IZskWqX6Hj-YaNgz1lDHd7bR6tDHztXo9eMVg1VTl-lVJF9ZOIDoED_G-iKuBTqGHVQratF4yThxJXkLPmtwViuLNwm2NAYjzVFJiivtF4SABjISFOdbtqgB4LlEHpjaGP-GQyjM2cLDhKVTcFxnj/s320/IMG_0070.heic" width="320" /></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: 4.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Alejandro
Zambra</span></b><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> (Santiago de Chile, 1975) ha publicado
en Anagrama seis libros, entre ellos, <i>Poeta
chileno</i> (2020) o <i>Facsímil</i>, que la
editorial recuperó en 2021. Sus novelas han sido traducidas a veinte lenguas, y
relatos suyos han aparecido en revistas como <i>The New Yorker</i> o <i>Granta</i>.
Ha sido becario de la Biblioteca Pública de Nueva York y ha recibido
distinciones como el English Pen Award o el Premio Príncipe Claus (Holanda).</span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">
</span></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: 4.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Paulina
Flores</span></b><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> (Santiago de Chile, 1988) es licenciada
en literatura y escritora. Ha publicado el libro de cuentos <i>Qué Vergüenza</i> y la novela <i>Isla Decepción</i>, ambos por la editorial
Seix Barral y traducidos a varios idiomas. Ha obtenido el Premio Roberto
Bolaño, el Premio del Círculo de Críticos, el Premio Municipal de Literatura y
el Bauer Giovanni (Venecia). En 2021 fue seleccionada por <i>Granta</i> como una de las veinticinco mejores narradoras en español
menores de treinta y cinco años.</span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p><p><br /></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-22394258347584403642023-04-30T11:28:00.010-07:002023-04-30T11:32:50.228-07:00"San Manuel Bueno, mártir", de Miguel de Unamuno<p> </p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Novela y espiritualidad. 25 de abril de 2023.<i> <o:p></o:p></i></span></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 36pt; text-align: right; text-indent: -28.9pt;"><span style="font-family: verdana;"><i><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 150%;">San Manuel Bueno, mártir</span></i><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 150%;">, de Miguel de Unamuno<o:p></o:p></span></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Andreu Jaume.</span></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="color: #333333; font-family: verdana;"><br /></span></p><div class="separator"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2lGL4XbAy6U_AQNHv1PknRtp20qhW7lO1ayDHd0l8OHxLp4VT2TjnJs8bKbIqRDpk5ek91GfhdDNvfxskMPWJj-8K9B_Se1FP9qSrUjLfj7q_KKVoeDVsBu0toJg_th4kIFKI_arZ5NpIfOsILLhEiOGM0R-TFdWOqZqnUgHsBoAlV2z6Vt1G3ORx/s4019/IMG_0029.heic" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="2302" data-original-width="4019" height="182" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2lGL4XbAy6U_AQNHv1PknRtp20qhW7lO1ayDHd0l8OHxLp4VT2TjnJs8bKbIqRDpk5ek91GfhdDNvfxskMPWJj-8K9B_Se1FP9qSrUjLfj7q_KKVoeDVsBu0toJg_th4kIFKI_arZ5NpIfOsILLhEiOGM0R-TFdWOqZqnUgHsBoAlV2z6Vt1G3ORx/w320-h182/IMG_0029.heic" width="320" /></span></a></div><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Miguel de Unamuno (1864-1936) fue
uno de los intelectuales más versátiles e influyentes en la primera mitad del
siglo XX, en toda Europa y en América. Escribió novela, poesía, ensayo
filosófico y divulgativo, teatro, obra en prensa. Fue el gran opositor a todo y
fue la voz de la crítica intelectual de este país y del régimen de la
Restauración. Representa todas las tensiones del país. De extensa cultura, leía
en muchas lenguas diferentes. Pero aunque cultivó muchos géneros, fue sobre
todo un gran poeta, quiso huir del sonsonete modernista tan propio de la
tradición de finales de siglo y quiso introducir las problemáticas románticas.
Los últimos sonetos que escribió recluido en su casa antes de morir son
verdaderamente intensos y alcanzan cotas del pensamiento muy interesantes. No
es casual que Luis Cernuda, poeta muy distinto a Unamuno, lo nombrara como uno
de sus antecesores, como alguien pionero en poner a la altura europea la poesía
española. </span></div><o:p></o:p></span></span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">San Manuel Bueno, mártir</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> se publicó en 1931<i>. </i>Tiene su génesis en una visita que
Unamuno hizo con unos amigos a la aldea situada en Sanabria, Villaverde de Lucerna,
y escuchar la leyenda que dice que en el fondo del lago de San Martín de
Castañeda hay una villa sumergida y que la noche de San Juan, a las doce de la
noche, se oyen las campanas de la iglesia. Unamuno se quedó muy impresionado
por esta leyenda y decidió ambientar esta novela corta, o relato alargado, en
junio de 1930. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En este relato, protagonizado por un
sacerdote que duda del más allá, Miguel de Unamuno construye una especie de
fábula religiosa sobre el problema de la invasión del nihilismo en la vida
moderna. <i>San Manuel Bueno, mártir </i>cuenta
la historia de un cura de pueblo, Manuel Bueno, que durante mucho tiempo ha
mantenido unida una comunidad con sus palabras, con sus obras de caridad y con su alegría, pero que guarda un secreto.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Está contada en forma de confesión
por parte de una vecina de ese pueblo, Ángela de Carballino, su discípula, que
pone por escrito la palabra viva de ese religioso, que sabemos desde el
principio que ha muerto y que el obispo de la provincia ha iniciado los
trámites para su beatificación. Angela es una buena lectora, conoce el <i>Quijote</i>, a Calderón, los cuentos de
Bertoldo. Hay un concepto importante en la cosmovisión de Unamuno que es el de
la “intrahistoria". Mientras que en la historia los acontecimientos se
producen en la superficie del agua, hay en el fondo de los pueblos algo más
quieto que es lo que anima la vida de los campesinos y de las culturas que
forman una nación.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La novela es una fábula religiosa,
propiamente un evangelio: Ángela, la evangelista y Manuel Bueno, una especie de
Jesucristo moderno. Y está llena de simbología: los nombres: Manuel, Blasillo,
Lázaro; esa iglesia sumergida en el lago, cuyas campanas suenan la noche de San
Juan, y que representan el fondo inmutable de la espiritualidad del pueblo; las
ruinas de una vieja abadía cisterciense. De don Manuel, se destaca su gran
poder espiritualidad y su voz, viva, y cómo encandilaba al pueblo en las homilías
con su voz. Pero en el momento de rezar el Credo, don Manuel callaba: <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> “Y al llegar a lo de
“creo en la resurrección de la carne y la vida perdurable”, la voz de don
Manuel se zambullía, como en un lago, en la del pueblo todo, y era que él se
callaba.”</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Luego aparece otro personaje,
Lázaro, el hermano de Ángela, que es un liberal descreído, y será quien
descubra el secreto de don Manuel. Es un emisario de la modernidad y no va
poder convencerle de las bondades de la religión. Quiere llevarse a su hermana
y a su madre a la ciudad porque a su juicio la aldea embrutece. Don Manuel le
confiesa que se limita a mantener la ilusión de sus feligreses para ayudarles a
llevar la vida de la manera más apacible y aliviarles el dolor. Don Manuel no
ha creído nunca, pero lo extraordinario es que Lázaro, al saber que don Manuel
no cree, se convierte a su credo, sufre una transformación espiritual, percibe
algo en el cura que no cree, pero que quiere mantener con vida la fe del
pueblo, algo que es más espiritual de lo que esperaba; de ahí la simbología de
su nombre. La resurrección supone un despertar del espíritu, otra forma de
entender la vida humana. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Aquí, tenemos que a partir de una
herencia religiosa que se ha ido transformando hasta verse cercada por la
amenaza del nihilismo, ya cada vez es más difícil mantener en pie las creencias
seculares, la creencia en el más allá. Podemos hablar de una vuelta a la fe, de un revulsivo cristiano que vuelva a
dotar de sentido la vida espiritual. Es lo que ocurre en el seno de esta novela
y en general en toda la obra de Miguel de Unamuno. No tuvo una relación sumisa
con el cristianismo, su obsesión fue la muerte y el concepto de fe en Unamuno
coexiste siempre con la duda. San Manuel quiere, pero no puede creer. <i><o:p></o:p></i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">
</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El protagonista de esta novela acaba
siendo una especie de nuevo Cristo para un tiempo sin Dios. Él está consumido
de dolor y de vacío pero quiere mantener viva la ilusión de sus feligreses.
