Pío Baroja. El árbol de la ciencia

Pío Baroja, El árbol de la ciencia

Ignacio Echevarría.              
La novela de ideas (15/ 5/ 18)
¿Qué es la novela de ideas? Partimos de un concepto algo escurridizo porque puede confundirse con la novela filosófica o la novela política. Parece que las ideas se concilian mal con el arte de narrar. La ficción tiene que ver con sentimientos, acción, psicología, vivencias, aventuras, recuerdos, hechos vinculados a personas. Las ideas, por el contrario, no nos pertenecen exactamente. Son impersonales, poseen una cierta objetividad. El concepto de novela moderna está adscrito al destino de un personaje. Según Camilo José Cela, las ideas se oponen a la vida, discurren por un canal distinto al de la vida. En la actualidad, las opiniones han sustituido a las ideas. Y en la opinión está el yo, la subjetividad. la cultura del presente tiende a ser aculturalista. Hay cierta prevención ante lo demasiado intelectual. 

El árbol de la ciencia (1911) es una novela de ideas pero con unas connotaciones. 
Eduardo Mendoza, en su libro Vidas Literarias, dedicado a Baroja, (Ediciones Omega. 2001) afirma: 
Baroja intuyó que la novela moderna no solo debía despojarse de la retórica literaria al uso, sino que debía incorporar elementos nuevos, que ya no bastaba con contar una historia consistente en la peripecia física o sentimental de los personajes, sino que la novela debía estar cimentada en las ideas y en su confrontación.”

Pío Baroja (1872-1956) es un novelista raro, porque ha dejado mucha influencias en toda la narrativa posterior y, sin embargo, toda la crítica es unánime cuando lo califica de un escritor sin estilo, deshilachado, lleno de imperfecciones. Baroja presenta un rasgo característico: habla siempre como un autor, como narrador-personaje que está presente en toda su obra. El propio Ortega y Gasset escribió tres ensayos sobre Baroja y El árbol de la ciencia. Se basa en su lectura particular de la obra. Apunta que toda su narrativa es “un balbuceo ideológico y estético”. Y habla de la “irritación” que produce leer a Baroja, una especie de “indignación”. Le reprocha el uso de “vocablos ineptos para la plástica literaria.” Le censuraba el juicio negativo sobre sus propios personajes: 
“canalla, estúpido, imbécil, mentecato, miserable, repugnante,.."

Baroja expresa un juicio de valor negativo sobre sus personajes. Prefiere los vocablos antiestéticos: los improperios, que, según Ortega, son incompatibles con el estilo literario.

Baroja traslada a sus textos las ideas aprendidas de los filósofos. Cita a menudo a Kant, a Schopenhauer y a Nietzsche. Es un escritor idiosincrático. Se dice a sí mismo a través de la palabra. Baroja siente que el individuo está en crisis, su idoneidad queda cada vez más captada por la masa. Se siente en desacuerdo con la sociedad porque desplaza al individuo. 
El árbol de la cienciaes una novela de formación. Cuenta el destino de un hombre. Es una novela autobiográfica. Aparece en la novela un interlocutor del protagonista, el tío Iturrioz, cuyas conversaciones constituyen dos diálogos de ideas. Se discute sobre un concepto de la vida y se opone la idea de vida a la de ciencia.

Asistimos a un desencantamiento progresivo. Abandona cualquier perspectiva de pertenencia. Andrés Hurtado, el protagonista, queda rodeado de soledad, de nihilismo, de misantropía. Ambientada en los años 90 del siglo XIX retrata una sociedad que repugna. Ninguna clase social tiene algo a lo que aferrarse. Narra la inquietud anterior al declive del 98.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Los niños tontos (2). Sobre los cuentos

"En memoria de Paulina". Un cuento de Bioy Casares

Mi hermana Elba y los altillos de Brumal. De los límites difusos

SOLENOIDE, la novela traslúcida

Los niños tontos (1). Sobre el libro.