Esta ausencia de fe ha renovado la fe en la vida. <i><o:p></o:p></i></span></span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGN6ehDJyT6mTohc8V48RjFEwHI8aOUE9ilvKssyoBJYIPULDfVeckBLm9SolUcal_WSNrH0RCjRTEH233U1pRLE0ZaK-ixGKHG5-WDykkHoaob8WBsUb3GWs_AJvNzquXh0gj5Zyexp74DqeeRx8o80gs2U0qPL24ZVy_V1ASmmgYfuh8KfSGpNg9/s3646/IMG_0030.heic" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="3646" data-original-width="2749" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGN6ehDJyT6mTohc8V48RjFEwHI8aOUE9ilvKssyoBJYIPULDfVeckBLm9SolUcal_WSNrH0RCjRTEH233U1pRLE0ZaK-ixGKHG5-WDykkHoaob8WBsUb3GWs_AJvNzquXh0gj5Zyexp74DqeeRx8o80gs2U0qPL24ZVy_V1ASmmgYfuh8KfSGpNg9/w151-h200/IMG_0030.heic" width="151" /></a><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"> </span></p><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-54206900017615499552023-04-19T09:45:00.010-07:002023-04-19T10:01:38.379-07:00"Siddharta", de Hermann Hesse<p> </p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Novela y espiritualidad. 14 de abril de 2023.<i> <o:p></o:p></i></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Siddharta,</span></i><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> de Hermann Hesse<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">María Tausiet.<o:p></o:p></span></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCli2Mbd2Ci4memiqb4tG_cHECpvMc0DpKYzUL6Mfvw2-4UMBfh0tj-DoR4RmboO_YDR6Lvx5SMTlGMmnQR6Q8bjztwmI15LsZvo88hu4kITh5MDP9XnBFAG7Dvfd170FRY_EW5NS5rKTyRjIqGMwL2uK7YW6z6uFMwIo0DCvixKUgjpA8onVQLvXP/s640/IMG_9690.jpg" style="background-color: white; clear: left; float: left; font-size: 16px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="485" data-original-width="640" height="243" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCli2Mbd2Ci4memiqb4tG_cHECpvMc0DpKYzUL6Mfvw2-4UMBfh0tj-DoR4RmboO_YDR6Lvx5SMTlGMmnQR6Q8bjztwmI15LsZvo88hu4kITh5MDP9XnBFAG7Dvfd170FRY_EW5NS5rKTyRjIqGMwL2uK7YW6z6uFMwIo0DCvixKUgjpA8onVQLvXP/s320/IMG_9690.jpg" width="320" /></span></a></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Siddharta,</span></i><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"> a pesar de su orientalismo y de su indiscutible
modernidad, no deja de ser un peregrinaje, un viaje de peregrino. La novela se
publicó en Berlín, en 1922, hace casi exactamente un siglo. En ese momento no
fue comprendida ni valorada, los críticos alemanes la tildaron de sentimental y
cursi. Fue en los años 60-70 cuando se disparó su popularidad, con la explosión
del movimiento contracultural, con otros clásicos de la cultura hippie como las
obras de Jack Kerouac, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En la carretera o
Los Vagabundos del Dharma.</i> Los jóvenes que leyeron la novela quedaron
fascinados, supuso un principio de liberación ideológica; pero han pasado
tantos años que quizá ahora su lectura podría resultar simple o ingenua. Más
allá de las modas culturales, estamos ante una obra clásica donde las haya, una
auténtica joya literaria.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Este “cuento indio” (subtítulo de la novela) se presenta
como una fábula sencilla, pero sus significados son inabarcables. Con su
minimalismo apunta constantemente a lo esencial, escrita en una prosa poética
depurada que se lee con facilidad aunque admite lecturas infinitas. En palabras
del poeta dadaísta, Hugo Ball: <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“Asume
en su estilo los ejercicios del yoga; su lengua está reducida al
esqueleto,su sintaxis muestra una dura privación que no se permite apartarse
de lo necesario, ni siquiera un poco.”</span></i><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"> (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hermann Hesse, su
vida y su obra.)</i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Hermann
Hesse (1877-1962) nació en el sur de Alemania, en Calw, una pequeña ciudad de
la Selva Negra. Su abuelo paterno, Carl Hermann Hesse, médico de profesión, era
pietista, amante de la naturaleza, vital, hombre de una religiosidad ingenua y
profunda. Su otro abuelo, Hermann Gunder, fue pionero del pietismo en Oriente y
se especializó en lenguas indostánicas. Los<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>padres de Hermann Hesse eran ambos profundamente religiosos. Su madre
había nacido en India. Este ambiente espiritual de la familia le llevó a un
polisincretismo entusiasta. Hesse llegó a afirmar que para diferentes personas,
hay diferentes formas de Dios. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Siempre se sintió unido a su madre, fue un niño hipersensible
y vehemente. En sus diarios destaca como virtud la obstinación, lo que le llevó
a luchar por su vocación, que era la de ser escritor. A los 15 años abandonó
los estudios de Teología y fue autodidacta a base de numerosas lecturas. A los
19 aparece su primer poema en una revista. La novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Peter Camenzind</i> se publicó en 1904, a los 26 años, y lo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>consagró como escritor. </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Rasgos de la<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>biografía de Hermann Hesse que resultan decisivos y se reflejan en la
novela:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Su
autodidactismo consciente. Constante autoanálisis, necesidad de autoafirmación
y de reconocimiento.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Ansia de
contacto con la naturaleza (las montañas eran para él su única patria). Respeto
por toda la creación. Dedicó un libro a San Francisco de Asís.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Viajes a
Oriente. Interés por lo oriental, el budismo, el taoísmo, aunque no se
identifica con ningún credo, los abraza a todos. La atracción por las
filosofías orientales se nutre con las lecturas de Goethe y de Schopenhauer,
así como el descubrimiento de la Teosofía. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Su
sensibilidad hacia los opuestos. lo apolíneo y lo dionisíaco: la razón y la
emoción. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-list: Ignore;">●<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Su estilo
destaca por su contención. Por cautela y por su forma de vivir la
espiritualidad. Predomina la sutileza.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Siddharta<o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Novela alegórica, fácil de leer, popular; sin embargo,
admite distintas lecturas. Su autor supo volcar su recorrido vital de forma
simbólica o mitológica. El libro tiene doble dedicatoria, a dos sabios: Roman
Rolland, novelista y estudioso del hinduismo. A él le dedica la primera parte,
centrada en la adolescencia y juventud del protagonista. La segunda se centra
en la madurez y en la vejez y la dedica a su primo, Wilhelm Gunder, experto en
literatura budista.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Se ha
dicho que <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Siddharta</b> supone un
acercamiento legendario al conflicto con el padre; una superación armónica del
ambiente teológico que vivió Hesse en su familia y una exaltación de la
autoeducación.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El protagonista de esta breve novela es hijo de brahmanes
importantes, miembros de la casta superior y desde niño estaba destinado a ser
sacerdote. Un día abandona la casa del padre al comprobar que la religiosidad
reglamentada no satisface sus ansias de verdad. Se une a un grupo de samanas,
peregrinos ascetas, junto a su amigo Govinda. Pasan tres años con ellos, se
cubren con humildes ropas, ayunan, retienen la respiración, superan el dolor
físico y aprenden a ensimismarse; pero al acabar cada experiencia, Siddharta
siente de nuevo el dolor de ser un yo y piensa que en realidad no ha avanzado
nada. Comunica al maestro que ha decidido marcharse. Va en busca de Gotama
Buda, de quien se dice que ha encontrado el verdadero camino. Los dos amigos
escuchan las doctrinas del maestro, pero mientras Govinda decide seguir a Buda
para siempre, Siddharta comprende que no es por la doctrina (resultado de la
experiencia de otro) por donde se llega a la plenitud, sino por una intuición
personal y única. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Siddharta
continúa su camino y nota que ya no es un joven, no puede creer en más
doctrinas, se pone “en marcha hacia sí mismo”. Comienza la segunda parte del
libro con un despertar, el mundo y la naturaleza le parecen más hermosos.
Encuentra a una joven cortesana, Kamala, y a ella le pide que le enseñe el acto
del amor.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ella le pregunta qué sabe
hacer y Siddharta siempre responde lo mismo:<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">“Sé
meditar. Sé esperar. Sé ayunar.”<o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Lo ve con harapos y le dice que tiene que volver con
buenas ropas y trabajar para un mercader. Se convierte en discípulo de Kamala.
Samsara representa el ciclo de nacimientos, reencarnaciones o repeticiones,
ciclo o rueda del ascetismo pero con un ritmo lento porque las costumbres fijas
impiden avanzar. Aprende a usar su poder, a disfrutar de los sentidos, cada vez
más parecido a los demás; pero decide abandonar su casa, la ciudad y a Kamala a
los 42 años. Ella está embarazada.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Siddharta
sigue andando pero todo le resulta vacío, como sin sentido y entra en
depresión. No puede regresar, se encuentra con Govinda, al que hace muchos años
que no ve. Trabaja como aprendiz del barquero Vasudeva, quien lo recibe y le
explica que todo lo ha aprendido del río. Pasan años juntos. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Son raras las personas que saben escuchar
de verdad”. </i>Vasudeva es uno de ellos. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Cuando viven con el hijo de Siddharta, el barquero insiste
en que está obligando al niño a vivir como ellos, cuando viene de otro modo de
vida, en la ciudad. Según Kamala, Siddharta está sintiendo un amor ciego por su
hijo, una paciencia extrema y se deja humillar por él. El niño se escapa, le
dice que lo odia, El padre busca en la ciudad a su hijo y se da cuenta de que
el apego a su hijo será inútil. Luego encuentra al barquero y ambos regresan
juntos a la cabaña del bosque. Pasan los años y por más que intenta recuperar
la calma, le sigue frustrando que su hijo lo haya abandonado. Se ve a sí mismo
en el agua del río contemplando el río y ve la imagen de seres importantes en
su vida. Ha aprendido a escuchar. El barquero decide morir en el bosque.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Siddharta ya anciano se reencuentra con su amigo Govinda.
Siddharta le dice que es mejor encontrar que buscar. Le explica su propia
doctrina: sus maestros han sido: una prostituta, un mercader, un anciano
barquero y el propio río. Dice que los conocimientos se pueden transmitir pero
la sabiduría, no. Insiste en la incapacidad de las palabras para transmitir el
sentido secreto de las cosas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El capítulo final sugiere una apoteosis, una metamorfosis.
Govinda piensa que el discurso de su amigo es extraño y casi ridículo, aun así
siente una paz y dulzura enorme. Quiere que siga hablando pero él calla y le
pide que le bese en la frente. Es entonces cuando sucede algo extraordinario:
una teofanía: una manifestación de la divinidad. Mientras él mismo intentaba
imaginar lo que explica Siddharta, <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">“Dejó de
ver el rostro de su amigo Siddharta y contempló otros muchos, una hilera
enorme, un río de rostros, cientos, miles de caras que llegaban y pasaban,
aunque parecieran estar todos allí al mismo tiempo; miles de caras que se
transformaban y se renovaban incesantemente y que, sin embargo, eran todas
Siddharta.”<o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Ante una sonrisa tenue, sabia y múltiple, como la de Buda.
Govinda se inclina con una especie de veneración. Así termina el relato.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimhJILlcOXeUiFxTVhUC5jcpxHMM8BtQubxaJpmOlWsiUmOAXXsMRWcXL78gb91qCozUsKm_VgWqw0IzAEFPMmL7rezJfX1AZGWImDOaXSY7SBvQWO7IOtuG8WeSkkAkNGuaELkPhgWH-DgVEk4-bg-_r-9LWHIiqPxbSHmcnABCbsg1INPv-3yfZ7/s3861/IMG_0010.heic" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="3861" data-original-width="3022" height="305" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimhJILlcOXeUiFxTVhUC5jcpxHMM8BtQubxaJpmOlWsiUmOAXXsMRWcXL78gb91qCozUsKm_VgWqw0IzAEFPMmL7rezJfX1AZGWImDOaXSY7SBvQWO7IOtuG8WeSkkAkNGuaELkPhgWH-DgVEk4-bg-_r-9LWHIiqPxbSHmcnABCbsg1INPv-3yfZ7/w238-h305/IMG_0010.heic" width="238" /></span></a></div><span style="font-family: verdana;"><br /><br /><o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La novela de Hesse es una búsqueda, propone un paraíso para alcanzar en esta vida y no en un más allá. Busca una forma de liberarse del sentido literal de la fe, superar las ideas de pecado. Encontró en la mitología hindú y el budismo las mejores inspiraciones para esta novela inigualable.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><br /></div><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-62191953830851744842023-03-30T10:42:00.002-07:002023-03-30T10:47:39.269-07:00"Extrañas", de Guillermo Arriaga<p> </p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: verdana;"><i>Extrañas, </i>novela de Guillermo Arriaga</span></p><p></p><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRldlbe3ftI_1RDKJGr-3k-wHLp21zU3OnR_BDJRff6eQzoXpMFO1uSCPO0o0es7Wxw2aHH7zU6sMFSRlfDvmHqc81VI6T2bbXKNa-qzHT7WhxrfE0DG9xeSGLPmgitFiYef-vthRKWLOMR2z4Yd_4VM0EflJzcR0dbSO0qE-Lb1SXMWebyVMzImCB/s4032/IMG_9668.HEIC" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="color: black;"><img border="0" data-original-height="4032" data-original-width="3024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRldlbe3ftI_1RDKJGr-3k-wHLp21zU3OnR_BDJRff6eQzoXpMFO1uSCPO0o0es7Wxw2aHH7zU6sMFSRlfDvmHqc81VI6T2bbXKNa-qzHT7WhxrfE0DG9xeSGLPmgitFiYef-vthRKWLOMR2z4Yd_4VM0EflJzcR0dbSO0qE-Lb1SXMWebyVMzImCB/s320/IMG_9668.HEIC" width="240" /></span></a></div><br /><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Editorial
Alfaguara<br /></span><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Narrativa
Hispánica<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Penguin
Random House<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Primera
edición: febrero de 2023</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Guillermo Arriaga (Ciudad de México,
1958) ha escrito una obra singular, una novela torrente, cuya trama avanza sin
apenas cortes ni otro tipo de obstáculos; un libro de esos en los que entras y te atrapa en cada página con
un imán imaginario. Lo elegí como lectura para un largo viaje en tren, seis
horas para adentrarme en la vida de William Burton, el joven noble protagonista
y narrador. Un viaje así es un paréntesis, un lapso donde todo se detiene salvo
la lectura, que fluye en suave vaivén mientras las nubes desfilan por el cuadro
de la ventana y yo me asomo a la Inglaterra de 1781.<o:p></o:p></span></span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> Un narrador en primera persona rememora sus
años de juventud, desde que al cumplir los quince años, su padre le ordena,
como parte de su formación, recorrer todas las aldeas del territorio. Se trata
de William Burton, quien en compañía de Peter, el administrador de la
propiedad, inicia una travesía para “hacerse respetar” por los súbditos de la
dinastía. Pero un giro inesperado va a cambiar el sentido de toda la narración:
la aparición de criaturas tratadas como bestias entre los “villorrios” que debe
visitar el futuro heredero. En una primera referencia al título, aparece el
sintagma <i>“gente extraña”</i>. Son seres
humanos atados entre animales, seres con poca o nula capacidad para
comunicarse. <i>“Son cinco, William, tres
machos y dos hembras”.</i> El efecto que causa en William este descubrimiento
va a ser el detonante de toda la historia. Y es que el joven heredero pierde
todos sus privilegios por la firme decisión de convertirse en médico para
ayudar a los “engendros”, a esas criaturas deformes. Inicia entonces un camino
de aprendizaje de la vida y ahí nos situamos los lectores ante nuestra propia
naturaleza, nuestros prejuicios y miedos ante lo que no consideramos como
“normal”. Pero no se trata solo de eso,
hay más de una novela ahí dentro. Porque es una novela histórica, una novela de
aventuras, una novela sobre la evolución de la ciencia, la farmacia y la
medicina; sí, pero además es un extraordinario ejercicio lingüístico y de estilo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> Y
es que la novela sorprende ya visualmente porque en sus 489 páginas tan solo
hay 75 puntos y muy pocos puntos y aparte. Así aparece un torrente de letras y
frases sin otra cesura que las comas. La explicación a esta singularidad
intencionada la da el propio Arriaga en un hilo de twitter del día 7 de marzo,
donde señala el <i>“afán de hacerla sentir
como si fuera una obra escrita en el siglo XVIII” </i>y describe las reglas que
se impuso:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">1. primera, suprimí el uso del "que" y sus
derivados "qué", "porque", "por qué",
"aunque" ello me obligó a reestructurar la forma de construir las
frases y por ende, hacerlas sentir como si pertenecieran a otra época; en el
siglo XVIII se escribía de seguido, sin el relativo “que” y sin la conjunción
“aunque”.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">2. segunda, prescindí de todo adverbio terminado en
"mente" (únicamente, solamente, etc.), eso me obligó a darle vuelta a
las frases para darle sentido de <span style="background: white;">época; <o:p></o:p></span></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">3. en
tercer lugar, elegí redactar largos párrafos en los cuales las frases las
separaran comas y no puntos y seguido, con eso intenté brindarle una cadencia y
un ritmo cercano a la prosa dieciochesca; <o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">4. por
último, resolví solo usar palabras acuñadas antes de 1790, con la ayuda del
diccionario Enclave RAE, de la @RAEinforma, pude saber cuándo se utilizó por
primera vez una palabra, en dónde y cuándo se registró en el primer diccionario
de la RAE en 1780. Esta regla implicó descartar cientos de vocablos y fue
necesario buscar sinónimos o palabras de la época cuyo significado fuese lo más
semejante posible a la palabra suprimida. <o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En una
novela donde la ciencia y la medicina son fundamentales, fue laborioso dar con
aquellas palabras precisas para indicar lo expresado. Doy ejemplo de algunas
palabras eliminadas: <o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 36pt; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">optimista,
pesimista, torso, consultorio, apasionante, asfixia, indiscutible, paralizado,
laboral, sinsentido, embriagante, rigor mortis, pelvis, motilidad, desafiante,
veterinario, vertebral, escalpelo, estrategia, atrofiar, agresivo, trayecto,
emerger, abrupto, desorientado, malformación, incuestionable, pálpito,
excepcional, estertor, control, fiasco, evaluar, gestación, emocionante,
macabro, colapso, normalidad, bosta, rictus, borborigmo, succionar, banal,
táctil, regusto, estropicio, autonomía, esquelético, culminante, respiratorio y
cientos más.”</span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Por si todo esto nos pareciera poco,
el resultado es que topamos un glosario de términos cuyo significado nos vemos
impelidos a averiguar, aunque podemos
inferirlo muchas veces por el contexto. Si bien algunos lectores consideran que
añadir el glosario a la edición hubiera facilitado la tarea, los editores renunciaron,
pienso que acertadamente.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> Para
muestra de la riqueza de vocabulario que contiene la novela, por aquí dejo
algunos ejemplos de términos singulares: <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">apoteca, cárcava, cadejo, fárrago, hesitación, bienquisto,
probidad, facundia, perspicuidad, subsecuente, venático, túmidas, égida,
tendejones, jayán, abrojo, ludibrios,... </span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Uno de los preceptores de William
que fomenta en él el ansía de conocimiento y el pensamiento crítico, Ryan,
sentencia algo muy interesante sobre el lenguaje: <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">“<i>El
lenguaje es una faca filosa capaz de rebanar la realidad para asomarnos al
fondo de las cosas, lee en voz alta y de improviso, pon una palabra tras otra
hasta hallar su significado oculto.”<o:p></o:p></i></span></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Es exactamente lo que hemos hecho el autor y los lectores.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Guillermo Arriaga (Ciudad de México,
1958) obtuvo el premio al mejor escritor en el Festival de Cine de Cannes por <i>Los tres entierros de Melquiades Estrada</i>
y en 2020 ganó el Premio Alfaguara de novela con <i>Salvar el fuego. </i>Ha publicado las novelas <i>Escuadrón Guillotina </i>(1991), <i>Un
dulce olor a muerte</i> (1994), <i>El búfalo
de la noche</i> (1999) y <i>El Salvaje </i>(2016),
Premio Mazatlán de Literatura 2017. En 2021, Alfaguara México publicó una nueva
edición de su libro de cuentos,<i> Retorno
201</i>. <o:p></o:p></span></p><p style="text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p><br /></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-79929402524045813722023-02-21T21:08:00.005-08:002023-02-21T21:09:50.226-08:00“Pues dime, ¿cómo andas en asuntos de religión?”: La Biblia en Goethe<p> </p><p style="text-align: right;"></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">La
Biblia en la literatura occidental. La Biblia para agnósticos. </span></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">16 de febrero de
2023.<i> <o:p></o:p></i></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;"><i>“Pues
dime, ¿cómo andas en asuntos de religión?</i>”: La Biblia en Goethe<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">Marisa
Siguán.<o:p></o:p></span></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p></p><p style="text-align: justify;">
</p><h4 style="background: white; break-after: auto; line-height: 200%; margin-bottom: 23.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 23pt; mso-pagination: widow-orphan; page-break-after: auto; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7SEsXO22b87WAiAgpcOzs0tA8tZcAlLzv278idr08Tl0MA0HXzAAgCXiYTyfygHmcvQFZitT7wxChxo7EAjLKa8GqPhRv4DGxvwtiAIJiqZuuKc9CBFVs7fM6ZYSYvjUkE1WmTBQiSTf1mBU3gVt0AyD5sjpEBQyHlN76DH-_d1VHMaYx-FduJlht/s2500/el-infierno-segun-dante_sandro_botticelli_-_la_carte_de_lenfer.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="1746" data-original-width="2500" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7SEsXO22b87WAiAgpcOzs0tA8tZcAlLzv278idr08Tl0MA0HXzAAgCXiYTyfygHmcvQFZitT7wxChxo7EAjLKa8GqPhRv4DGxvwtiAIJiqZuuKc9CBFVs7fM6ZYSYvjUkE1WmTBQiSTf1mBU3gVt0AyD5sjpEBQyHlN76DH-_d1VHMaYx-FduJlht/s320/el-infierno-segun-dante_sandro_botticelli_-_la_carte_de_lenfer.jpg" width="320" /></span></a></div><span style="font-family: verdana;"><span style="font-weight: normal;"><a name="_1capip3yuuic"></a></span><span lang="es" style="color: black;"><span style="font-weight: normal;">El título de la sesión es una cita, es la pregunta que le hace
Margarita a Fausto cuando él está seduciéndola, de hecho ya la ha seducido en
realidad; y en uno de sus paseos, le pregunta: “: Pues dime: ¿cómo andas en
asunto de religión? […] ¿Crees en Dios?</span><o:p></o:p></span></span></h4>
<p class="MsoNormal"><i><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></b></i></p><p class="MsoNormal"><i><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es"><br /></span></b></span></i></p><p class="MsoNormal"><i><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es">MARGARITA</span></b><span lang="es">: Pues dime: ¿cómo andas en asunto de religión? [...] Crees en<o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">Dios?<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><i><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es">FAUSTO:</span></b><span lang="es"> [...] ¿Quién puede nombrarlo?<br /><o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">¿Y quién confesar: Creo en él?<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">¿Quién podrá sentir Y tener el valor<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">De decir: no creo en él?<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">Ese que todo lo abarca,<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">Ese que todo lo sostiene,<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">¿no te abarca y sostiene<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">A ti y a mí y a sí mismo?<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">¿No se aboveda el cielo allá arriba?<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">¿No está firme la tierra acá abajo? [...]<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">¿No se miran mis ojos en los tuyos<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">Y no se agolpa todo<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">En tu mente y tu corazón<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">Tejiendo en un eterno misterio<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">Invisible y visible a tu lado?<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">Llena tu corazón con eso, por grande que sea,<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">Y cuando sumida en el sentimiento dichosa te
sientas,<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">Nómbralo como quieras.<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">¡Nómbralo dicha! ¡Corazón! ¡Amor! ¡Dios!<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">¡Yo no tengo nombres<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">para eso! El sentimiento lo es todo;<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">el nombre es ruido y humo,<o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><i><span style="font-family: verdana;">niebla que oculta el fuego del cielo.</span></i></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">V. 3415 – 3462. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">Trad. Elena Cortés Gabaudan, Abada,
Madrid 2010.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="es"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"> La respuesta de Fausto es bastante
vaga pero ya da un concepto de religión que nos iremos encontrando a lo largo
de las obras y la vida de Goethe, lo que se ha dado en llamar su <b>religión
natural</b>. Esto supone hablar de la religión en un autor muy longevo
(1749-1832), y a lo largo de su vida va forjando su idea de religión y de Dios.
Si atendemos a las cartas podemos encontrar respuestas contradictorias respecto
a la religión y al cristianismo. Ya de joven se dan polémicas sobre si es un
cristiano o un pagano. Por ejemplo, en una carta a Herder, de mayo del 75,
recién publicada su obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Werther, </i>insulta
toda la doctrina sobre Cristo como un “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">asunto
de mierda”.</i> <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En sus memorias, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poesía y verdad</i> (1816), habla de cómo
despierta su conciencia religiosa y la pone en relación con dos acontecimientos
aterradores de su infancia: uno es el terremoto de Lisboa, del año 55, y el
otro, una tormenta tremenda, con inundaciones en su casa, donde los niños pasan
mucho miedo. Esta es su primera experiencia religiosa, que es de terror. Pero
rápidamente recupera la confianza y prevalece esta ante el miedo. Así,
podríamos decir que la religiosidad de Goethe es una religiosidad natural, no
especulativa, que surge del instinto natural del ser humano y que tiende a
contemplar al ser humano como criatura y a la naturaleza como creación. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Goethe diferencia el cristianismo
basado en el poder de la Iglesia, regido por dogmas, de un mensaje más puro de
los Evangelios. Su religiosidad y sus investigaciones científicas no se
contradicen sino que se condicionan y se complementan. No olvidemos que su
concepto de religión se forma en la época de la Ilustración y el
prerromanticismo. Vive una época donde la explicación teológica ya no es
suficiente, donde la visión teológica del mundo se hunde, el ser humano se
independiza. Es crítico con la ortodoxia religiosa pero sí mantiene todos sus
ritos. Hay tres elementos concretos de la religión con los que tenía problemas:
con la simbología de la cruz y la apología del sufrimiento; el segundo elemento
era el pecado original, le parecía una humillación de la creación; en tercer
lugar, la trinidad le parecía una blasfemia respecto a la unidad de Dios. Pero
Goethe, poco antes de morir, llegaba a un cristianismo cada vez más de
convicción y de acción. Y surge su conciencia más allá de la vida.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El 4.2.1829 le dice a Eckermann:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El convencimiento de nuestra perduración me viene del
concepto de actividad, pues si actúo sin pausa hasta mi fin, la naturaleza está
obligada a señalarme otra forma de ser si la actual no consigue resistir ya a
mi espíritu.</span></span></i></p>
<h4 style="background: white; break-after: auto; line-height: 200%; margin-bottom: 23.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 23pt; mso-pagination: widow-orphan; page-break-after: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><a name="_u3w54n9xss7j"></a><span lang="es"> <span style="font-weight: normal;"> </span><span style="font-weight: normal;">De todo ello
deriva la idea de que debe existir una pervivencia más allá de la muerte. La
acción sería un impulso importante y después la mirada sobre el mundo, la
contemplación, no como algo pasivo sino como manera de entablar una relación
mutua con el mundo y con los objetos. Algo así como una religión de la mirada. </span><o:p></o:p></span></span></h4>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span></span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Goethe conoce la Biblia
perfectamente, admira la traducción de Lutero, es un lenguaje muy coloquial, la
utiliza como un baúl de los tesoros de historias y referencias que utiliza y
cita. Goethe utiliza esta tradición y, aunque <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fausto </i>(1833) es una obra que le acompaña toda su vida, en 1808 ya
le incluye dos prólogos. En el segundo prólogo, situado en el cielo, aparece
Mephisto con sus quejas: “El ser humano, para él, es un error de la Creación”.
El dios de este prólogo sigue la vía de la demostración y apuesta con Mephisto
que se pueda demostrar la validez de la creación. Está desasosegado, es alguien
que siempre está insatisfecho, intranquilo, desasosegado, “unruhig”. Anhela la
inclusión en la totalidad y busca lo que mantiene unido al mundo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Monólogo de Fausto: <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">A ver si al fin conozco lo que el mundo <o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">En su más hondo interior tiene encerrado, (qué es lo que
mantiene unido el mundo) <o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">A ver si veo la fuerza productora y la semilla <o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Y ya no necesito seguir removiendo palabras</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">. V 382-385</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Decide suicidarse, pero oye unos
coros pascuales cantando y, emocionado, desiste del suicidio. Se va de paseo y
al volver a su estudio, se pone a leer la Biblia y aquí hace un cambio
fundamental, porque traduce una palabra por otra. Para traducir “logo”, rechaza
“sentido”, rechaza “fuerza” y con esto destruye la relación entre palabra,
vida, luz, cristo que abre el Evangelio según San Juan.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">Escrito está: “En el principio era el Verbo”. <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">Ya me tengo que parar. ¿Quién me ayuda a seguir? <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">Me resulta imposible darle tanto valor al Verbo, <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">tengo que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>traducirlo
de otra manera, <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">Si es que el espíritu bien me ilumina. <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">Escrito está: “¡En el principio era el sentido!” <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">Medita bien esta primera línea <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">Y que no se precipite tu pluma. <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">¿Es acaso el sentido el que todo lo obra y lo crea? <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">Debería poner: “¡En el principio era la fuerza!” <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">Pero mientras escribo esto también <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">Hay algo que me avisa de que no pare aquí. <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i><span style="font-family: verdana;">¡Me ayuda el espíritu! De pronto ya veo el consejo <o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><i>Y escribo confiado: “¡En el principio era la acción!</i>”</span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> v.1224 – 1237<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> <span> </span></span></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span><span style="font-size: 12pt;"><span> </span>Fausto se presenta como un caso de
individuo moderno que tiene que intentar encontrar un sentido a la vida. Fausto
cambia el sagrado texto original y asume que no puede entender el mensaje, se
determina a sí mismo por la acción. Y esta va a ser su divisa hasta el final.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><br /><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-32787841549989784942023-02-12T10:15:00.003-08:002023-02-12T10:25:58.154-08:00"El matarife", de Sándor Márai<p> </p><h2 style="background: white; break-after: auto; line-height: 138%; margin-bottom: 15.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 23.0pt; margin: 23pt 0cm 15pt; mso-collapsed-heading: yes; mso-pagination: widow-orphan; page-break-after: auto;"><span style="color: #111111; font-family: Times New Roman, serif;"><i><a name="_d2tqa5a9xwah"></a>El matarife, </i>Sándor Márai</span></h2><div><h2 style="background: white; break-after: auto; line-height: 138%; margin: 23pt 0cm 15pt; text-align: right;"><span lang="es" style="color: #111111; font-size: 12pt; line-height: 138%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="font-weight: normal;">Traducción de Mári Szijj y José Miguel González
Trevejo</span><o:p></o:p></span></span></h2></div><div><span lang="es" style="color: #111111; font-size: 12pt; line-height: 138%;"><span style="font-family: verdana;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdOvsWSF2qGfCqH53NQ5l7CFhKmrznl_2fugQZdUu88RqJEDExgeYTT3nbpxONi8aSbgsRMC5fVyLZBreSK0si-SuptQoPYXLyYPyR9bykKt3IhPJ0kLXialFEQ0efUEHSjJdmXsnpqX8jsj6HziZwPOq79jl5Ukj0Ha3vqlq_ry5lnJWDgcHbZsaX/s3911/IMG_9393.heic" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3911" data-original-width="2886" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdOvsWSF2qGfCqH53NQ5l7CFhKmrznl_2fugQZdUu88RqJEDExgeYTT3nbpxONi8aSbgsRMC5fVyLZBreSK0si-SuptQoPYXLyYPyR9bykKt3IhPJ0kLXialFEQ0efUEHSjJdmXsnpqX8jsj6HziZwPOq79jl5Ukj0Ha3vqlq_ry5lnJWDgcHbZsaX/s320/IMG_9393.heic" width="236" /></a></div><p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Narrativa.
Salamandra<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Penguin
Random House<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Abril,
2022.<o:p></o:p></span></p></span></span></div>
<p class="MsoNormal"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Sándor Márai (1900-1989) es autor de
una extraordinaria serie de novelas, entre las que destacan en nuestra memoria <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El último encuentro </i>o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La mujer justa</i>, ambas fechadas a
principios de los años 40. La editorial Salamandra ha publicado también <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La herencia de Eszter, Divorcio en Buda, </i>y
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El amante de Bolzano,</i> así como su
autobiografía <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Confesiones de un burgués. </i>En
abril de 2022, la colección narrativa Salamandra volvía al autor y publicaba
como ópera prima de Márai esta novela breve titulada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El matarife.</i> <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La novela narra la vida de Otto
Schwarzl, ya marcada por la violencia desde antes de nacer, contada una voz
fría y a veces cargada de un humor negro que desnuda las pulsiones del
personaje. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Nació a los diez meses y con
dientes”.</i> Otto aparece ocasionalmente descrito con trazos de caricatura:
torpe, grandote, bobo, indolente; pero el humor negro se tiñe otras veces de
ternura en la voz de este inquietante narrador: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Cantar no sabía, pero desgañitarse le generaba un evidente placer que
lo conducía a un éxtasis febril y se entregaba a ello con todo su voluminoso
cuerpo y toda su alma.”</i><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El punto de partida para armar todo
el relato biográfico es un episodio de la infancia donde presencia el
sacrificio de un buey que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“le quedó
grabado como el recuerdo de un triunfo jubiloso. Lo embargó una turbia
satisfacción ...por el hecho de matar que se reveló como un acto
incondicionalmente positivo.” </i>Y a los veinte años expresa su deseo de ser
matarife. Otras pulsiones primitivas también ayudan a completar las piezas para
el devenir del orgulloso carnicero; así, la falta absoluta de emociones que
fueran más allá de un macabro sentido del deber, de veneración irracional por
la patria lo convierten en<span style="background: white;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="background: white; mso-highlight: white;">“un cuerpo enorme que respiraba
sin apenas ideas ni sentimientos”</span></i><span style="background: white; mso-highlight: white;">. <o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El paisaje de fondo del relato es la
Primera Guerra Mundial, concretamente la crueldad del frente servio, y el
proceso de deshumanización que deja en el protagonista, acusado por el
ministerio fiscal de muy graves delitos. El narrador nos conduce por un proceso
de indagación sobre su vida (con mayor escrupulosidad su vida anterior a la
guerra) que está llevando a cabo el fiscal del Estado prusiano a través de
interrogatorios a varios testigos. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Una vez más la literatura se ha
mostrado caprichosa conmigo porque al hilo de la lectura sobre Otto, se obró
una prodigiosa revelación: esta historia me sonaba, y una lectura, una vez más,
me llevaba a otra. Y es que es el propio Sándor Márai quien devela el germen de
este personaje, o al menos así lo he interpretado al releer </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Confesiones de un burgués,</span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> autobiografía publicada en 1935, cuya
primera parte se nutre de recuerdos luminosos de su infancia.
Entre esos recuerdos aparece uno de sus tíos maternos: el tío Dezsö.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El tío Dezsö nació sin duda para ser carnicero. De pequeño
ya jugaba a carnicero con sus hermanos menores y con los hijos de los
trabajadores del taller de su padre. Dezsö reunía a todos los niños en un
rincón del patio, los obligaba a quitarse la ropa, les echaba sal sobre la
espalda y las nalgas y luego hacía como si los trinchara y los desmenuzara con
un cuchillo robado de la cocina.</span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El matarife </span></span></i><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">es una novela muy breve, de apenas cien páginas, de esas que
se suelen leer de un tirón, y te dejan con la sensación de haber cerrado una
historia más. Pero la experiencia de esta lectura ha sido diferente, tal vez
por el hallazgo azaroso del tío Dezsö, que volvió a mi recuerdo al oír la voz
del narrador de esta primera novela de Márai. Leída de un tirón, sí; pero eso
de cerrar una historia más, nada de nada. Ahí sigue dando vueltas, instalada en
el cerebro. Porque cuando crees que ya la has olvidado, de pronto las noticias
vuelven a la actualidad. un nuevo feminicidio, otra mujer, una más, en una
sangrienta lista que nos asalta desde principios de año, de este y del
anterior, y del otro y del otro…y del otro.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-54453913787765271362023-01-26T11:12:00.005-08:002023-01-26T11:12:49.134-08:00Dante: una lectura pagana de la Biblia: Eneas y David.<p style="text-align: right;"> </p><p style="text-align: right;"><br /></p><p style="text-align: right;"></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">La Biblia en la literatura occidental. La Biblia para
agnósticos. </span></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">12 de enero de 2023.<i> </i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiY4M2aWiojOCNeyb-Dj3wpNkHNXWJsj-Ursjjho_Dxncas0-ZSExwmFmMWauIL-Fxs20zh69xq2WIkcVeysZ6CpuBDWLZkhpwNlVu7AofwG1F-PLpt9Z09oJtWs5WNlMR27q6BvHFQEhtsmSb9jm36zEq65zwJnm1JbodQpVINGJ4RXoWFj_gZ_7mZ/s1831/IMG_9278.heic" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; font-size: 16px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="1377" data-original-width="1831" height="241" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiY4M2aWiojOCNeyb-Dj3wpNkHNXWJsj-Ursjjho_Dxncas0-ZSExwmFmMWauIL-Fxs20zh69xq2WIkcVeysZ6CpuBDWLZkhpwNlVu7AofwG1F-PLpt9Z09oJtWs5WNlMR27q6BvHFQEhtsmSb9jm36zEq65zwJnm1JbodQpVINGJ4RXoWFj_gZ_7mZ/s320/IMG_9278.heic" width="320" /></span></a><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 12pt;"><span style="font-family: verdana;">Raffaele Pinto.</span></span></p><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La Biblia es una referencia ineludible para cualquier
escritor de nuestra tradición literaria y cultural. Uno de ellos es Dante
(Florencia, 1265), con quien abrimos este ciclo. Es constante la presencia de
la Biblia en él. He escogido un tema que puede tener interés porque nos abre
una ventana sobre la formación intelectual de Dante, sobre cómo llega a la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Divina Comedia.</i> Empezó a escribirla
alrededor de 1306-07, cuando tenía ya más de 40 años. Pero, ¿cómo se le ocurrió
escribir esta obra extraordinaria? Tiene un gran interés saber cómo se va
formando en su cabeza este proyecto tan enorme, cómo se va gestando poco a
poco.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Entramos en materia a partir de los versos del II canto
del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Infierno</i> 10-33.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>Si recordamos el primer canto,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>Dante se ha perdido en una selva oscura
e intenta salir pero hay tres fieras que se lo impiden y entonces acude en su
ayuda un espíritu del más allá, Virgilio. La selva representa los males de la
humanidad, y el poeta le dice que debe hacer un viaje al más allá, por el
infierno, el purgatorio y el paraíso. Virgilio le anticipa que para salir de
allí debe recorrer las tres zonas. La primera reacción de Dante es de miedo,
reacciona con sorpresa y espanto a este proyecto que le propone Virgilio. Y
entramos ahora en este segundo canto, cuyo inicio dice así:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 84.7pt; margin-right: 0cm; margin-top: 9.95pt; mso-pagination: none;"><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt;">Infierno</span></i></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt;">,
II 10-33 <o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 84.7pt; margin-right: 0cm; margin-top: 9.95pt; mso-pagination: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.3pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">Yo comencé: «Poeta que me guías, <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.25pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">mira si mi virtud capacitada <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.35pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">antes de meterme en esta empresa. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.1pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Tú afirmas que de
Silvio el padre fue, <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.35pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">con su cuerpo de carne, al inmortal <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.65pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">siglo y que fue con sus vivos sentidos. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.1pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Mas si de todo mal el
enemigo <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.3pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">le dio tal privilegio, si se piensa <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.3pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">lo que saldría de él, y el quién y el cuál, <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.1pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nadie se extrañará,
si bien razona, <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.25pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">ya que de Roma fue y de su imperio <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.35pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">el padre, como quiso el Rey del cielo: <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.1pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la cual y el cual,
para decir verdad,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.65pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">se establecieron como santa sede <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.4pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">de aquellos que a Pedro sucedieron. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.1pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por este viaje, que
tanto celebras, <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.35pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">escuchó cosas que motivo fueron<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.4pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">de su victoria y del papal oficio. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.1pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Luego fue allí el
Vaso de elección <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.15pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">para fortalecer aquella fe <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.35pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">que fue principio y vía de salvación. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.1pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Mas yo, ¿para qué ir
o quién lo quiere? <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.2pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">No soy Eneas yo, ni yo soy Pablo; <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 85.25pt; mso-pagination: none;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">ni yo ni nadie cree que tanto pueda. <o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 41.0pt; margin-top: 11.1pt; mso-pagination: none; text-align: right;"><span lang="es"><span style="font-family: verdana;">[Trad. Raffaele Pinto, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Divina Comedia</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Infierno</i>, Edición anotada bilingüe, Akal, 2021] <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 41.0pt; margin-top: 11.1pt; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span lang="es"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"> Eneas,
el guerrero, viajó por un motivo providencial, tenía que fundar la ciudad de
Roma. Así, su viaje está muy bien justificado. San Pablo, el santo, también fue
al más allá con un motivo importante, y con su apostolado fortaleció la iglesia
que se estaba formando. Ambos tenían motivos fundamentales para este viaje al
más allá. Pero “¿yo? Yo no soy nadie”, dice Dante: </span><span lang="es"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mas yo,
¿para qué ir o quién lo quiere?</i> </span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Virgilio
le responde que una mujer le ha pedido que le ayude a salir de la selva oscura
y lo salve de las tres fieras. Un grupo de mujeres se preocupan por Dante: La
Virgen María, Santa Lucía y Beatriz. Esta última, después de hablar, lloró y
sus lágrimas convencieron a Virgilio. Es interesante esta contraposición entre
las dos grandes narrativas del ser humano: el mito o la religión. Dante
antepone las lágrimas de una mujer, el amor de una mujer, la poesía. Es la
Literatura. Dante ocupa el espacio que tenían el mito y la religión a través de
la poesía, de la Literatura. Así, a partir de Dante, la Literatura se convierte
en algo muy importante.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Dante ha puesto en el mismo plano a
Eneas y a San Pablo, como si tuvieran el mismo rango de realidad, como si
fueran dos personajes que se mueven en la misma dimensión histórica. Eneas es
un personaje de un poema, de Homero y Virgilio, un personaje novelesco,
literario, ficticio. En cambio, San Pablo es un personaje histórico, real. El
hecho de que Dante los ponga en el mismo plano implica que son traducibles el
uno en el otro, que ocupan el mismo rango de verosimilitud y de cultura
también. Dialogan entre ellos. Dante ha equiparado todo lo que viene de su
tradición, tanto lo que pertenece a la historia como lo que pertenece al mito,
la literatura. San Pablo y Eneas dialogan entre ellos. Dante se movía en una
perspectiva religiosa y cristiana. El paganismo era la mentira, la ficción. Sin
embargo, es un poeta pagano, Virgilio, quien va a ayudar a Dante de la selva
oscura; es una paradoja que sea él quien le explique cómo es el infierno, el
purgatorio y el paraíso cristiano. La Biblia aparece aquí en el mismo nivel que
el mito, que la literatura pagana. Hablar de la Biblia en Dante significa
preguntarnos qué relación existe entre estas dos figuras, dos culturas, dos
civilizaciones opuestas como si fueran una única tradición literaria. ¿Qué
relación tiene la Biblia con la Literatura clásica?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Dante
entra en política del lado de los autonomistas, contra el Papa, en 1301, que
con ayuda de Francia logra el poder en Florencia. Así, en 1302 comienza el
exilio de Dante. Escribe poesía pero también escribe tratados filosóficos: El <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Convivio </i>y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Elocuencia,</i> entre 1304 y 1306. Ambos se vieron interrumpidos por la
escritura de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Divina Comedia</i>. Los
herederos de Carlomagno tenían bajo su poder casi toda Europa. En Dante la idea
del Imperio está ausente hasta que escribe el<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Convivio.</i> El paso de una visión pluralista de la política, con
distintas formas de estado, a una visión centralizada, que es el Imperio.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Convivio, IV v <o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Queriendo la inconmensurable bondad
divina restaurar para sí a la criatura humana, que por el pecado de la
prevaricación del primer hombre se había desviado y deformado, se decidió en el
sumamente alto y unido consistorio de la Trinidad que el Hijo de Dios bajara a
la Tierra a restablecer esta concordia. Y puesto que, para su venida, se
requería que el mundo -no solo el cielo, sino también la tierra- estuviera en
la mejor disposición posible, la cual no es otra que la monarquía (es decir,
como se ha dicho antes, toda la tierra bajo un príncipe) por deliberación
divina se designó el pueblo y la ciudad que debía asumirla: la gloriosa Roma. Y
puesto que incluso era necesario que el seno del que el rey celestial debía
nacer fuera sumamente inmaculado y puro, se fundó una progenie santísima, de la
cual, tras muchos méritos, habría de nacer la hembra más perfecta de todas, que
sería el habitáculo del hijo de Dios. Tal progenie fue la de David, del cual
descendió María, gloria y honor del género humano. Por ello está escrito en
Isaías: “Nacerá un tallo de la raíz de Jesé, y una flor de su raíz brotará.
Jesé fue padre del mencionado David. Todo aquello, cuando David nació, ocurrió
al mismo tiempo en que se fundó Roma, es decir, según atestiguan las obras,
cuando Eneas vino desde Troya a Italia, dando origen a la ciudad romana. Ello
prueba suficientemente el carácter divino de la elección del Imperio Romano,
siendo la fundación de la Ciudad Santa contemporánea a la raíz de la progenie
de María. <o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">[Trad. Fernando Molina, Madrid,
Cátedra, 2005]<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Dante
ha puesto en paralelo la historia de Eneas, que iba a fundar Roma, con la
historia de la virgen María, que desciende de David. Así, Jesucristo no
hubiera podido nacer sin el Imperio Romano. Está sacralizando el imperio
romano, y es el fruto de la elección divina. Ha vinculado la encarnación de
Jesús con el Imperio; ha identificado el elemento pagano con el cristianismo.
Usa el discurso de la ley, del poder, de la Biblia, pero lo describe en función
del ideal político que ha madurado: el del imperio.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Dante busca una legitimación
religiosa a esta <o:p></o:p></span></span><span style="font-family: verdana; font-size: 12pt;">idea del Imperio; pero ¿de qué manera? en el plano histórico,
a través del Imperio Romano. Construye una imagen idealizada de Roma y de su
imperio porque ve la necesidad de un poder universal. La Biblia, la historia
religiosa, es leída a través de este ideal político.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><br /></div><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-65299489409699317222023-01-06T10:41:00.006-08:002023-01-06T10:41:41.741-08:00La degradación: "Desgracia", de J.M. Coetzee<p style="text-align: right;"> </p><p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt;"><span style="font-family: verdana;">Figuras
de la santidad moderna, 22 de diciembre de 2022.<i> <o:p></o:p></i></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: verdana;">La
degradación: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Desgracia, </i>de J.M.
Coetzee<span style="color: #333333;"><o:p></o:p></span></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: right;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt;"><span style="font-family: verdana;">Ignacio
Echevarría.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh91Sy3PDh4rHsQLJ_m3iwuTntxz65unTRBY0MdDo_O8FX4CCIVv6Mlx8K88zlojiJMvlgs51FLC8r_V_ZE3Wd99f2r9aHWaA5Ggoh3K-pBD30STWEP7bNX5DPc7O9vQdsrLF0k7xWdiFVnVPjX-5NxuDmwk8K60D2Gc76SJu03ic26gjg6AeC3oHug/s551/j-m-coetzee-desgracia-debolsillo-portada-contemporanea.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana;"><img border="0" data-original-height="551" data-original-width="361" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh91Sy3PDh4rHsQLJ_m3iwuTntxz65unTRBY0MdDo_O8FX4CCIVv6Mlx8K88zlojiJMvlgs51FLC8r_V_ZE3Wd99f2r9aHWaA5Ggoh3K-pBD30STWEP7bNX5DPc7O9vQdsrLF0k7xWdiFVnVPjX-5NxuDmwk8K60D2Gc76SJu03ic26gjg6AeC3oHug/s320/j-m-coetzee-desgracia-debolsillo-portada-contemporanea.jpg" width="210" /></span></a></div><span style="font-family: verdana;"><br /><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt;"><br /></span></span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt;"><span style="font-family: verdana;">Buenas tardes.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Esta es la última sesión de este extraño curso, un curso
experimental que ha servido para perfilar algunas intuiciones sobre esta
categoría difusa que es la de la santidad laica o profana en el mundo moderno.
Hoy cerramos el curso con una sesión sobre un personaje novelesco que es el
protagonista de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Desgracia</i>, de
Coetzee. Se trata de David Lurie, un personaje estrictamente contemporáneo que
vive el mundo de ahora, muy parecido al nuestro, No es un personaje ejemplar,
ni siquiera es un personaje excéntrico. Es un hombre de la calle y postularlo
como un santo laico requiere un ejercicio habilidoso de discurso.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>J.M.
Coetzee (1940) es uno de los grandes narradores contemporáneos y uno de los que
mejor ha abordado una experiencia universal, la del envejecimiento. Sus últimas
novelas, desde los años 90, están pobladas de ancianos que se enfrentan a la
muerte con una revisión ante la vida. Los apetitos se apagan, la castidad se
impone, las pasiones se atenúan. Muchos de los atributos del santo (la
frugalidad, la severidad, la soledad, la tranquilidad) son atributos que se le
imponen al anciano. Nuestra sociedad ha consagrado la juventud como modelo y
por lo tanto hay una resistencia a admitir el envejecimiento. El santo es el
que se aparta del mundo y lo cierto es que el mundo moderno se aparta del
anciano, excluye la vejez. En la medida en que el anciano es un individuo que
ha adquirido sabiduría, también entonces está en condiciones de actuar más
sabiamente, fuera de la lógica del mundo que lo aparta. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La edad de hierro<o:p></o:p></span></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Coetzee
ha explorado con particular lucidez y radicalidad las relaciones entre padres e
hijos cuando los primeros sienten que su vida entra en un declive definitivo.
La primera novela donde trata el tema es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
edad del hierro, </i>de 1990, que parece formar parte de un mismo territorio
moral que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Desgracia </i>y que está
haciendo variaciones sobre un mismo tema. Aquí, la protagonista es una anciana
a la que le acaban de diagnosticar una metástasis con un pronóstico de pocas
semanas de vida. Vive sola en una zona residencial de Ciudad del Cabo. Tiene
una hija única que huyó hace tiempo de Sudáfrica, renegó de la violencia
salvaje del país en los años 80-90 y se instaló en Estados Unidos, donde ha
fundado una familia. La anciana le escribe una carta-testamento a su hija: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Palabras salidas de mi cuerpo, gotas de mí
misma”.</i><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La carta
comienza relatando el encuentro con un pordiosero que se ha instalado con su
perro junto a la casa de la anciana. Ella piensa que es un ángel que ha venido
para llevarla hacia la muerte y se le aparece como un negro heraldo de su
agonía inminente. La relación que establece con él actúa de correlato de la que
ella misma establece con su propia muerte.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Ella observa la realidad que la rodea; por ejemplo los niños, hijos de
la asistenta, están metidos ya en el engranaje de violencia de Sudáfrica, con
armas y actos vandálicos (matanzas, incendios). Y reacciona ante eso con
espanto, desapego y alejamiento. Este mundo le horroriza, entiende que la
violencia no es la solución. Descubre que la solución sería la bondad y el
amor, cree que el error está en la educación, que no debe estar basada en el
odio. Es una novela muy fúnebre, sin luz, sin humor ni risa. Describe la carta
como una tanatofonía. El personaje, que es de un patetismo salvaje, está lleno
de una grandeza moral que le concede la aceptación de su humillación y la
comprensión de lo que está ocurriendo. Acoge al anciano pordiosero en su casa y
al final acaba siendo la persona con la que duerme para darle calor. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Uno tiene que amar lo que tiene más cerca,
lo que tiene a mano, que es como aman los perros”</i>. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La vergüenza le permite mantener la dignidad ante la
degradación física y mental. La grandeza moral del personaje se traduce en
estas palabras: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Siempre luché por el
honor”<o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Desgracia <o:p></o:p></span></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Nueve
años después de la publicación de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La edad
de hierro</i> escribe <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Desgracia</i>,
novela que decantó el premio nobel para Coetzee. El protagonista es David
Lurie, 52 años, es profesor de Comunicación.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>De su profesión, el narrador en tercera persona dice:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">“Sigue
dedicándose a la enseñanza porque le proporciona un medio para ganarse la vida,
pero también porque así aprende la virtud de la humildad, porque así comprende
con toda claridad cuál es su lugar en el mundo</span></i><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">”. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Su hija, Lucy, se ha ido a vivir a un extremo del país, a
una granja en la que cultiva y cuida perros de otras personas. David Lurie
tiene resuelta su vida sexual con las visitas semanales a una prostituta con la
que mantiene una relación cordial y de cierto afecto. Pero tras un encuentro
fortuito con Soraya y sus hijos, ella se aleja definitivamente del profesor. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">El narrador, una voz cínica que cuenta con poca
explicitación, nos dice cómo sucumbe a los encantos de una joven alumna de
veinte años, a la que medio seduce y posee con su resistencia, es casi una
violación. Es una escena dura para el lector. Él sabe que lo que hace está mal
pero establece un juego de atracción y finalmente las autoridades le llaman la
atención y le consta que ha sido denunciado. Se debe enfrentar a un tribunal
pero no admite su culpabilidad, que es una pulsión de su fuero interno y que
escapa al juicio moral de los presuntos jueces. Lurie se enquista en la
negación y la consecuencia es la expulsión de la universidad y la pérdida de
todo crédito moral, porque el asunto trasciende a la prensa. Se convierte en
una especie de apestado. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">David Lurie retoma entonces un viejo proyecto literario
(escribir un libro sobre Byron) y decide ir a pasar unos días con su hija Lucy
en la granja. Llega y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>encuentra a su
hija sola, abandonada por su pareja, y dedicada a cuidar perros de otros. Padre
e hija se quieren, pero la relación es tensa, no tienen la práctica del amor ni
de la compañía. Todos los temores del padre se cumplen cuando un día entran
unos desconocidos y en una tarde de violencia implacable, le dan una paliza, lo
encierran e intentan quemarlo, y violan a su hija. Se crea entonces entre padre
e hija un tabú y él quiere que Lucy denuncie. Ella no se quiere ir sino que
asume la situación y esto le obliga a él, que no entiende a su hija, a
aceptarlo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">La novela es un proceso de aceptación de unas
circunstancias inadmisibles. Implica aceptar la propia condición de hombre
tocado, una situación de vergüenza y deshonor porque decide acompañarla y jugar
con su reglas. Habla de una necesidad de comprender lo incomprensible y de
aceptar lo inaceptable. Pero la aceptación en este caso, no supone la
aprobación. Es difícil entender a la hija, porque sus violadores se convierten
en vecinos y acaba conviviendo con ellos. Está en el mecanismo de la vida y el
padre tiene que aceptarlo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Surge el amor a la hija y surge el amor hacia los
animales. David acepta trabajar en una tienda de animales de una amiga de su
hija. La ayuda en el trato a los perros pero los abandonados deben ser
sacrificados. Acepta que su trabajo sea llevar a los perros a la muerte y luego
sus cadáveres al crematorio. David se encariña de uno de los perros, pero
este<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cumple el plazo para ser
sacrificado y David renuncia entonces a él. Las últimas frases de la novela:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">“Llevándolo
en brazos como si fuera un cordero, vuelve a entrar en el quirófano.<o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">-Pensé
que preferirías dejarlo para la próxima semana -dice Bev Shaw-. ¿Vas a
renunciar a él?<o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">-Sí, voy
a renunciar a él.”<o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El
personaje aprende a renunciar y a aceptar, sin aprobar. Renuncia y aceptación.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Elizabeth Costello </span></i></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;">(2003)</span></b><span lang="es" style="background: white; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="color: #191a1e; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Es el libro en que </span><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">Coetzee<span style="color: #191a1e;">
reúne ocho “lecciones” que tienen por protagonista a esta escritora inventada
por su imaginación precisamente para “encarnar” algunas de sus ideas.</span><span style="color: #333333;"> </span><span style="color: #191a1e;">Entre los asuntos que
preocupaban a Elizabeth Costello destaca “la vida de los animales”, el trato
que estos reciben por parte de los humanos, la denuncia de las vejaciones, y
torturas de que son objeto. Estas cuestiones ocupan también el primer plano de
su atención, al lado de las relativas al envejecimiento y a la forma en que,
llegada a la ancianidad, le cabe a una mujer como Costello enfrentar la muerte,
sin plegarse a los planes que sus hijos hacen para atenderla y cuidarla.<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;"><span lang="es" style="color: #191a1e; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;">Coetzee intuye que su
animalismo lo aproxima a una suerte de reaccionario anti humanismo y por eso
escoge para encarnar sus ideas a una anciana llena de dignidad confundida. Para
justificar su conducta con una gata a la que recogió en su casa, Costello le
dice a su hijo que actuó <i>“sin cuestionar
nada, sin remitirme a ningún cálculo moral”</i>. </span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></p><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><br /></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-283965302661917040.post-54520553115342905732022-12-31T09:39:00.002-08:002022-12-31T09:39:31.568-08:0022 libros de 2022. Un año prodigioso<p> </p><p><br /></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeFLP14BmwouC87660TGumoSVMHNbKu6vHVngmEVrGOfXwZz6Fg9pQY0cpAyNGwZdaF0ua81984iv-di3YKIlt9C6jmNTLnuwrp0Sfkp-gEWy8MBmAafJR2oRitDHCabKo5krHqX-XKcMp1At6TpndFDPGmwU0b8b4T0yzOmrnfNQK-xthbYhKbgN3/s2048/IMG_8836.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1191" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeFLP14BmwouC87660TGumoSVMHNbKu6vHVngmEVrGOfXwZz6Fg9pQY0cpAyNGwZdaF0ua81984iv-di3YKIlt9C6jmNTLnuwrp0Sfkp-gEWy8MBmAafJR2oRitDHCabKo5krHqX-XKcMp1At6TpndFDPGmwU0b8b4T0yzOmrnfNQK-xthbYhKbgN3/w186-h320/IMG_8836.JPG" width="186" /></a></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">2022 </span></b><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">📚📘📖📚<o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"></p><span lang="es" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> <br /></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"> </span><b style="font-family: "Times New Roman", serif;"> </b><b><span style="font-family: verdana;">1. </span></b><b><span style="font-family: verdana;"> <i>Otoño
en Madrid hacia 1950, </i>de Juan Benet.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>2.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
muertos, </i>de James Joyce. </b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">U</span><span style="background-color: white; color: #202122; font-size: 16px; text-align: justify;">n incidente aparentemente trivial que sucede al final de la velada es el disparador de un giro inesperado, una iluminación melancólica y poética que vuelve verdaderamente humano a Gabriel. El detonante es una vieja melodía irlandesa que suena en la fiesta y que trae a la memoria de Gretta un episodio triste de su pasado.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> 3</span>.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una
historia ridícul</i>a, de Luis Landero.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="mso-tab-count: 1;"> 4</span>.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cauterio,</i>
de Lucía Lijtmaer. </b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><o:p></o:p></b></span><span style="background-color: white; font-size: 16px; text-align: justify; text-indent: 48px;">En algo más de doscientas páginas asistimos al relato del devenir de las vidas de dos mujeres distanciadas en el tiempo y en el espacio. Dos historias de mujer, muy bien caracterizadas en el tono y en el propósito que mueve cada relato. Alternan sus voces en 21 capítulos muy breves, que terminan con cierta tensión y que dejan al lector con ganas de más.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> 5</span>.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Romancero
gitano, </i>de F. García Lorca.</span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="mso-tab-count: 1;"> 6</span>.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
máquina del amor sagrado y profan</i>o, de Iris Murdoch. </b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><o:p></o:p></b></span><span style="background-color: white; font-size: 16px; text-align: justify;">Se trata de novelas con efecto imán, porque quedas atrapada en las tramas que urden y tejen los protagonistas. El método de escritura de Iris Murdoch parece responder a un patrón sistemático: a partir de unos personajes que se encuentran en un lugar determinado, se van tejiendo relaciones personales y poco a poco se configuran los episodios que construyen la trama.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="mso-tab-count: 1;"> 7</span>.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
palabra del mudo</i>, de Julio Ramón Ribeyro. </b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><o:p></o:p></b></span><i style="background-color: white; font-size: 15px; text-align: justify; text-indent: 48px;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 32px;">“Quienes me conocen saben que soy hombre parco, de pocas palabras, que sigue creyendo, con el apoyo de viejos autores, de las virtudes del silencio. <b>El mudo</b>, en consecuencia, además de los personajes marginales de mis cuentos, <b>soy yo mismo.</b> Y eso quizá porque, desde otra perspectiva, yo sea también un marginal”.</span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> 8</span>.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Luciérnagas,
</i>de Ana María Matute.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> 9</span>.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
último encuentro</i>, de Sándor Márai.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>10.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Vidas
provisionales</i>, de Gabriela Adamesteanu.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>11.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
novela de una novela</i>, de Thomas Mann.<o:p></o:p></span></b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="background-color: white; font-family: verdana; text-align: justify;">En su juventud, Thomas Mann ya había proyectado, aunque vagamente, una obra para la vejez, y es que 42 años antes, en 1901, había anotado ya la idea primigenia: el pacto de un artista con el diablo como posible tema de trabajo.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>12.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
ojo castaño de nuestro amor,</i> de Mircea Cartarescu.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>13.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
amores equivocados</i>, de Cristina Peri Rossi.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>14.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nostalgia,</i>
de Mircea Cartarescu.</span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>15.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bonsái</i>,
de Alejandro Zambra.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>16.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
caballo ciego</i>, de Kay Boyle.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>17.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
asedio animal</i>, de Vanessa Londoño.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-weight: bold;"> 18</span><b>.</b><span style="font-weight: bold;"> </span><i style="font-weight: bold;">La
trilogía de Nueva York</i><b>, de Paul Auster. </b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;">"<b><o:p></o:p></b></span><i style="background-color: white; font-size: 15px; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 32px;">-Es muy sencillo. Cervantes, no sé si lo recuerda, se esfuerza mucho por convencer al lector de que él no es el autor. El libro, dice, lo escribió en árabe Cide Hamete Benengeli. Cervantes describe cómo descubrió por azar el manuscrito un día en el mercado de Toledo. Contrató a alguien para que se lo tradujera al castellano y después se presenta a sí mismo únicamente como el corrector de la traducción. De hecho, ni siquiera puede garantizar la exactitud de la traducción."</span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> 19</span>.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Montevideo</i>,
de Enrique Vila-Matas.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>20.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Guibli</i>,
de Ana Ares.<o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><b><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>21.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
polaco,</i> de J.M. Coetzzee. <o:p></o:p></b></span><span style="background-color: white; font-size: 12pt;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span style="background-color: white; font-size: 12pt;">Uno de los aspectos formales que destacan en la novela, dividida en seis capítulos, es que la narración aparece en una sucesión de breves fragmentos numerados a modo de anotaciones que, al principio simulan notas de un narrador sobre el proceso de escritura</span><i style="background-color: white; font-size: 12pt;">. (La mujer es la primera en causarle problemas, seguida pronto por el hombre.), </i><span style="background-color: white; font-size: 12pt;">o tal vez obedece a la voluntad de crear la ilusión de escaleta de guión. </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><b><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>22.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
castillo de arena,</i> de Iris Murdoch.</b><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><b><br /></b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><b><br /></b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-pagination: none;"><span lang="es" style="font-size: 12pt; line-height: 200%;"><span style="font-family: verdana;"><b><br /></b></span></span></p><br /><p></p> Atelier Literario. Herminia Meorohttp://www.blogger.com/profile/17051695982226929997noreply@blogger.com0